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Un terremoto de magnitud 8,8 ha activado este miércoles las alertas de tsunami en varios países bañados por el océano Pacífico. Como consecuencia, se han activado sirenas en distintas regiones para advertir del peligro. El fenómeno está causando estragos: el agua comienza a arrasar determinadas zonas, y muchas personas se suben a las terrazas en busca de refugio. El oleaje es cada vez más agresivo. Los socorristas y las autoridades locales han desalojado todas las playas.

Nueve meses después de la dana, las tareas de reconstruccion en decenas de municipios, se centran en Infraestructuras de transporte, obras hidráulicas, centros educativos e instalaciones deportivas. Los ayuntamientos se quejan de falta de medios, de personal y, sobre todo, de exceso de burocracia para acometer la reconstrucción.

La Guardia Civil ha afirmado que destaca "sobremanera" la "inexistencia de avisos" de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) respecto al ascenso "exponencial" que la tarde del día del 29 de octubre sufrió la rambla del Poyo desde las 16:15 horas, pues no hizo "comunicación alguna" hasta las 18:43 horas, cuando el caudal llegó a 1.683 metros cúbicos.

Esta información consta en un informe de 220 páginas remitido por la Guardia Civil a la jueza instructora de la causa penal sobre la dana.

En él, la Benemérita señala que esa falta de avisos por la CHJ hasta que el caudal alcanzó un dato "extraordinario" denota "una aparente ausencia del control sobre el dispositivo de registro de la rambla del Poyo, justo en el peor de los momentos".

El incendio declarado el pasado lunes en la localidad tarraconense de Paüls, que ha quemado más de 3.300 hectáreas, ya ha sido estabilizado, según han confirmado los Bomberos de la Generalitat catalana.

Poco antes, Protección Civil daba por finalizado el confinamiento que afectaba a ocho municipios de Tarragona por el incendio iniciado el pasado lunes en Paüls, aunque lo mantiene en esta localidad, donde los vecinos podrán salir de sus casas, pero no se podrán desplazar todavía a otros municipios de la zona. El confinamiento afectaba a unas 18.000 personas en Xerta, Alfara de Carles, Aldover, Tivenys, Roquetes y Tortosa -en este caso sólo en los barrios de Bitem, Jesús y Els Reguers-, Prat de Comte y Pinell de Brai.

El fuego de Paüls está descontrolado y ya el lunes se tuvo que desalojar a medio centenar de vecinos de una urbanización cercana a las llamas. Otros no han tenido que dejar sus casas pero están confinados en sus localidades... En total, más de 18.000 personas, a las que se ha pedido que no salgan de sus viviendas en las localidades de Paüls, Aldover, Xerta, Alfara de Carles, Tivenys y Roquetes, así como en algunos núcleos y barrios de Tortosa. Además, a los vecinos de Pinell de Brai y de Prat de Compte se les ha ordenado un confinamiento parcial, ya que pueden salir de sus casas pero se ha limitado su movilidad para que no salgan del municipio.

Las labores de búsqueda y rescate continúan en Texas, al sur de Estados Unidos, después de que el cauce del río Guadalupe se desbordase y provocase fuertes inundaciones. Las víctimas ascienden a 104, entre ellos 28 niños, y los rescatistas siguen buscando entre el lodo a las decenas de desaparecidos.

Tres días después, las esperanzas de encontrar supervivientes han empezado a desvanecerse: expertos señalan que las 72 horas siguientes a una catástrofe son clave, pues es el tiempo máximo estándar que una persona puede permanecer con vida.

Cientos de efectivos de equipos de emergencia se han movilizado tanto por aire como por tierra para continuar con la búsqueda sin descanso. Hasta ahora, la Guardia Nacional ha realizado 250 rescates y ha recuperado decenas de cuerpos. Mientras los rescates continúan, las autoridades han advertido de fuertes lluvias y del riesgo de que se produzcan nuevas inundaciones.

Desde el aire, la magnitud del desastre en Texas es impresionante, pero es al pisar el terreno cuando se siente realmente la tragedia. La cifra de fallecidos ha aumentado a 82 mientras continúan las labores de búsqueda de los desaparecidos, entre ellos varias niñas de un campamento.

El río creció de manera vertiginosa en apenas 45 minutos, alcanzando hasta 8 metros de altura y arrasando con todo a su paso: coches volcados, árboles derribados y viviendas destruidas. Entre las víctimas, once niñas desaparecieron en un campamento de verano, y sus familiares continúan buscándolas con la esperanza de encontrarlas con vida.

Muchos vecinos del condado de Kerr denuncian que no recibieron ninguna alerta de emergencia antes de que las aguas invadieran sus hogares, y que la notificación llegó horas después, lo que impidió que pudieran tomar precauciones a tiempo.

Por su parte, el presidente Donald Trump ha declarado el condado de Kerr como zona de desastre mayor y anunció que tiene previsto visitar Texas el próximo viernes, cuando las labores de emergencia ya estén más organizadas.

Texas ha amanecido con destrucción e incertidumbre después de que el viernes el cauce del río Guadalupe se desbordase y matara al menos a 52 personas. El agua se llevó por delante un campamento de verano cristiano que hospedaba a 750 niñas. Dos días después, la angustia de las familias continúa ante desaparición de una veintena de ellas, todas menores de edad.

Para los rescatistas, la prioridad sigue siendo localizar a los desaparecidos y continuar con la intensa búsqueda de decenas de campistas, turistas y residentes que aún no han sido encontrados.

Foto: Sergio Flores/REUTERS — Inundaciones en Kerrville, Texas