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La batalla de Mosúl ha dejado una ciudad liberada y un reguero de muertos. Pero muchos yihadistas lograron salir de aquí con vida y ahora podrían volver a sus países de origen.

Es el gran temor en las calles de Marruecos. Según el Gobierno, más de 1.600 marroquíes se han unido al Estado Islámico en Siria e Irak.

Uganda, que hace un año ya acogía a un cuarto de millón de refugiados, ha visto cómo esa cifra se multiplicaba por 4 desde entonces; a razón de unas 2.000 nuevas llegadas cada día. El Gobierno del país está cada vez más asfixiado y algunos refugiados han sido trasladados a lugares muy alejados de fuentes de agua o de tierras cultivables.

El corazón de África está acostumbrado a vivir tragedias. La pobreza eterna, la falta de oportunidades y los conflictos armados han perpetrado tragedias humanitarias tan largas, que muchos no conocen otra cosa. Hoy, los cuatro países que comparten las aguas del lago Chad, Níger, Nigeria Camerún y Chad, viven una de las mayores crisis del planeta. Combinada con la sequía que ha azotado en los últimos meses la región se ha convertido en la tormenta perfecta.

Hay más de siete millones de personas en situación crítica, que necesitan ayuda según las agencias de las Naciones Unidas. Entre Nigeria, Níger, Chad y Camerún hay más de 2,4 millones de personas desplazadas en su propio país, o refugiadas más allá de sus fronteras.

La región del lago Chad vive una crisis humanitaria con miles de refugiados que huyen de los yihadistas de Boko Haram