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Un cáncer acaba con la vida de Moraíto Chico

  • Cepero ha dicho que “se va el guitarrista más flamenco de la historia”.
  • Aparte de con su tío Manuel Morao, aprendió con Parrilla de Jerez y Paco Cepero.

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Hijo, sobrino y padre de guitarristas, Moraíto Chico nos dejaba EL 10 de agosto por la mañana, temprano, a la salida de sol. En septiembre cumpliría 55 años, qué pronto. Moraíto gitano de Jerez con pelo largo y rizado, flaco, con gafas. Su imagen sorprendía y siempre sonreía, como los vuelos de su guitarra.

Guitarrista flamenco, desarrolló su carrera profesional fundamentalmente tocando para el cante aunque grabó dos discos como solista Morao y Oro (1992) y Morao, Morao (1999).

Escudero de Mercé

Muchos fuera del mundillo flamenco le conocieron como fiel escudero de Mércé, cada vez que José iba en su busca cuando quería arrimarse a casa, al soniquete, a la verdad y a las vivencias de las calles del barrio de Santiago de Jerez de la frontera que a ambos vio nacer.

Crecieron después juntos en los escenarios hasta hace pocos meses cuando la enfermedad pulmonar de Morao le alejó de lo público.

La guitarra de Jerez

Moraíto era la guitarra de Jerez, como ninguna otra, el que daba garantía de calidad a la denominación de origen. Por su edad fue el eslabón entre la generación de Mairena y la de Poveda. A ambos acompañó con su guitarra, y entre ambos y durante más de 30 años a todos los que se lo pidieron, figuras todas, principiantes también.

Al cantaor daba alas, con un compás que iba y venía y que siempre recogía con un aire que nadie tenía y que con él se ha ido. Nos queda su hijo Diego, heredero genético pero también artístico de una guitarra que siempre llevaremos con nosotros, por nuestro bien. Ese aire, esas falsetas, esos punteítos de la guitarra de Moraíto Chico que echaremos de menos.

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