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Fidel Narváez, excónsul de Ecuador en Londres: "Assange es un preso político"

  • Narváez convivió con el fundador de Wikileaks durante su reclusión en la embajada de Ecuador en la capital británica
  • "Assange tiene todos los síntomas de la tortura psicológica", señala el excónsul a RTVE

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Fidel Narváez, excónsul de Ecuador en Londres: "Assange es un preso político"

A pocos días de la vista de extradición de Julian Assange en Londres, hablamos con Fidel Nárvaez, cónsul de Ecuador en el Reino Unido entre los años 2010 y 2018. Narváez convivió durante años con el fundador de Wikileaks durante su reclusión en la embajada del país sudamericano en la capital británica. Ahora forma parte de la campaña que pide su libertad y denuncia lo que considera una persecución política de Assange.

Pregunta: ¿Has visto recientemente a Julian Assange?

Respuesta: No. La última vez que lo vi fue en la Navidad de 2018. Desde entonces no lo he visto porque Assange está en una cárcel de máxima seguridad, confinado a un régimen de visitas draconiano. Tiene derecho a dos visitas sociales mensuales, aparte de las que puedan hacer sus abogados. Mi visita está pendiente. Lo veré pronto, creo yo.

P: Por lo que usted puede saber, ¿cómo se encuentra físicamente Assange? ¿Es cierto que su salud peligra, como han dicho varios médicos?

R: Sí, esa es la versión que tengo de todas las personas que lo han visitado, y también de sus abogados. Físicamente hay un deterioro y ha perdido mucho peso. Pero, más que físico, su deterioro es emocional, mental, psicológico. Julian Assange se está enfrentando al imperio más grande del planeta y está peleando, literalmente, por su vida. Y en unas condiciones que consideramos que son de persecución judicial. Eso debe de ser muy duro.

P: ¿En qué se está manifestando concretamente ese deterioro mental?

R: No sabría darte el detalle concreto, pero entiendo que hay signos fuertes de ansiedad y de estrés. Assange ha sido oficialmente diagnosticado por los expertos de las Naciones Unidas. El relator de la ONU en contra de la tortura y el trato degradante ha asumido su caso, y lo visitó con expertos en la materia de tortura psicológica. Assange ha pasado por los tests más especializados en el asunto y los resultados demuestran que tiene todos los síntomas de la tortura psicológica.

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P: ¿En qué punto se encuentra el proceso de extradición?

R: El proceso de extradición ha entrado ya en su fase final. Es decir, lo que ha habido hasta ahora han sido audiencias preparatorias para fijar los términos de lo que es el juicio propiamente de extradición que comienza el 24 de febrero. No sabemos cuánto va a durar. En esta primera instancia, los jueces británicos decidirán si lo extraditan o no a Estados Unidos.

P: ¿Cómo ha sido la actuación de la justicia británica hasta ahora?

R: Yo he seguido de cerca el proceso, y he vivido en Gran Bretaña los últimos trece años. Califico la actitud de la justicia británica de vergonzosa. Totalmente vergonzosa. Hay una persecución judicial en contra de Julian Assange. Y la ha habido no ahora, cuando Assange está bajo el proceso oficial de extradición, sino desde que llegó a Londres hace diez años.

P: ¿Puede ser más específico?

R: Recordemos que la primera orden de detención en contra de Julian Assange en Londres se da por una petición de Suecia, que quiere interrogarlo. A lo cual, los británicos, después de un proceso que Julian llevó a la Justicia, determinaron que sí, que debía ser extraditado para efectos de un interrogatorio, cuando sobre él no había ningún cargo en absoluto y cuando los interrogatorios, además, se dan normalmente bajo cooperación judicial, ya sea online, ya sea con la visita de los fiscales al lugar donde está la persona que debe ser interrogada.

Los suecos lo hicieron en 44 oportunidades durante los años en los que Julian Assange estuvo en la embajada, pero en su caso siempre se negaron a hacerlo. Y, hoy en día, gracias a recursos de libre acceso a la información, se ha podido evidenciar cómo la Fiscalía sueca y sus contrapartes británicas mantenían correspondencia, y en ella se ve que los británicos presionaron a los suecos para que no prosiguiesen con el interrogatorio. Asumimos que, al final de todo esto, estuvo siempre la presión estadounidense para poder, finalmente, extraditarlo a Estados Unidos.

P: Eso con respecto al proceso que finalmente decayó en Suecia. ¿Cómo se manifiesta ahora esa supuesta persecución que usted denuncia?

R: Una vez que se cayó el caso sueco, que fue siempre la excusa de los británicos para no permitir a Julian Assange gozar del asilo y la protección que le otorgó Ecuador con el presidente Correa, los británicos insistieron en detenerlo por haber roto una fianza por la petición de extradición de un caso que ya no existía. Normalmente, incumplir la fianza no es un crimen. Es un delito menor que en Gran Bretaña normalmente no conlleva cárcel. Se castiga con multas, con trabajos sociales o, como máximo, con dos semanas de reclusión. A Julian Assange le impusieron 52 semanas, y eso es inédito, nunca ha sucedido en el Reino Unido. Cuando Assange se presentó ante el juez, sin decir más que "me declaro no culpable", el juez ya lo calificó de narcisista, de ser una persona que no ve más allá de su propio ego... Un juez no puede tratar un caso de esta manera, porque está demostrando un claro prejuicio.

Pero, además, en su confinamiento ahora en una cárcel de máxima seguridad, Julian Assange no ha tenido acceso adecuado a sus abogados para preparar su defensa. Sus abogados se quejan de que no cuentan con las facilidades para visitarlo, para entregarle todo el voluminoso material que Assange necesita revisar, para que pueda acceder mínimamente a un ordenador y preparar su defensa... Sus abogados han estado pidiendo constantemente un aplazamiento de esta audiencia final de extradición. Pero todos esos recursos han sido negados. Julian Assange está en una prisión de máxima seguridad que, en el Reino Unido, se la conoce como "el Guantánamo británico". Ahí están recluidos asesinos, violadores, terroristas, mientras que Assange es una persona que no tiene ningún cargo en su contra, que no es un peligro para la sociedad, y que ya no está cumpliendo ninguna sentencia porque ya cumplió la sentencia desproporcionada que le impusieron por la fianza. Assange, en este momento, está preso sin cargos, sin sentencia, solamente esperando su juicio de extradición. Es un preso político.

P: ¿Cómo cree usted que va a acabar el proceso de extradición? ¿Será extraditado?

R: No todo está dicho. Creo que las posibilidades de que sea extraditado son ciertamente mayores. La relación entre el Reino Unido y Estados Unidos es una relación de sumisión. De sumisión frente a la excolonia. Y, en estos términos, los británicos casi siempre terminan cediendo a la presión estadounidense. Porque, más allá de ser un caso que está tratándose en la Justicia, es un caso político, netamente político. E incluso los jueces británicos son susceptibles a las presiones de su establishment. Durante diez años, se han ido preparando todas las condiciones para dañar la reputación de Julian Assange e indisponerlo frente al público, la sociedad y el establishment. Por eso creo yo que las posibilidades de que sea extraditado son más altas, pero no todo está perdido.

P: El Reino Unido dice ahora que nunca prometió a Ecuador que no extraditaría a Assange a un país con pena de muerte. Se limitó, asegura el Foreign Office, a prometer que no lo extraditaría si después pudiese ser condenado a la pena de muerte. ¿Qué le parece toda esta situación y la actuación del gobierno de su país?

R: Una tomadura de pelo. Una total tomadura de pelo por parte de los británicos, y también del actual gobierno ecuatoriano que, bajo la mano de los americanos, conjuntamente, todos coordinaron la entrega de un refugiado político a sus perseguidores. Y montaron toda una farsa.

El gobierno ecuatoriano le dijo a su país que revocaba el asilo de Assange porque había obtenido garantías de que no iba a haber una extradición. Después dijeron que no iba a haber una extradición a un país donde hubiera pena de muerte, como si el asilo se tratase únicamente de una figura para proteger de la pena de muerte. Julian Assange va a ser condenado a 175 años de cárcel El asilo te protege integralmente, no sólo frente a la silla eléctrica.

Nunca hubo garantías de parte del gobierno británico de que no iban a extraditar a Julian Assange. Nunca hubo garantías de no extraditarlo a un país donde haya pena de muerte. O trato inhumano: el sistema carcelario estadounidense no cumple con los estándares mínimos de derechos humanos. Eso lo determina las Naciones Unidas. Recordemos que la soldado Chelsea Manning, que se encuentra otra vez en prisión por el mismo caso que los estadounidenses quieren para Julian Assange, ya cuando cumplía una sentencia lo hizo en condiciones que violaban los derechos humanos. La torturaron, la aislaron. Eso es lo que le espera a Julian Assange. Eso es lo que Ecuador ha permitido y lo que el Reino Unido va a permitir.

P: ¿Por qué ha cambiado tanto la posición de Ecuador? ¿Sólo por el cambio de Gobierno? ¿Ha conseguido algo a cambio?

R: Ecuador ha pasado de tener una política soberana e independiente, firme y valiente, a una política sumisa, totalmente sumisa. Ecuador no tiene política exterior. La agenda ecuatoriana está dictada por Estados Unidos y Julian Assange es parte de eso. Ecuador, con Lenín Moreno, accedió a una cooperación judicial con Estados Unidos y por ella han entregado, espiado y torturado psicológicamente a Julian Assange. Pero es improcedente porque Assange gozaba de asilo político. Tú no puedes cooperar judicialmente con los perseguidores de quienes lo estás protegiendo. Eso es lo que ha hecho Ecuador. Es una actitud sumisa que está en el ADN neocolonial del actual gobierno ecuatoriano.

P: El equipo legal de Julian Assange está dando detalles del espionaje que realizó Undercover Global S.L., la empresa española encargada de la vigilancia de la Embajada de Ecuador de Londres. ¿Usted sospechó algo de esta empresa en los años que pasó en la embajada?

Nosotros siempre sospechamos de la empresa de seguridad española. Siempre. Prácticamente desde el primer día nos pareció que no eran profesionales. Nos parecía excesiva la invasión de privacidad contra Julian y contra todos los demás en el interior de la embajada, incluidos los diplomáticos. Y nos parecía que había un altísimo riesgo de que ya fuera por ineptitud o inoperancia, o fuese por lo que terminó siendo, por haberse vendido a un tercer país, toda esa información podría acabar en manos inapropiadas. Siempre sospechamos de eso. No teníamos las pruebas, es verdad, de que, desde determinado momento, no sé si 2014 o 2015, empezaron a trabajar directamente para los estadounidenses.

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P: ¿Quién contrató a esta empresa?

R: La empresa fue contratada, entiendo yo, directamente en Ecuador, por el gobierno ecuatoriano, por la agencia de seguridad e inteligencia de Ecuador. Pero yo creo que el gobierno fue totalmente engañado por esa empresa. La compañía se ganó la confianza del gobierno, primero prestando servicios de protección a altos funcionarios, o incluso a la propia familia presidencial. Y luego obtuvieron el contrato para proteger la embajada de Ecuador en Londres.

P: Y después, como usted mismo ha dicho, perciben o les da la sensación de que algo va mal con esta empresa, ¿por qué se mantiene el contrato? ¿Por qué no se adoptan medidas? ¿Por qué no se revoca el contrato y se busca otra compañía?

R: Es una excelente pregunta. No tengo una respuesta contundente frente a eso. Yo creería que la instancia encargada de decidir qué empresa protege la embajada estaba quizás convencida de que la compañía era confiable. Hoy sabemos que, como parte de esa campaña para ganarse la confianza, la empresa emitió informes totalmente tergiversados, distorsionados, e incluso fabricados sobre lo que sucedía en el interior de la embajada. De ahí es de donde salen los mitos sobre el supuesto mal comportamiento de Julian Assange y su mala relación con el personal. Es falso. Si hubo algunos incidentes fue precisamente con la compañía que lo estaba espiando. Ecuador mantuvo a esa empresa durante demasiado tiempo.

P: La imagen de Assange ha sufrido mucho con los informes de esa empresa. ¿El espionaje también ha tenido consecuencias para usted?

R: Sí. Yo me atrevería a decir que sí. No conozco todo lo que esta empresa escribió sobre mi persona, pero sé de publicaciones de prensa, y quiero poner como ejemplo un artículo en el diario The Guardian, donde se hablaba de un supuesto complot ruso para sacar a Julian Assange de la embajada y me señalaban a mí personalmente como un operador en contacto con los rusos. Todo era absolutamente falso, y yo reclamé al periódico. Después de un año, finalmente The Guardian tuvo que reconocer que no dijo la verdad. Todo esto se basaba en informes de la empresa española. Todavía hay muchos medios de prensa que se hacen eco de información producida por esa empresa que no es, en absoluto, confiable.

P: En su opinión, ¿el principal objetivo de la compañía era saber y conocer detalles o destruir la imagen y la reputación de Assange y del entonces gobierno de Ecuador?

R: Las dos cosas iban paralelas. Dañar, presentar a Assange como una persona conflictiva estaba en el interés de la empresa para poder justificar su presencia y su modo de proceder en el interior de la embajada. Y ya luego, obviamente, bajo instrucciones de Estados Unidos, que querían la cabeza de Julian, se trataba también de espiar y obtener información.

P: Cambiando un poco de tema, usted intentó ayudar a Edward Snowden cuando estaba huido de Estados Unidos. Le emitió un salvoconducto. ¿Se arrepiente?

R: En absoluto. Y lo dije en su momento a mi gobierno y al propio presidente. Era lo que se requería, era lo adecuado. Felizmente, Snowden, que también merece protección, está de alguna manera protegido. Snowden no es libre, no está en el lugar donde hubiera querido estar sino donde la Historia lo llevó, pero está en una mucho mejor situación que Julian Assange. No, no me arrepiento en absoluto.

P: Con Snowden, Assange y Manning parecía que se entraba en una era dominada por las revelaciones de lo que llamaban los "whistleblowers". Pero la reacción de los gobiernos ha sido furibunda y no ha habido casos tan célebres. ¿Cree que esa reacción avanza hacia un recorte de derechos o se ha detenido?

R: No. La persecución que hay sobre Edward Snowden y Julian Assange, lo que está ahora sucediendo con la soldado Chelsea Manning, responde a que lo que estas personas han conseguido es muchísimo, es un enorme servicio. Consiguieron algo muy grande: golpearon y humillaron con mucha fuerza al poder imperial, por decirlo así. Y lo que estamos viendo ahora es la venganza y, sobre todo, la advertencia. Hay que sentar un precedente. Hay que echarles el guante. Hay que forzarlos a vivir fuera de su país para siempre, como es el caso de Snowden; o encarcerlarlos de por vida, como a Julian Assange. Están marcando un precedente para intentar que nadie vuelva a atreverse lo que ellos han hecho, que no es otra cosa que ayudarnos a conocer la verdad.

P: ¿Cree que es también un mensaje para los medios de comunicación y la libertad de prensa?

R: Por supuesto. Sobre todo, en el caso de Julian Assange, que puede ser un periodista poco convencional, si quieres, pero que es una persona cuya actividad es informar. Y su único delito ha sido publicar información verdadera sobre crímenes de guerra, sobre vigilancia masiva, sobre corrupción, en aras del interés público. Una persona que no es estadounidense, que no ha publicado en los Estados Unidos, ahora va a ser juzgada bajo la ley de EEUU extraterritorialmente. Eso es un peligro tremendo para el periodismo de investigación y el periodismo en general en cualquier parte del mundo. Si sucede esto con Julian Assange, ¿qué y quién va a detener a China, Rusia, Arabia Saudí… para pedir la extradición de cualquier periodista que, en cualquier parte del mundo, publique en su contra?

P: Una última cuestión. El retrato que se ha hecho de Assange en varios medios es el de una persona narcisista, egocéntrica, etc. ¿Usted cómo lo ve?

R: Pocas personas conocen a Julian Assange. Lo que conocen es lo que se ha publicado sobre él. Yo te puedo garantizar que la mitad es mentira, y la otra mitad está bastante distorsionada. Julian Assange es una persona con virtudes y defectos, como cualquier otro, pero yo creo que con muchísimas más virtudes. Es una persona muy valiente, casi temeraria, diría yo; que no se va a doblegar ante ningún poder, como está demostrando; tiene muy buen sentido del humor y es una persona muy ilustrada. Es una persona que merece nuestro apoyo.