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Juicio 'procés'

Guardias civiles relatan amenazas de muerte por la calle tras el 1-O y escraches en hoteles y casas cuartel

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Mossos y guardias civiles relatan situaciones de asedio durante los días previos y posteriores al 1-O

Una decena de guardias civiles han relatado este jueves en el juicio del 'procés' los escraches que sufrieron en hoteles y casas cuartel en Cataluña entre el 20 de septiembre de 2017 y los días después del referéndum del 1-O, incluido el lanzamiento de un "artefacto incendiario" contra las instalaciones del Instituto Armado de Igualada el mismo día en el que agentes de este cuerpo requisaron urnas y papeletas del referéndum del 1-O en un almacén de la localidad barcelonesa.

Dos de los guardias civiles propuestos como testigos por la Fiscalía han relatado en concreto las "amenazas de muerte" que recibieron por la calle cuando estaban dando un paseo vestidos de paisano junto a otro compañero el día después de la consulta por parte de un ciudadano que les estuvo siguiendo y haciendo fotos con su móvil.

Un guardia civil describe amenazas de muerte por la calle tras el 1-O

Cuando le sorprendieron, empezó a increparles. "Nos dijo que nos había reconocido, que éramos guardias civiles y que el día anterior habíamos estado en su pueblo. Nos empezó a insultar, nos amenazó. Nos llamó hijos de puta, que nos íbamos a cagar, que nos iban a matar", ha explicado uno de los guardias. Esa misma persona más tarde y ya desde un vehículo volvió a amenazarles, según la versión que han dado.

Ese ciudadano compartió después de las fotos que había hecho de los agentes en Facebook junto a otras de ellos uniformados en el colegio en el que actuaron el 1-O rodeando su rostro con un círculo rojo y con un comentario en el que decía "estos animales no los quiero en mi país, las calles serán siempre nuestras" y animando a la gente a ir a manifestarse frente al establecimiento hotelero donde él creía que estaban pernoctando.

El abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva, Andreu Van den Eynde, ha intentado restar importancia a este incidente asegurando que la denuncia se había archivado, pero según informó la agencia Europa Press el pasado mes de febrero, el Juzgado Penal 2 de Lleida condenó a este ciudadano a ocho meses de cárcel por un delito de amenazas.

"Artefacto incendiario" en el cuartel del Igualada

Otros cinco guardias civiles han relatado los incidentes que se produjeron en los cuarteles de Igualada, Manresa y Travessera de Gràcia -donde estuvieron los detenidos del 20S-, en Barcelona; y Valls y Gandesa, en Tarragona. Protestas y escraches, con la participación de bomberos, que limitaron los movimientos de los agentes y afectaron a las familias, según sus testimonios.

Uno de los testigos ha explicado el incidente que ocurrió en la casa cuartel de Igualdad el 28 de septiembre cuando una persona embozada lanzó un "artefacto incendiario" compuesto de "un bulto de ropa" del ejército español prendido con combustible que cayó a un patio interior del cuartel sin que se produjeran daños materiales y personales. A raíz de aquello, ha explicado, muchas familias decidieron trasladar los dormitorios de los niños a las zonas más interiores de la casa cuartel porque temían que se fuera a repetir. "Los niños tenían cierta aprensión".

Un guardia relata cómo les lanzaron un "artefacto incendiario" en el cuartel de Igualada

El abogado de Jordi Sànchez, Jordi Pina, ha intentado preguntar al testigo por qué pensaba que la persona que había lanzado el artefacto tenía que ver con el movimiento independentista, pero el presidente del tribunal, Manuel Marchena, no ha considerado pertinente la pregunta.

Por su parte, el responsable de seguridad del cuartel de Gandesa ha descrito también varias protestas que ha calificado de "actos de hostigamiento" y ha incidido también en la idea de las familias: "A los agentes les afecta, pero no especialmente, están para eso, pero no es agradable ver que a tu padre o marido les están insultando".

El jefe de seguridad del acuartelamiento de Manresa ha explicado, por su parte, que la situación "explotó" en Cataluña después del 20 de septiembre de 2017. El testigo ha explicado que esas manifestaciones generaban "temor" en las familias que vivían en las casas cuartel y que a él en concreto le provocaron "intranquilidad" porque una "manifestación es pacífica hasta que deja de serlo" y que si alguien decide dar "un paso más" puede "contagiar a la masa". El sargento primero de Valls, por su parte, ha relatado que les hicieron pintadas y les tiraron huevos.

Dos testigos describen presiones al dueño de un hotel

Otros dos guardias civiles han descrito los escraches que sufrieron en el Hotel Nice de La Seu d'Urgell y cómo estas protestas, también con la participación de los bomberos, limitaron su libertad de movimientos. Uno de ellos ha sostenido que aquello estaba "no solo organizado, sino estructurado y orquestado" y ha insistido en una idea ya repetida en otras sesiones del juicio: el "odio" que percibían de las personas que estaban protestando. "Iban profiriendo insultos, "hijos de puta", "asesinos", etc..."

Ambos han relatado también que el dueño de este hotel recibió presiones para que dejara de hospedarles. "Nos dijo que se sentía presionado y que evidentemente cuando se acabara la reserva que teníamos hecha no la iba a renovar", ha señalado uno de ellos. "El trato fue muy correcto, pero llegó un momento en el que nos dijo que cuando nosotros nos marcháramos él se iba a quedar allí y que él tenía temor y su mujer también".

Un mosso: "Nos dieron patadas, puñetazos y empujones"

Además de la decena de guardias civiles, este jueves han comparecido también tres de los cinco mossos que resultaron heridos en un registro el 20S en Sabadell y que han confirmado que fueron insultados y agredidos como ya explicaron sus otros dos compañeros este miércoles por la tarde.

Un mosso relata cómo le dieron una patada y un puñetazo en un registro el 20S

Uno de ellos, que tuvo que estar tres semanas de baja, ha declarado que entre los concentrados en protesta contra el registro había unas cien personas que estuvieron "bastante agresivos". "Nos dieron patadas, puñetazos y empujones", ha explicado este agente, que se dobló uno de los dedos hacia atrás en un forcejeo con uno de los manifestantes tras recibir una patada en la planta del pie y un puñetazo en el codo por parte de otros dos.

Otro de los mossos ha explicado que sufrió una pequeña distensión de rodilla que no requirió baja cuando los concentrados se les "abalanzan encima" y a él le zarandean, le cogen del chaleco antibalas y le empujan. En la misma línea, un tercer mosso ha explicado que hubo "empujones" y "patadas".