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Cataluña

El Gobierno y la Generalitat "normalizan" su relación con "discrepancias" sobre la independencia

  • Acuerdan celebrar más reuniones de la comisión pero la normalidad se estanca con el "procés"
  • Batet promete la "lealtad" de España y pide reciprocidad a Cataluña, que critica la falta de "bilateralidad"

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El Gobierno y la Generalitat "normalizan" su relación con "discrepancias" sobre la independencia

El Gobierno de España y el Ejecutivo catalán han oficializado este miércoles la "normalización" de las relaciones bilaterales en la primera cumbre bilateral celebrada en siete años, según Moncloa, pero no así para la Generalitat, que discrepa del significado dado por el Gobierno. Allí se han reunido la ministra para la Política territorial, Meritxell Batet, y el consejero de Exteriores y Relaciones Institucionales del Govern, Ernest Maragall. Con todo, para la ministra de Política Territorial, lo más importante ha sido la promesa de Moncloa de "lealtad entre las instituciones" hacia el Gobierno catalán, para lo que necesita reciprocidad.

Tras una reunión que se ha prolongado más de cuatro horas, Batet ha sido la primera en comparecer en rueda de prensa -los dos representantes han hablado por separado-, donde ha celebrado el encuentro y ha destacado la "recuperación del diálogo" y "el proyecto del Gobierno para Cataluña". Sin embargo, en su turno, el catalán ha clarificado que tienen un "concepto de noramalidad muy diferente". Si para Batet, el encuentro ha sido correcto y "franco", para Maragall ha sido una reunión "dura".

"Dura", porque el independentismo no ha logrado centrar el encuentro en los dos ejes anunciados previamente, la autodeterminación y la situación de los políticos catalanes encarcelados. De hecho, Batet no se ha referido explícitamente a estas palabras en su comparecencia, y ha advertido de que "el derecho a la autodeterminación no existe", toda una negación a los "derechos y libertades" de los catalanes.

Discrepancias sobre el procés

Con respecto al proceso soberanista, Batet ha explicado que les ha trasladado "algunas cuestiones que afectan a los derechos y libertades de todos los catalanes [por los que no están a favor de la independencia]", y ha insistido en la "importancia de que las instituciones se sometan a un principio de neutralidad institucional y representen a todos los ciudadanos". Preguntada por las "vías democráticas" reclamadas por la Generalitat para votar sobre la independencia, la ministra ha rechazado la petición de crear una "mesa de trabajo", al no considerarla "pertinente" esta y ha insistido en que, precisamente esta es "una de las mayores discrepancias".

No existe el derecho de autodeterminación, ni en el marco institucional interno, ni en el marco internacional

"No existe el derecho de autodeterminación, ni en el marco institucional interno, ni el marco internacional", ha aseverado Batet, mientras ha insistido en que la solución al conflicto con Cataluña pasa por "hacer política". Por eso, Maragall se ha preguntado "cuál es la actitud de fondo del Gobierno central" ante la "total negativa a entrar en derechos y libertades de nuestro país". También ha criticado que Batet se haya referido a la "multilateralidad", con Cataluña como parte de España, y no así a la "bilateralidad" que busca la Generalitat.

Por otro lado, aunque sí han abordado los recursos del Tribunal Constitucional contra leyes del Parlament catalán en políticas sociales, la ministra ha recordado que no es competencia del Ejecutivo cuestionar las decisiones judiciales.

Maragall cuestiona el "proyecto para Cataluña"

Uno de los puntos en los que ha incidido Batet ha sido el del "proyecto para Cataluña" que tiene el Gobierno español en el que se aborden "las cuestiones pendientes desde hace siete años" y en el que Cataluña se enmarca dentro de España. Sin embargo, Maragall ha dejado claro que "no han escuchado la palabra proyecto, ni se ha aportado la menor definición de este proyecto que tiene el Estado para nuestro país".

A pesar de los desacuerdos, el político catalán sí ha admitido que han hecho "lo que tenían que hacer" al acudir a la reunión, en la que han sentado la hoja de ruta para los próximos encuentros de la comisión en asuntos económicos, de infraestructuras, educativos y sociales.

El encuentro ha supuesto un paso más en la "vía de diálogo" por la que aboga Pedro Sánchez desde que tomó posesión del cargo tras la moción de censura con los apoyos del PdeCAT y ERC, pero, más allá de la normalidad, ha servido para poner de relieve el choque existente entre Madrid y Barcelona, que en los últimos días ha aumentado la presión sobre el presidente.

Así, la Generalitat se ha comprometido a asistir al resto de reuniones de la comisión bilateral "hasta diciembre de 2018", con una actitud con la que "darán la batallaal reconocer "la magnitud del problema, después de años de silencio, rechazo y acción contraria", una magnitud "que parece que el Estado no ve".