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De cómo el Quijote de Terry Gilliam llega a Cannes tras 30 años de infortunios

  • El festival acoge el estreno mundial de la visión quijotesca del cineasta
  • Durante tres décadas,Gilliam ha luchado por levantar su proyecto más deseado
  • Finalmente ve la luz, producida por Tornasol Films, y con Adam Driver y Jonathan Pryce
  • RTVE participa en la producción de una cinta que estrena el 1 de junio en España

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Adam Driver durante el rodaje de 'El hombre que mató a Don Quijote'.
Adam Driver durante el rodaje de 'El hombre que mató a Don Quijote'.

El hombre que mató a Don Quijote casi acaba con Terry Gilliam. Hace dos semanas, los rumores sobre su salud eran preocupantes. ¿Un ictus? ¿Un infarto? Lo único cierto era que el 9 de mayo un tribunal decidía si el Festival de Cannes podría proyectar El hombre que mató a Don Quijote como clausura del certamen y, desde Londres, Gilliam esperaba ansioso la resolución.

Quería coger el tren a París, pero su familia se lo desaconsejó para que no aumentase su estrés. El 9 de mayo llegaba la victoria judicial: Paulo Branco, exproductor del proyecto, no tenía derechos para impedir la proyección. El épico proyecto que Gilliam sueña desde hace 30 años pisa la alfombra roja de la catedral del cine y se proyectará tras la gala del 19 de mayo.

“La película merece ese lugar por toda la lucha heroica”, explica Mariela Besuievsky, socia de Tornasol Films, la productora española que ha levantado la cinta. “Nunca pensamos que sería tan heroico como ir a un tribunal, pero esta película siempre te da un punto más de épica de lo normal”.

Gilliam aplica su sello de caos y delirio visual a una historia en la que un director de cine (Adam Driver) desciende a los límites de la ficción y realidad con un actor que se cree Don Quijote(Jonathan Pryce).

RTVE.es estrena el tráiler en español de 'El hombre que mató a Don Quijote', de Terry Gilliam

Orson Welles ya se perdió en un laberinto intentando rodar su Quijote, pero lo de Terry Gilliam supera todo lo conocido. La película maldita por excelencia, eso sí, es ya una realidad.

1990: 20 millones sin haber leído el libro

Las aventuras de barón Munchausen está en el origen. Gilliam acomete a finales de los 80 una ambiciosa película sobre el personaje de Rudilf Erich Raspe que resultó un batacazo comercial tras un rodaje lleno de complicaciones.

Es entonces cuando Gilliam mira a El Quijote “Lo que siempre me ha intrigado del Don Quijote es que es un soñador, un idealista, un romántico. Está determinado a no aceptar las limitaciones de la realidad”, dijo en una entrevista para Author Interview. “Tiene una causa noble y siempre logra de algún modo seguir cabalgando”.

A Gilliam le gusta la conexión visual entre Munchausen y Quijote a través de los grabados que Gustave Doré realizó de ambas obras en el siglo XIX.

Ilustraciones de Gustave Doré para 'El Quijote' y 'El barón Munchausen'. noticias

Gilliam llama a uno de los productores de Munchausen y le dice: “tengo dos nombres para ti: uno es Quijote y el otro es Gilliam. Y necesito 20 millones de dólares”. Y los tiene al momento. A Gilliam solo le falta leerse el libro.

Varias semanas de lectura después comprende que es inadaptable en un largometraje. La financiación empieza a dar vueltas en círculo. Los millones prometidos aparecen y desaparecen. Gilliam imagina a Sean Connery como Quijote, pero finalmente piensa en Nigel Hawthorne (que tan bien interpretaría la demencia en La locura del rey Jorge) con Danny DeVito como Sancho Panza.

Con todo, el problema es que no hay guion. Richard Lester, otro de los cineastas que soñó su Quijote, le advierte sobre un problema básico: cuando el protagonista está loco y es pasivo, el espectador no sabe quién está a los mandos. Atasco total y Gilliam se interesa por otro guion: El rey pescador, una película sobre una estrella de la radio caída en desgracia rescatada por un mendigo que cree ser un caballero en busca de aventuras. Un Quijote enmascarado.

2000: El apocalipsis en Navarra

Gilliam encuentra finalmente la clave para el guion en Mark Twain. Inspirado por Un yanqui en la corte del rey Arturo, idea una historia sobre un ejecutivo publicitario trasladado a la España del siglo XVII, donde participa de las aventuras de Don Quijote.

Recluta a Johnny Depp (con quien acababa de filmar Miedo y asco en Las Vegas) para el papel protagonista y a Jean Rochefort para Don Quijote. La producción está cogida con alfileres, pero el equipo de arte ya tiene listos algunos de los locos decorados de Gilliam. El rodaje en el onírico desierto de las Bárdenas Reales de Navarra está planificado. Aquí empieza la leyenda maldita de Gilliam.

Jean Rochefort y Terry Gilliam en el rodaje del año 2000. noticias

Primer día de rodaje. Exterior/Día. Johhny Deep está encadenado para la escena. Solo que no se oye nada. Unos cazas de la OTAN realizan maniobras sobre el desierto. Gilliam tira por la calle de en medio: rodarán sin sonido. Pero todo eso es una anécdota cuando el segundo día unas nubes no previstas descargan el diluvio universal. Los técnicos no tienen tiempo ni para guardar los equipos, que son arrastrados por una tremenda riada.

Consciente de lo insólito de lo que ocurre, Gilliam da luz verde a Keith Fulton y Louis Pepe, que grababan el making of, para que registrasen cada paso en falso desde las entrañas. El documental de culto Lost in La Mancha es la mejor crónica filmada sobre el hundimiento de un rodaje.

'Lost in La Mancha'

Tras varios días de lluvia constante, se retoma la filmación con Jean Rochefort, un consumado jinete. Pero los problemas del actor para subir a Rocinante desvelan que sufre una hernia de disco. Sencillamente: no hay película. La cuenta del fracaso (15 millones de dólares) la asume la compañía de seguros que, por contrato, se queda con los derechos del guion.

2000-2016: “¿Tendremos este año al viejo bastardo montado en su caballo?”

Gilliam continúa con su carrera aunque reconoce que cada película sucede porque no puede filmar su Quijote. En 2005 anuncia que quiere a Gérard Depardieu como Quijote. Irónicamente, el éxito de Lost in La Mancha, juega publicitariamente a favor.

En 2006, tras años de batalla legal, se recuperan los derechos sobre el guion. Y Jeremy Thomas, productor de El último emperador, se interesa. Se baraja otra vez a Jean Rochefort y Johnny Depp, y también a Michael Palin (compañero de Gilliam en los Monty Python).

Hasta que en 2010 Gilliam anuncia que rodará con Ewan McGregor y Robert Duvall. El rodaje se retrasa y la financiación se cae. En 2012 Robert Duvall sigue como Quijote, pero McGregor no está. En 2014, Gilliam publica en Facebook: “Los sueños de Don Quijote han renacido. ¿Tendremos este año al viejo bastardo montado en su caballo?”.

El productor español Adrián Guerra asume el proyecto. Y John Hurt reemplaza a Robert Duvall. Para entonces, el guion ha mutado. El ejecutivo es un director de cine: la analogía entre las novelas de caballería que trastornaron a Quijote y las películas está servida. Gilliam no adopta el punto de vista de Cervantes: se identifica con Alonso Quijano. Nada le define mejor que transitar entre la realidad y la fantasía, vivir en el extrañamiento del umbral de la fantasía, rodeado de visiones y con la conciencia crepuscular.

Aparece Amazon Studios, con su ilimitado poder económico. Todo listo de nuevo cuando a John Hurt le diagnostican un cáncer de páncreas del que fallecería en 2017. Gilliam lo recordó así: “Pese al diagnóstico, estaba determinado en trabajar hasta el telón final. El cáncer fue los molinos que no pudo derrotar”. También Jean Rochefort falleció ese año.

2016: Tornasol films cumple el sueño de Gilliam

El productor portugués Paulo Branco, un estajovista del cine de autor, asume la financiación con Michael Palin, Adam Driver y Olga Kurylenko. Desde el principio, la cosa no marcha: Branco solo piensa en recortar presupuesto e incumple su contrato con Gilliam. Anula el rodaje y le manda un mail, clave en la victoria judicial de la semana pasada: “Mucha suerte con los próximos productores que te aguanten”.

Es cuando Mariela Besuievsky y Gerardo Herrero, socios de Tornasol Films se involucran como coproductores. “Nos pareció un guion con una visión y una metáfora del Quijote que nunca muere muy potente. Y decidimos ir para adelante un poco quijotescamente”, dice Besuievsky. Jonathan Pryce (protagonista del Brazil de Gilliam) sustituye a Palin.

Con 16 millones de euros, rodada en Navarra, Fuerteventura, Madrid, Aragón y Castilla La-Mancha, el rodaje no participó de la leyenda de maldita heredada.

“Fue bastante fluido todo. Te mentiría si te digo que ha estado exento de tensiones, porque en 12 semanas pasas de todo, especialmente con equipos multinacionales”, concede la productora. “Pero me impresionaba cómo tenía diseñada la película. Gilliam es alguien muy exigente, pero muy simpático. Dice claramente lo que quiere. Se trabaja muy bien, más allá de idas y venidas”. Gilliam se enamoró de las localizaciones del norte de Navarra “hasta el punto que teníamos que pararle para que no se comprase una casa”, bromea.

Terry Gilliam ha terminado su película sobre el Quijote un proyecto que ha intentado levantar en ocho ocasiones

Tras su paso por Cannes, la película se estrena en España el 1 de junio ¿La epopeya ha terminado? No: el 15 de junio Branco y Gilliam vuelven a verse las caras en el juzgado el 15 de junio por los derechos de la obra.“Branco no tienen ningún derecho. No tenemos miedo, solo tiene una gran capacidad para molestar. Creo que Branco entró en una dinámica de locura cervantina y se transformó en Malambruno”, compara con humor Besuievsky.

Pese a embrollo judicial repetiría no duda que repetiría la aventura. "Sí, porque me va un poco la marcha. Me montaría en Rocinante nuevamente: ha sido un viaje de aprendizaje de lo más interesante". El epílogo será Found in La Mancha, el nuevo documental sobre el nuevo rodaje que, centrado esta vez en el proceso creativo de Gilliam, también está listo ya. La leyenda continúa.