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La región alemana de Aquisgrán reparte yodo a la población por temor a un accidente nuclear

  • Denuncian el mal estado de la cercana central nuclear de Tihange, en Bélgica
  • En algunos reactores se han detectado fugas de agua por microgrietas
  • Algunas partes de la central tienen más de 40 años

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Central nuclear de Tihange, en Bélgica (foto archivo)
Central nuclear de Tihange, en Bélgica (foto archivo)

Las autoridades de la ciudad de Aquisgrán, en el oeste de Alemania, han empezado este viernes a repartir de forma gratuita pastillas de yodo a unas 500.000 personas de la región y cercanías. El motivo es que puedan tomarlas en caso de accidente nuclear en la cercana central de Tihange, situada a 70 kilómetros en territorio belga, y cuyo cierre reclaman por seguridad.

Algunas partes de la central tienen más de 40 años y tanto los reactores de la central de Tihange como los de Doel, en Antwerp, han debido ser desconectados varias veces para ser revisados. En algunos de ellos han sido detectadas fugas de agua radiactiva por la existencia de gran cantidad de microgrietas, destaca la cadena BBC.

Según han facilitado las autoridades de la región, que incluye la ciudad de Aquisgrán y pequeños municipios cercanos, las pastillas pueden solicitarse a través de internet los menores de 45 años, las mujeres embarazadas y las que estén dando el pecho a sus hijos.

Proteger la tiroides contra la radiación

La ingesta de tabletas de yodo, explicaron, "satura" la glándula tiroides con yodo (no radiactivo) e impide la absorción de yodo radiactivo después de un accidente nuclear, por lo que ayuda a prevenir el cáncer de tiroides.

El plazo para solicitar las pastillas es de tres meses y sólo podrán tomarse cuando se registre un accidente nuclear, de acuerdo con las recomendaciones de la Comisión federal de protección radiológica.

Según la prensa local, hasta ahora se había aparcado esta campaña por su coste económico y también por los riesgos, ya que el mal uso de las pastillas puede tener efectos perjudiciales para la salud. En los mayores de 45 años, los riesgos de los efectos secundarios de esas pastillas son superiores al riesgo de sufrir cáncer de tiroides, shan señalado los responsables de la iniciativa.