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Reducir los niveles de antioxidantes en células tumorales podría conseguir curar el cáncer de páncreas

  • Menos del 5% de los afectados sobrevive a los cinco años de ser diagnosticada
  • Su supervivencia se puede aumentar, según estudios realizados sobre ratones
  • Este estudio es aplicable a otros cánceres como de pulmón, colon o mama

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Un posible tratamiento para curar el cáncer de páncreas se ha desarrollado comprobando, en los ensayor realizados a ratones, que se aumenta su capacidad de supervivencia gracias a la combinación de dos fármacos.
Un posible tratamiento para curar el cáncer de páncreas se ha desarrollado comprobando, en los ensayor realizados a ratones, que se aumenta su capacidad de supervivencia gracias a la combinación de dos fármacos.

Reducir los niveles de antioxidantes en las células causantes del cáncer de páncreas podría ser el mecanismo clave para eliminar los tumores, tal y como ha mostrado un equipo del Cold Spring Harbor Laboratory, en Estados Unidos.

Según han publicado los autores en la revista ‘Cell’ -entre los que está Mariano Ponz-Sarvisé especialista del Departamento de Oncología de la Clínica Universidad de Navarra y Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA)- este descubrimiento podría crear una nueva maniobra en el tratamiento de esta enfermedad, en la que menos del 5% de los afectados sobrevive a los cinco años de diagnóstico.

Como plataforma terapéutica se han utilizado organoides de páncreas, que, según explican los expertos, son “aglomeraciones esféricas de células pancreáticas, cultivadas en sistemas 3D, obtenidas de pacientes con cáncer de páncreas y pacientes con páncreas sanos.

Así, se ha podido descubrir que el uso de dos fármacos combinados puede ser utilizado como tratamiento eficiente en ratones.

En este sentido, según explica Ponz-Sarvisé, se ha establecido una línea de investigación en el CIMA para impulsar el estudio de estos organoides.

Los niveles de oxidación son más altos en las células tumorales

Durante el trabajo dirigido por el profesor David Tuveson, los investigadores han asegurado que “el caso de las células tumorales que están desarrollándose es un caso especial, ya que en las células malignas, pese a mantenerse ese equilibrio, los niveles de oxidación son más altos”.

Según explican, un incremento de los niveles de antioxidantes tiende a prevenir el cáncer, sin embargo, los científicos han demostrado que en las células pancreáticas malignas o premalignas no se debería elevar estos niveles ya que “los agentes antioxidantes se generan en cada célula y se mantienen en un equilibrio muy preciso en tejidos sanos”

Las células malignas mueren ante una oxidación excesiva

Es por esto que han demostrado que, si se rompe el equilibrio entre las moléculas pro y antioxidantes, las células malignas morirán por una oxidación excesiva mediante el proceso de apoptosis, que es el suicidio de las células cuando estas detectan altos niveles de oxidación.

Aumentar los niveles de oxidación en las células cancerosas es disminuir los niveles antioxidantes, explican, por lo que para hallar la forma de reducir estos niveles sin dañar a las células sanas, los investigadores se centraron en una proteína llamada NRF2.

Esta es la proteína encargada de regular la actividad de otros genes y considerada un regulador del estrés oxidativo, es decir, “uno de los interruptores que se pueden manipular para alterar el equilibrio entre la oxidación y la reducción de células cancerosas.

Gracias a esto los expertos pudieron observar qué, cuando la proteína NRF2 se elimina por completo, el encargado de traducir los mensajes de los genes en proteínas, conocido como la ‘síntesis de proteínas’, es muy sensible a los cambios entre los niveles de oxidantes y antioxidantes.

Aun así también destacaron que la síntesis de proteínas no se veía afectada por las células normales del páncreas, lo que se conoce como ‘letalidad sintética’ que es cuando una situación que incide tanto en las células sanas como en las enfermas, sólo es letal para las enfermas.

“Tras descubrir esta diferencia entre células sanas y enfermas el objetivo que nos propusimos fue darle un uso terapéutico para obtener una aplicación clínica”, ha descrito Ponz-Sarvisé.

Han combinado dos fármacos

Durante los ensayos realizados, los inhibidores de AKT administrados solos y diseñados para inhibir el proceso de traducción que lleva a la síntesis de proteínas producían pequeños beneficios en la supervivencia de los modelos de ratones y pacientes humanos, según este estudio.

Por otro lado, también está BSO, que es una molécula que inhibe la síntesis de ‘glutation’, un antioxidante.

Así, los investigadores decidieron utilizarlos de forma conjunta para aumentar su eficacia y ver qué pasaría si fueran capaces de reducir los niveles de NRF2 en células cancerosas.

“Aquí es donde nuestro sistema organoide de páncreas fue tan valioso, hemos sido capaces de probar esta idea y ver que las células de páncreas normal no fueron afectadas por el tratamiento pero sí que aumentaba su capacidad de matar células del inhibidor de AKT”, comentan los expertos.

Tras esto, los investigadores decidieron ir más allá y utilizar esta combinación en ratones que padecieran cáncer de páncreas, comprobando así que eran capaces de aumentar la supervivencia de estos.

En este sentido, el doctor Ponz-Sarvisé, en colaboración con el doctor Silvestre Vicent, continúa con la experimentación en organoides ya iniciada en el CIMA y concluyen explicando que este estudio es aplicable a otros cánceres como subtipos de cáncer de pulmón, colon y mama.