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Arturo Fernández dimite como presidente de la Cámara de Comercio de Madrid

  • Lo hace ante la próxima apertura de juicio oral por las tarjetas B de Caja Madrid
  • También dimite por el mismo motivo el vicepresidente primero, Miguel Corsini

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Arturo Fernández entra en la Audiencia Nacional
Arturo Fernández entra en la Audiencia Nacional.

El presidente de la Cámara de Comercio de Madrid, Arturo Fernández, ha presentado su dimisión en el cargo ante la próxima apertura de juicio oral por el caso de las tarjetas opacas al fisco de Caja Madrid, ha indicado la institución en un comunicado.

El que fuera presidente de la patronal madrileña, CEIM, y número dos de la CEOE comunicó el jueves su renuncia al comité ejecutivo cameral, junto a la del vicepresidente primero, Miguel Corsini, también imputado en el caso de las tarjetas B de la caja madrileña.

El que hasta ahora era vicepresidente segundo de la cámara, Juan López-Belmonte, asumirá las atribuciones propias de la presidencia hasta que se reúna el pleno de la entidad, el órgano competente para cubrir las dos vacantes producidas.

"Sin presiones de nadie"

El pasado 5 de febrero, Fernández avanzó que presentaría su dimisión como máximo responsable de la cámara ante el comité ejecutivo de la entidad por la apertura de juicio oral por el caso de las tarjetas opacas al fisco. Entonces, indicó que daba el paso sin presiones "de nadie" y como consecuencia de la apertura del juicio oral.

La Audiencia Nacional anunció días antes que abriría juicio oral y sentaría en el banquillo de los acusados a los expresidentes de Caja Madrid Miguel Blesa y Rodrigo Rato, así como al resto de usuarios de las polémicas tarjetas, una vez concluida la fase de instrucción que ha llevado a cabo el juez Fernando Andreu.

Arturo Fernández dejó de encabezar la patronal madrileña en diciembre de 2014, nueve meses después de revalidar el cargo, precisamente como consecuencia del uso de una de esas tarjetas emitida al margen del circuito regular de la entidad y tras devolver los 37.326,57 euros que había gastado con la visa, gran parte en sus propios restaurantes.