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Premio Princesa de Asturias

Francis Ford Coppola: "El cine es como un Prometeo inmovilizado por las cadenas del mercantilismo"

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Premio Princesa de Asturias - Francis Ford Coppola: "El cine es como un Prometeo inmovilizado por las cadenas del mercantilismo"

Francis Ford Coppola es artista, emprendedor, técnico y visionario. Y sus cuatro dimensiones han aparecido en su discurso de ganador del Premio Princesa de las Artes 2015. El cineasta estadounidense, de 76 años, ahora mismo es básicamente un emprendedor, pero carga con toneladas de experiencia de las que ha querido extraer algunas lecciones sobre el futuro del cine.

“Algo que he notado estos días en Asturias, es la asunción de que un cineasta, y la fama que tiene, es capaz de solucionar los problemas del mundo con su cine”, ha dicho. “¡Ojalá fuera así! Pero desafortunadamente no tengo ese poder. Tal vez el cine sea capaz algún día de esos milagros, pero ahora mismo es como un Prometeo inmovilizado por las cadenas del marcantilismo, controlado y neutralizado en el nombre de los beneficios libres de riesgo”.

Palabras de derrota para el capo del Nuevo Hollywood que, en los años 70, consiguió que la maquinaria de la industria invirtiera en arriesgadas obras como La conversación o Apocalypse Now.

Cuando el pasado mayo se anunció el galardón, Coppola celebró la coincidencia de estar leyendo El Quijote. Y parece que sintió algo de identificación. “Aquí estoy frente a ustedes, pero no como 'el caballero de la triste figura', sino como su escudero Sancho, deseando solo no ser manteado y azotado continuamente por los extraños oponentes con los que se enreda mi maestro, y simplemente cuidando de mi burro y quizá darme una buena comida”.

De San Sebastián a Oviedo: dos hitos de su carrera

El cineasta ha recordado el espaldarazo que supuso su triunfó en 1969 en San Sebastián con Llueve sobre mi corazón. “Estoy especialmente emocionado por el hecho de que hace casi 50 años, al comienzo de mi carrera, otra vez en España, recibí la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián. Estos dos hitos definen mi carrera creativa y han sido aquí. Gracias por este honor, España”.

Coppola ha rendido homenaje a la doble inspiración que marcó a su generación. “Comencé entre la influencia de Hollywood y el excitante cine que se hacía en Europa y Japón en los años 50”. Y ha recordado a los grandes nombres de las dos corrientes: Wyler, Hitchcock, Wilder, Vidor por un lado, y Bergman, Kurosawa, Fellini, Rosellini y Buñuel por otro.

Ha sido su manera de introducir la naturaleza dual del cine: arte y entretenimiento. Y nadie simboliza mejor la ambición de potenciar al máximo las dos dimensiones que el director de El Padrino. “Ese siempre ha sido el objetivo”, ha dicho.

Y, pese a la referencia del escarmiento de su comparación con Sancho, se siente plenamente conectado con su yo de 28 años. “Me encuentro lleno de muchas de esas emociones y ambiciones. Continuó queriendo explorar las posibilidades futuras de esta forma de Literatura absolutamente mágica: el Cine”.

En los años 80 Coppola fue un idealista que vislumbraba gloriosos tiempos para el arte audiovisual con el advenimiento de las cámaras caseras. “Toda forma de arte es una creación y un producto derivado de la tecnología”, ha señalado antes de recordar que “en el comienzo, la tecnología fue el fuego que alumbraba las escenas que nuestros primeros ancestros con hacían con palos de madera carbonizados en las hogueras”.

Coppola sitúa el futuro del cine en el Live cinema (en el que se enmarca su último mediometrahe Distant vision), cine colectivo y realidad virtual. "Dan a los cineastas y artistas la posibilidad de experimentar con esas fronteras en la era de información, y la literatura cinematográfica de los nietos de nuestros nietos crearán serán diferentes de lo que hacemos, de hecho serán una extensión".

Pero, como bon vivant que es, Copoola ha cerrado citando directamente a Sancho Panza y celebrando el momento: "Cuando viene el bien, mételo en tu casa".