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Al menos siete muertos en una cadena de explosiones con paquetes bomba en el sur de China

  • Las 17 explosiones han dejado, además, medio centenar de heridos
  • La policía descarta a grupos armados y habla de un sospechosos como responsable
  • Un edificio de cinco plantas se ha derrumbado por la potente deflagración

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Al menos siete muertos y decenas de heridos en una serie de explosiones en la región china de Guangxi

Al menos siete personas han muerto, 51 han resultado heridas y dos están desaparecidas al producirse este miércoles 17 explosiones, al parecer provocadas, que han afectado a numerosos edificios públicos en la región meridional china de Guangxi, unos sucesos en los que la policía local descarta el ataque terrorista.

Las explosiones se han iniciado a las 15.50 hora local (9.50 hora peninsular española) en Liucheng, una cabecera de comarca de la región, y en otras zonas de los alrededores como la ciudad de Liuzhou, y han afectado a la sede del gobierno local, un hospital, una estación de autobuses, varias zonas comerciales y una prisión, según la televisión estatal CCTV.

Pese al alto número de explosiones en lugares estratégicos y a la sensible fecha -este jueves China celebra su Día Nacional, el aniversario de la fundación del régimen comunista-, la policía local ha insistido en que descarta que grupos armados estén detrás de los ataques y apunta por ahora a un único sospechoso.

Este presunto autor, un vecino de Liucheng apellidado Wei y de 33 años, ya ha sido detenido, ha señalado la agencia oficial Xinhua.

Devastación en la provincia de Guangxi tras una serie de explosiones

Devastación en la provincia de Guangxi tras una serie de explosiones. -

Equipos de bomberos, policías, trabajadores sanitarios y otros efectivos están desplazados en las zonas afectadas para labores de rescate y atender a los heridos.

Un edificio de cinco plantas derrumbado

Imágenes enviadas por testigos a través de la red social Weibo (equivalente chino a Twitter) muestran los estragos causados por los explosivos, que han derruido buena parte de un edificio de cinco plantas y han afectado a la fachada de una sede del gobierno comarcal, donde muchos cristales de las ventanas se rompieron. También se ve a varias personas en el suelo, atendidas de urgencia, así como motocicletas y otros vehículos dañados por potentes explosiones, que llenaron de cascotes y escombros las zonas aledañas.

Investigaciones preliminares apuntan a que las deflagraciones podrían provenir de paquetes mandados por correo que contenían explosivos, por lo que la policía local ha pedido a los vecinos que no abran ningún envío sospechoso.

El suceso se produce en víspera del Día Nacional, una conmemoración del régimen comunista con fuertes connotaciones políticas en la que buena parte de la ciudadanía china disfruta de una semana de vacaciones, por lo que se incrementan las medidas de seguridad en muchas ciudades y zonas turísticas.

Otros ataques similares

China ha sufrido durante años esporádicos ataques con explosivos contra sedes de gobiernos locales, especialmente en zonas rurales, donde muchos de los autores de estos atentados eran personas descontentas con decisiones de las autoridades, especialmente expropiaciones de tierras o demoliciones forzosas.

En septiembre de 2012, un antiguo trabajador de la construcción chino que quedó paralítico en un accidente laboral en 1994 y llevaba años pidiendo una indemnización a las autoridades murió tras detonar un artefacto explosivo durante una reunión con políticos locales para exponer sus quejas.

Meses después, en mayo de 2013, dos personas descontentas con otro gobierno local por un asunto de compraventa de tierras causaron una explosión en un edificio municipal en la provincia suroccidental de Yunnan, lo que causó cuatro muertos y 16 heridos.

En julio de 2013, un hombre de 34 años que había quedado paralítico por una paliza policial hizo estallar un artefacto que sólo causó un herido (el propio autor de la explosión) pero generó gran alarma al estallar en la Terminal 3 del Aeropuerto de Pekín, una instalación con extremas medidas de seguridad.

Por otra parte, en China se han registrado en los últimos años ataques con cientos de muertos que el régimen comunista sí considera ligados a movimientos terroristas, especialmente en la región de Xinjiang (noroeste), donde operan grupos separatistas que Pekín liga a redes yihadistas internacionales.