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Alberto Korda, la belleza de la Revolución

  • Korda, retrato femenino desvela la faceta desconocida del fotógrafo del Che
  • Empezó como fotógrafo de moda y aplicó su estilo a la Revolución
  • "Dicen que soy famoso, pero yo no me siento famoso", decía a su hija Diana
  • Puede verse en el Museo Cerralbo de Madrid dentro de PhotoEspaña 2015

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Alberto Korda, la belleza de la Revolución

"Yo, un simple ser humano de esta islita tan chiquitita, y dicen que soy famoso por la foto que hice del Che que hice... Yo no me siento famoso". Con esta humildad le hablaba el fotógrafo Alberto Díaz Gutiérrez, Korda, (1928-2001) a su hija "a cada rato" sobre la mítica imagen del Che Guevara que tomó en 1960 y que se ha convertido en la imagen más reproducida de la historia de la fotografía y en icono del siglo XX y por la que "nunca ganó un centavo".

"Pero mi padre fue más que esa imagen y eso es lo que me encargo de mostrar al mundo entero", explica a RTVE.es su primogénita y directora de la fundación Estate Korda, Diana Díaz, que ha presentado en Madrid la exposición Korda, retrato femenino, que muestra su poco conocida faceta como fotógrafo publicitario de moda y su obsesión por el retrato femenino, incluida en el programa de PhotoEspaña 2015 y que puede verse en el Museo Cerralbo hasta el 6 de septiembre.

La muestra reúne 60 retratos en blanco y negro fechados principalmente entre 1952 y 1960, además de una selección de la última sesión fotográfica que realizó con modelos profesionales en Sao Paulo en diciembre de 2000, cinco meses antes de morir. "Es el género que practicó a lo largo de toda su carrera, con el que aprendió a fotografiar y con el que terminó prácticamente sus días", señala a RTVE.es la comisaria de la exposición, Ana Berruguete. Incluso cuando Korda se convirtió en fotógrafo de la Revolución cubana, señala Berruguete, imprimió a su trabajo el mismo estilo de "lenguaje publicitario de imagen informativa y simbólica" pero cambiando las modelos profesionales por los líderes revolucionarios o las milicianas y campesinas.

Retratos mostrados al público por primera vez

Es la segunda vez que se exhiben los retratos femeninos de Korda, tras una muestra organizada en San Francisco en 2013, pero será la primera en la que además puedan verse las primeras instantáneas que realizó a su primera mujer y madre de Diana, Julia López, cuando aún no era fotógrafo profesional, ensayando las poses de la fotografía de moda de Estados Unidos de la década de los 50, y que hasta ahora habían permanecido en el ámbito familiar.

En 1953, fundó los Studios Korda junto a Luis Pierce Byers y empieza a realizar campañas publicitarias con la mujer como protagonista. Deudor de la fotografía norteamericana de los años 50 y "muy influido" por Richard Avedon e Irving Penn, desarrollaría un "estilo propio y transgresor para la época" sobre todo en el tratamiento de la luz en exteriores y en el uso de escenarios poco habituales en la fotografía de moda, explica Berruguete.

De esta etapa son sus imágenes de Nidia Ríos, una de sus grandes modelos, que en origen era una joven estudiante de la escuela americana de La Habana y que se convertiría en una de las modelos cubanas. En 1956 conoció a la modelo Natalia Magali Méndez Ramírez, Norka, que se convertiría en su "musa, modelo preferida y segunda esposa".

El fotógrafo de la Revolución

En 1959, con la Revolución castrista ya en el poder, Korda es invitado a acompañar a Fidel Castro en sus viajes oficiales, con Raúl Corrales y Oslvaldo Salas. "Aunque pueda resultar paradójico que un fotógrafo que viene de la publicidad, que era considerado algo frívolo por la Revolución, en el fondo ese lenguaje publicitario era lo que buscaba para llegar al pueblo, con una imagen simbólica y narrativa que enalteciera a los líderes", explica Berruguete, que resalta además la "afinidad" que alcanzó Korda con Fidel.

En uno de esos viajes, en Nueva York en 1959, Korda conoce a su admirado Richard Avedon, al que enseña su trabajo y que le recomienda que abandone la fotografía publicitaria y se dedique a la revolución, la 'new fashion' entonces para el americano. Aunque Korda seguiría compaginando su labor periodística con los escasos encargos publicitarios que aún recibía su estudio.

Lo que hizo el fotógrafo cubano fue seguir buscando esa belleza femenina en las guerrilleras y entre las espectadoras de los desfiles militares, "a las que retrata con la misma elegancia y feminidad". "En las concentraciones que se hacían en Plaza de la Revolución, mi padre siempre tenía varias cámaras colgadas de cuello, una para fotografiar a Fidel y a los otros líderes y oradores, y otra con la se ponía a buscar en entre el grupo de personas a las mujeres", recuerda su hija.

El estigma de la fotografía del Che

En 1960, cuando Korda tenía 31 años, tomó la mítica imagen del Che Guevara durante un acto de homenaje a las víctimas de una explosión. Pero no fue hasta la muerte del Che, en 1967, cuando esa foto del Guerrillero heróico se haría icónica cuando Giangiacomo Feltrinelli, al que Korda había regalado una de las imágenes, imprime un millón de pósters y los vende por todo el mundo.

"Aunque nunca ganó un centavo, mi padre le agradeció siempre a Feltrinelli que hubiese sacado al mundo la foto del Che, que ahora es la imagen más reproducida en la historia de la fotografía (...) una foto que él mismo decía que había legado a la Humanidad. Yo ahora me encargo de mostrar a todo aquél que conoce esa foto que mi padre fue más que eso", subraya Diana Díaz.

"Además de ser una imagen que le dio fama internacional, de la que siempre se sintió muy orgulloso, para él fue un estigma porque había otro Korda más allá de ese retrato. En cierto modo, eclipsó otras fotografías suyas más trascendentales", concluye la comisaria de esta exposición que nos invita a redescubrir el mayor maestro de la fotografía cubana de todos los tiempos.

Más PhotoEspaña

Otras cuatro exposiciones de PhotoEspaña está ya en marcha en Madrid, tres de ellas en el Círculo de Bellas Artes. Allí, en la Sala Goya se presenta la obra de la fotógrafa mexicana Lola Álvarez Bravo, figura clave del renacimiento artístico de México tras la revolución; en la Sala Picasso, Ana Casas Broda se vale del arte para explorar de forma honesta los conceptos del cuerpo y de la maternidad; y en la Sala Minerva podrá contemplarse la exposición colectiva En la mirada del otro. Fotografía histórica de Ecuador: la irrupción en la Amazonía, con valiosas piezas para dilucidar cómo las fotografías han construido la imagen del mestizo y de los indígenas. Por su parte, Casa América acoge la exposición Trasatlántica. Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos, en la que casi 100 artistas latinoamericanos revisa el estado de ánimo de la fotografía latinoamericana.