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La petrolera Petrobras confirma que toda su dirección será sustituida por un escándalo de corrupción

  • Se va la presidenta María da Graça Foster y cinco directivos
  • Sus sustitutos al frente de Petrobras se conocerán este viernes

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Protesta de los trabajadores de Petrobras ante la sede de Río de Janeiro
Protesta de los trabajadores de Petrobras ante la sede de Río de Janeiro.

La petrolera estatal brasileña Petrobras, protagonista de un gigantesco escándalo de corrupción, ha confirmado que toda su dirección será sustituida y que los nombres de los nuevos directivos podrían ser anunciados el viernes.

"Petrobras informa que su Consejo de Administración se reunirá el próximo viernes para elegir la nueva dirección ante la renuncia de la presidenta (de la empresa) y de los cinco directores", informó la mayor empresa de Brasil en un comunicado enviado al mercado.

La nota confirma las versiones que surgieron el martes, que no habían sido admitidas ni por la empresa ni por el Gobierno, según las cuales la presidenta de la compañía, María da Graça Foster, acordó en una reunión con la jefe de Estado de Brasil, Dilma Rousseff, su salida y la del resto del directorio.

Una compañía estatal

El Estado brasileño es accionista mayoritario en Petrobras, empresa que tiene acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York, Madrid y Buenos Aires.

La permanencia de Foster al frente de la empresa más estratégica de Brasil era considerada inviable debido a que el escándalo de millonarios desvíos salpicó a varios exdirectivos que compartieron la dirección de la empresa con algunos que aún continúan, entre ellos la actual presidenta.

Las versiones de que Rousseff finalmente había aceptado la renuncia de Foster, con la que tiene una antigua amistad y a la que se negaba a destituir pese a diferentes presiones, provocó una fuerte subida de las acciones de la petrolera en la bolsa de valores de Sao Paulo tanto el martes como en la apertura de este miércoles. Las acciones preferenciales de la empresa subieron un 15% la víspera.

Reunión con Rousseff

Las versiones sobre los cambios en la dirección de la empresa surgieron tras una reunión de casi de tres horas que Rousseff tuvo con Foster el martes en el Palacio de Planalto, pero el ministro de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia, Thomas Traumann, única fuente oficial en pronunciarse, precisó que la salida de la funcionaria "no fue decidida" en el encuentro.

Según versiones de la prensa, la salida no fue confirmada debido a que Rousseff aún no había decidido su sustituto, misión que encargó a su ministro de Hacienda, Joaquim Levy, a quien pidió que recomendase a alguien que tuviese aceptación en el mercado.

De acuerdo con versiones de la prensa, entre los candidatos para asumir la dirección de la empresa destaca el expresidente del Banco Central, Henrique Meirelles, ex titular del Bank of Boston.

Tráfico de influencias y sobornos

Petrobras se encuentra envuelta en un escándalo de corrupción por sobreprecios, tráfico de influencias y sobornos de al menos una década, por el que están detenidos tres ex directores de la petrolera y los directivos de varias empresas que eran contratistas de la estatal.

Según la Fiscalía, los recursos desviados de millonarios contratos con diferentes empresas eran distribuidos entre diferentes partidos políticos, principalmente el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y otros de la alianza oficialista.

Según informó la semana pasada el Ministerio Público Federal, el dinero del que se tiene pruebas que fue desviado hasta ahora en las operaciones de corrupción suma 2.100 millones de reales (unos 674 millones de euros).

Petrobras presentó la pasada semana los resultados financieros del tercer trimestre de 2014, pero excluyó de su balance las pérdidas causadas por desvíos en el seno de la estatal, que cuenta con 85.000 trabajadores.

No obstante, la compañía estimó que sus activos fueron sobrevalorados en 88.600 millones de reales (unos 28.424 millones de euros) por el aumento del precio de 31 contratos con constructoras y proveedores entre 2004 y 2012.

Esa cifra, sin embargo, incluye la apreciación de los activos provocada por variables como la tasa de cambio y otras, y no tiene en cuenta las pérdidas derivadas del pago de sobornos.