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El Supremo de Libia declara inconstitucional al nuevo Parlamento, que rechaza la decisión

  • Supone su disolución y la invalidación de sus decisiones
  • Anula la enmienda constitucional que había fijado las elecciones de junio

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Judge Kamal Bashir Dahan, head of Libya's Supreme Court, meets with members of the Constitutional Chamber in Tripol
El juez Kamal Bashir Dahan, presidiendo una sesión del Tribunal Supremo de Trípoli

El Tribunal Supremo de Trípoli ha declarado la inconstitucionalidad del nuevo Parlamento de Libia (Congreso de los Diputados) confinado en Tobruk, a 1.500 kilómetros al este de la capital.

Esta decisión supone la disolución del nuevo Parlamento libio y la invalidación de las decisiones que ha tomado, como la de encargar al primer ministro saliente, Abdala al Zani, formar nuevo Gobierno.

En la audiencia de este jueves, la corte ha anulado la enmienda constitucional que había fijado las elecciones del pasado 25 de junio de las que surgió el nuevo Parlamento libio.

Crisis política

Esta enmienda se decidió entonces para poner fin a la crisis política y de seguridad que atraviesa el país. El nuevo Parlamento, que cuenta con un reconocimiento internacional, apenas mantenía el control sobre una pequeña porción del territorio de Libia.

El nuevo Parlamento, que desde su constitución el pasado 4 de agosto se reúne en Tobruk no es reconocido por la Asamblea Legislativa saliente (El Congreso Nacional General), ubicado en Trípoli, que rechazó su legitimidad y nombró un Ejecutivo paralelo.

Sin embargo, existe otro Parlamento saliente (Congreso Nacional General, CNG), establecido en Trípoli, y que al no reconocer la legitimidad del primero encargó la formación de un "Gobierno de Salvación Nacional", dirigido por el islamista Omar al Hasi.

Tras la decisión tomada por el Tribunal Supremo, en la capital libia varios centenares de personas han acudido a la Plaza de los Mártires para celebrar el anuncio, que también fue festejado en el oeste y sur del país. Por su parte, el Parlamento de Trípoli se ha congratulado del anuncio y su vicepresidente, Saleh el Majzum, ha asegurado que respetan y apoyan la decisión del Tribunal Supremo.

"Para nosotros es como si el Congreso de los Diputados de Tobruk nunca hubiese existido", ha indicado Majzum, quien ha calificado de "válidas" todas las decisiones tomadas por su Parlamento, como la formación del "Gobierno de Salvación Nacional".

Asimismo, Majzum ha subrayado que el Parlamento de Trípoli "asumirá la responsabilidad para que todas las partes alcancen una solución consensuada" y llamó al diálogo entre "las diferentes milicias revolucionarias del país".

Tobruk rechaza la decisión

El Parlamento libio de Tobruk, que gozaba de reconocimiento internacional, ha rechazado públicamente la decisión dictada por el Supremo libio para invalidar su elección, según ha declarado su presidente Aguila Saleh al canal libio Awalan.

Sin embargo, al menos cinco miembros de este Parlamento han aceptado la decisión.

Omar Al Hasi, jefe del Gobierno libio autoproclamado, se ha felicitado por la decisión del Supremo y ha afirmado en una rueda de prensa en Trípoli que el anuncio de inconstitucionalidad "llevará al Banco Central de Libia, que había tomado una postura imparcial hacia esta crisis política, a desbloquear parte de los presupuestos del Estado".

La crisis de Libia se remonta a la caída del antiguo régimen de Muamar al Gadafi en 2011, ya que desde entonces las autoridades provisionales han fracasado en su objetivo de restablecer el orden y la seguridad en el país.

Borrador de nueva Constitución

El vicepresidente del CNG, encargado de redactar la nueva Constitución, ha anunciado que ya se está trabajando sobre un borrador de la Carta Magna que será anunciado el próximo 24 de diciembre, y tras su aprobación se formará un nuevo Parlamento y Gobierno.

"Somos optimistas con este proceso porque lo que más importa para Libia y la comunidad internacional es tener una Constitución", concluyó Majzum. La crisis de Libia se remonta a la caída del antiguo régimen de Muamar al Gadafi en 2011, ya que desde entonces las autoridades provisionales han fracasado en su objetivo de restablecer el orden y la seguridad en el país, lo que refuerza a las milicias locales que intentan en muchas ocasiones imponer su voluntad por la fuerza.

Por una parte se encuentran las tropas del general sublevado Jalifa Hafter, que dirige desde el pasado mes de mayo una operación militar contra las milicias islamistas que operan en la ciudad de Bengasi, la segunda más importante del país, y que apoyan al Parlamento de Trípoli. A mediados de octubre, Hafter lanzó una nueva ofensiva contra las milicias en Bengasi en la que han muerto ya más de 280 personas y 5.000 libios han huido a otras ciudades.

En estos momentos, Bengasi se encuentra prácticamente paralizada con los comercios, los bancos, el puerto y aeropuerto cerrados.

Mientras, en Trípoli y sus alrededores los combates entre las milicias rivales también son continuos y tan solo en Kikla más de 140 personas han fallecido en las dos últimas semanas.