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España es el tercer país con más trabajadores pobres de la UE por detrás de Rumanía y Grecia

  • El 12,3% de los trabajadores españoles viven bajo el umbral de la pobreza
  • La situación se ha agravado en los últimos años, según un informe de CC.OO.

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España registró en 2012 una tasa de pobreza entre sus trabajadores (pobreza laboral) del 12,3%, lo que le sitúa como el tercer país europeo con el porcentaje más elevado, sólo por detrás de Rumanía (19,1%) y Grecia (15,1%), según un estudio de la Fundación 1 de Mayo de Comisiones Obreras.

Aunque tradicionalmente los niveles de pobreza laboral de España han superado a los del conjunto de la UE, en este informe se pone de manifiesto que la situación se ha agravado en los últimos años, con 740.000 hogares que no tienen ningún tipo de ingreso.

Así, mientras que el porcentaje de trabajadores pobres en España alcanzaba el 11,7% en 2009, el promedio europeo se situaba en el 8,4%. En 2012, la tasa de pobreza laboral española subió hasta el 12,3%, con un diferencial de más de tres puntos sobre la media de la UE-28 (9,1%).

Los trabajadores pobres son aquellas personas ocupadas que, a pesar de los ingresos que perciben por su empleo, viven en hogares donde no se supera el umbral de la pobreza, es decir, donde los ingresos totales se sitúan por debajo del 60% de la media de ingresos de los hogares.

Menos pobreza laboral en Finlandia, Chequia, Holanda y Bélgica

Los datos de países como España, Rumanía y Grecia contrastan con los de otros Estados europeos, como Finlandia, República Checa, Países Bajos y Bélgica, donde menos del 5% de los ocupados se encuentran por debajo del umbral de la pobreza.

Según datos de Eurostat citados en este estudio, la pobreza es superior entre los trabajadores por cuenta propia (35,5% en España, frente al 23% en la UE) y entre los que tienen contratos temporales. En concreto, la tasa de pobreza de los españoles con contrato temporal se situó en 2012 en el 16,2%, frente al 5,4% de los empleados indefinidos. En Europa, estos índices son bastante similares (14% y 5,5%, respectivamente).

El estudio señala además que la tasa de pobreza es mayor entre las personas que llevan trabajando menos de un año o que tienen una trayectoria laboral "inestable" y entre los trabajadores a tiempo parcial (19% frente al 11% de los trabajadores a tiempo completo).

Según CC.OO., los bajos salarios han contribuido a la extensión de la pobreza entre los trabajadores. De acuerdo con el Barómetro Social de España, en 2012 uno de cada tres trabajadores asalariados cobraba un sueldo inferior o igual al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

El estudio también constata que los jóvenes presentan un mayor riesgo de pobreza y que las personas con una mayor formación muestran tasas de pobreza inferiores, aunque superiores con comparación con la media europea.

Las mujeres sufren más la precariedad pero menos la pobreza

Las mujeres están más afectadas que los hombres por situaciones precarias como la temporalidad, la parcialidad o los bajos salarios, sin embargo las mujeres que trabajan suelen presentar menores tasas de riesgo de pobreza que los hombres en su misma situación.

En España el 11% de las mujeres ocupadas se encuentra por debajo del umbral de la pobreza en el año 2012. Esta cifra es la tercera mayor de Europa, sólo por detrás de Rumanía (16%) y de Grecia (13%), lejos de la media europea, que se sitúa en el 8,5%, y mucho más alejada de otros países como Malta o Finlandia (3%).

En relación a la tasa de pobreza masculina, cabe resaltar que en la mayor parte de los países europeos, la tasa de riesgo de pobreza de las mujeres ocupadas es inferior a la correspondiente a los hombres; solo en seis países es superior la tasa femenina (Estonia, Chipre, Alemania, Letonia, Lituania y República Checa).

España, con tres puntos de diferencia, se encuentra entre los países en los que existe una mayor brecha entre la tasa de pobreza de mujeres y hombres ocupados, por detrás de Rumanía, Malta, Grecia y Polonia. En el año 2013, la tasa de pobreza de las mujeres ocupadas en España es del 10%, mientras que la de los hombres ocupados es del 11%.

El estudio concluye que "las reformas laborales, lejos de crear empleo capaz de redistribuir las rentas, están provocando una precarización laboral incuestionable". Añade que "el desmantelamiento progresivo de las redes de protección social pública extiende dicha precarización hasta ser incapaces de asegurar la universalización de condiciones dignas de vida".