Enlaces accesibilidad

Investigadores australianos descubren la estrella más antigua del universo

  • Se formó poco después del Big Bang, hace 13,7 millones de años
  • Su composición obliga a replantearse cómo se formaron las primeras estrellas
  • El hallazgo abre una nueva frontera en la investigación del origen del Universo

Por
Vista del telescopio SkyMapper en el Observatorio de Siding Spring, Australia.
Vista del telescopio SkyMapper en el Observatorio de Siding Spring, Australia.

Un equipo de astrónomos de la Universidad Nacional de Australia ha descubierto la estrella más antigua del universo hasta la fecha. Según informa la web de la Universidad, el astro se formó poco después del Big Bang, hace 13,7 millones de años. El descubrimiento, que fue publicado en el último número de la revista Nature, ha permitido a los astrónomos estudiar por primera vez la química de las estrellas, lo que ha dado a los científicos una idea más clara de cómo era el universo en sus orígenes.

El descubrimiento, cambiaría la última frontera alcanzada por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, que sostienen que casi todas las galaxias formaron sus estrellas hace unos 8.000 millones de años.

"Esta es la primera vez que hemos sido capaces de decir con certeza que hemos encontrado la huella química de una estrella primigenia", dice el coordinador de la investigación, doctor Stefan Keller. "Este es uno de los primeros pasos para entender cómo eran esta primeras estrellas", explica.

La estrella, bautizada como SMSS J031300.36-670839.3, se encuentra en la Vía Láctea a unos 6.000 años luz de la Tierra, una distancia que para Keller está "relativamente cerca en términos astronómicos".

Profundizar en el origen de las estrellas

Hasta ahora, se pensaba que las estrellas primitivas murieron en explosiones extremadamente violentas que contaminaron gran parte del espacio con hierro, explica Keller. Sin embargo, continúa, este descubrimiento demuestra signos de que esta contaminación se produjo a través de elementos más ligeros como el carbono y el magnesio y no mediante hierro.

“Esto indica que la supernova de las primeras estrellas liberaron una cantidad de energía sorprendentemente baja aunque suficiente para desintegrar la estrella”, revela Keller. Después, “casi todos los elementos pesados, como el hierro, fueron absorbidos por el agujero negro que se produjo en el centro de la explosión”, aclara.

La composición de la nueva estrella muestra que se formó a raíz de una estrella primigenia que tenía 60 veces la masa del sol. Para que una estrella como nuestro sol se formase, explica Keller, fueron necesarios el hidrógeno y el helio liberados en el Big Bang, a los que se les añadió una gran cantidad de hierro. “El equivalente a 1.000 veces la masa de la Tierra”, puntualiza.

Sin embargo, sigue explicando, para hacer esta estrella primitiva, sería necesario un asteroide de hierro del tamaño de Australia y toneladas de carbono. “Es una receta muy diferente que nos cuenta mucho sobre la naturaleza de las primeras estrellas y cómo murieron”, concluye.

Esta revelación podría tener un gran calado ya que podría resolver una discrepancia muy prolongada en el tiempo entre los datos obtenidos por la observación y la predicción para aclarar el origen del Universo, el Big Bang.

Mapeando las estrellas del sur

“Estamos encontrado estrellas únicas”, comenta el profesor Mike Bessell, que colabora con Keller en la investigación. “Encontrar estas agujas en un pajar es posible gracias al SkyMapper, que es único para localizar estrellas con bajo contenido de hierro en su color”.

La estrella más antigua hasta la fecha se ha descubierto utilizando el telescopio SkyMapper, de 1,35 metros de diámetro, en el Observatorio de Siding Spring, al sureste del país, donde se está desarrollando una proyecto de investigación de cinco años de duración, que en tan solo uno ha fotografiado más de 60 millones de estrellas, para crear el primer mapa digital del cielo en el sur.

Keller y Bessell han confirmado el descubrimiento utilizando el telescopio Magallanes, en Chile, de 8,4 metros de diámetro.