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Fernando Argenta, in memoriam: la última entrevista

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Fernando Argenta delante de los micrófonos
Argenta editó varios discos de música clásica entre los que destacan 'Clásicos divertidos'. 'Clásicos infantiles' y 'Clásicos populares 25 y 30 años'.

Durante más de treinta años la voz de Fernando Argenta visitó nuestros hogares a la hora de la comida o en la sobremesa con su programa “Clásicos populares”, uno de los espacios "clásicos" de la programación de RNE como también lo era la música que nos ofrecían en él. El pasado 18 de noviembre, apenas unos días antes de su muerte, fue el propio Fernando quien abrió las puertas de su hogar a los micrófonos de Radio Clásica para conversar sobre su padre Ataúlfo, del que al día siguiente se cumplía el centenario de su nacimiento.

La mañana fue emotiva desde el instante mismo en el que su amante esposa, Toñi Robles, acudió a los estudios de Prado del Rey para conducirnos a la casa familiar, un auténtico paraíso natural en pleno extrarradio madrileño. Allí pudimos contemplar el confortable estudio en el que Fernando escribió uno tras otro, con la inestimable ayuda de su mujer, los miles de guiones que le dieron la fama y el cariño de los oyentes, junto a su compañera de micrófono Araceli González Campa.

En una mesa sencilla, con vistas a un entorno natural envidiable, Argenta confeccionaba cada programa a mano, como si de un artesano se tratase, depositando en ellos sabiduría, pasión y mucho humor. Cada uno de esos textos está guardado en su archivo personal como testimonio de una carrera espléndida, que abrió las puertas a miles de españoles al maravilloso mundo de la música clásica, un ámbito de minorías, lamentablemente, que Fernando consiguió hacer llegar a las masas.

Momentos duros de enfermedad

Aquella mañana Argenta estaba sereno, tranquilo, resignado, a pesar de que la sombra de la enfermedad lo perseguía desde hacía tiempo. El amor que su esposa y su hijo Ataúlfo le regalaban cada día le ayudó a sobrellevar los momentos más duros de esta última etapa, en la que tuvo que sufrir además la pérdida de su querida hermana Cristina, también compañera de RNE. En el salón en el que nos recibió brillaban con luz propia sus Premios Ondas, miles de discos y libros cuidadosamente ordenados y fotos con grandes nombres de la música española como Teresa Berganza, gran amiga de la familia.

Sus expresivos ojos seguían tan vivos como siempre, y su magnetismo y capacidad de comunicación, intactas. La conversación nos llevó a recordar de una forma entrañable, sin caer en el sentimentalismo fácil, sus vivencias al lado de su padre, Ataúlfo Argenta, que falleció prematuramente a los 44 años de edad. Dar a conocer su valioso legado, así como preservar su memoria artística, fue una de las misiones más importantes que Fernando llevó a cabo a lo largo de su vida.

También hubo tiempo aquella mañana para recordar a sus cuatro hermanas, a las que quería con locura, y para hacer balance de su etapa como estudiante de Derecho y como componente del grupo Micky y los Tonys, hasta que en 1971 recayó en RNE casi por casualidad. En esta casa permaneció hasta 2008, haciendo felices a millones de personas.

"¡Viva la música clásica!"

Con una sonrisa en los labios, nos contaba Fernando que en los últimos tiempos sus dos grandes compañeras eran la radio y la televisión, dos medios que por muchos años le tendrán en su memoria. Siempre nos quedará su recuerdo a través de sus programas y de ese “¡Viva la música clásica!” que coreaban entusiasmados los niños que presenciaban cada sábado El Conciertazo.

Este último espacio, que presentó durante 8 años, puso el broche de oro a una intensa carrera que le convirtió en uno de los personajes más populares del momento. La capacidad para emocionar a todas las personas a través de la música, independientemente de su edad, su procedencia o su nivel cultural, era una de las virtudes que más admiraba de su padre. Fernando Argenta logró eso mismo diariamente a través de su trabajo en RTVE, y por eso, hoy todo el país está de luto.

*EVA SANDOVAL. (Radio Clásica RNE)