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Uruguay se convertirá en el primer país que regula la producción y el comercio de marihuana

  • La Cámara de Diputados aprueba la estrategia del presidente Mujica
  • Falta la luz verde del Senado, donde hay mayoría del bloque gubernamental
  • La ley da al Estado el control de todo el proceso de producción y distribución

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El Congreso de los Diputados de Uruguay aprueba la legalización de la marihuana

Uruguay está a un paso de convertirse en el primer país del mundo en controlar la producción y el comercio de la marihuana. Después de 14 horas de debate, la Cámara de Diputados ha aprobado la estrategia antidroga impulsada por el presidente del país, José Mujica, y ahora solo falta el visto bueno del Senado, donde el partido gubernamental cuenta también con mayoría.

El proyecto de ley ha sido aprobado con 50 votos a favor de los 96  totales, después de una larga sesión que comenzó por la  mañana y terminó cerca de la medianoche del jueves.

Los adultos inscritos podrán comprar 40 gramos al mes

Como ha sucedido en los últimos meses con iniciativas legislativas progresistas como la del aborto y el matrimonio homosexual, el bloque liderado por Mugica, el Frente Amplio (FA), ha hecho valer su mayoría parlamentaria para sacar adelante un texto que establece que el Estado "asuma el control y la regulación de la importación, la exportación, la plantación, el cultivo, la recolección, la compra, el almacenamiento, la comercialización y la distribución del cannabis y sus derivados".

En la actualidad, el consumo de marihuana no está penalizado en Uruguay, pero sí lo está su comercio.

Cuando se apruebe la ley, está prevista la creación de un instituto de regulación y control del cannabis que se encargará de gestionar la producción y distribución de ese producto.

Así, los consumidores adultos de marihuana o sus derivados que residan en Uruguay y estén inscritos en un registro de usuarios podrán comprar hasta un máximo de 40 gramos mensuales en farmacias autorizadas.

"Un cambio de paradigma" en la lucha contra las drogas

Pese a la mayoría con la que cuenta el Frente Amplio, se produjo cierta tensión en el debate y posterior votación, ya que un diputado del bloque amenazó con votar en contra. Aunque finalmente decidió apoyarlo -según dijo, por lealtad al partido-, Darío Pérez se despachó a gusto contra la iniciativa: "La marihuana es una bosta [excremento de vaca o caballo], es enemiga del estudiante, del trabajador, de la vida. Y lo importante es que es una bosta con o sin ley. Y va a seguir pasando a pesar de nosotros, con o sin ley".

No obstante, el diputado reconoció que la propuesta es uno de los "proyectos más impactantes de la legislatura" de Mujica que debería concluir en 2015, e implica un "cambio de paradigma del tema de la droga".

Su correligionario Jorge Orrico recordó que, "si el negocio de la droga no es clandestino, no funciona" y criticó la doble moral de países como Estados Unidos en ese terreno.

"Son los líderes en el mundo en la represión contra este tipo de cosas, pero dentro de Estados Unidos hay 18 estados que liberaron" la marihuana, uno de ellos -Colorado- para usos recreativos.

La oposición quiere un referéndum sobre la ley

Orrico subrayó que "la guerra a las drogas no ha tenido resultado alguno y el consumo de drogas ha aumentado en todas las partes del mundo", hasta convertirse en un "problema de salud y seguridad públicas".

El diputado del Partido Nacional de la oposición Gerardo Amarilla opinó que, "en el mejor de los casos", la norma tendrá consecuencias sobre el 12% del negocio del narcotráfico y lamentó que el país esté "ensayando, dando un mensaje confuso a la sociedad".

Su correligionaria Verónica Alonso opinó que "vivir con las drogas es un eslogan derrotista y condenatorio", mientras que el legislador de otro partido opositor, el Partido Colorado, Richard Sander dijo que la ley "va en contra del fin que persigue".

Sander se preguntó también si su aprobación "no terminará siendo un argumento en contra del país" en el contencioso internacional con la tabacalera Philip Morris por su dura legislación contra el tabaquismo.

Su compañero Borsari anunció una campaña de recogida de firmas para tratar de convocar un referéndum contra la ley, si esta se aprueba, como ya había anticipado hace dos días Sander.

También ha habido diputados opositores que votaron contra la ley por obediencia a su partido, pese a respaldarla, como el colorado Aníbal Gloodtdofsky. "Ya es hora de que Uruguay vuelva a ser el país considerado la Suiza de América en tiempos de Batlle", intervino en alusión al presidente José Batlle Ordóñez (1903-1907 y 1911-1915), señalado como el padre del Uruguay moderno por sus iniciativas progresistas.

En el Partido Independiente, el diputado Daniel Radío se sumó a esa tendencia al recalcar que "no necesariamente hablar de drogas implica hablar de un problema" ya que, dijo, "algunos consumos son problemáticos y otros no". "No podemos permitirnos no experimentar para cambiar esta situación", apuntó.

Indiferencia de la población

El debate fue seguido con expectación por las asociaciones de consumidores de cannabis y partidarios de legalizarlo, que fueron desalojados del interior de la Cámara cuando estallaron de júbilo después de la votación.

La implicación de esos grupos contrastó con la indiferencia del resto de la población, pese a que una encuesta divulgada el pasado lunes por la consultora Cifra revela que el 63% de los uruguayos rechaza el plan gubernamental y solo un 26% lo apoya.

De acuerdo a cifras de la Junta Nacional de Drogas, el 20% de los uruguayos de edades entre los 15 y los 65 años consumió marihuana alguna vez en su vida y el 8,3% la usó en el último año.

La iniciativa no tiene parangón en Latinoamérica y es vista con recelo por la mayoría de países, pero también ha recibido el apoyo de personalidades como el premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa, de varios expresidentes de la región y hasta del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, que la considera algo que "vale la pena ensayar".