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Un grupo de militantes de Greenpeace se cuela en una central nuclear francesa

  • La ONG denuncia el estado de las instalaciones y exige su desmantelamiento
  • Hollande se ha comprometido a cerrar un reactor durante su mandato

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Fotogragía difundida por Greenpeace de su acción en la central nuclear de Tricastin.
Fotogragía difundida por Greenpeace de su acción en la central nuclear de Tricastin.

Un numeroso grupo de activistas de Greenpeace, 29 según la policía, han entrado esta madrugada en la central nuclear de Tricastin, en el sur de Francia, para denunciar el estado de las instalaciones y exigir su cierre si se quiere evitar "una catástrofe".

Fuentes de la compañía EDF que explota el complejo han  dicho que los militantes no han accedido a las "zonas sensibles". La ONG ha informado de que "una treintena" de personas entraron "sin problemas" al recinto por tres sitios diferentes en una acción que comenzó poco después de las 05.00 (mismas hora en la España peninsular).

Pasado el mediodía, las autoridades daban por finalizado el incidente con la detención de 29 personas y una fuente del Ministerio de Interior justificó la demora por la seguridad de las instalaciones.

Los militantes han proyectado la imagen de una fisura sobre el reactor número uno del complejo (tiene cuatro en total), para recordar las fisuras reales que se han descubierto en esas instalaciones; y han desplegado una pancarta con el perfil de François Hollande y este mensaje: "¿Presidente de la catástrofe?".

La ONG ecologista pide el cierre urgente de cinco centrales nucleares de Francia [ver informe en francés en pdf], entre ellas esta de Tricastin,  por su antigüedad (30 años) y riesgos, que son minimizados por el Gobierno.

Acciones de este tipo han sido llevadas a cabo con cierta frecuencia por  Greenpeace en diversos países. Francia es una gran potencia mundial de  la energía atómica.

Hollande anunció su intención de reducir la proporción de energía nuclear en el consumo eléctrico nacional del actual 75% al 50% en 2025 y se comprometió a cerrar la central más antigua, la de Fessenheim (cerca de la frontera alemana) antes de 2017. Greenpeace dice que para cumplir ese objetivo, se deberían cerrar diez reactores en 2017 y 20 antes de 2020.