Enlaces accesibilidad

En Portada. "El destierro sirio"

  • En Portada retrata la vida en Zaatari, el mayor campo de refugiados sirios
  • Situado en el desierto jordano, más de la mitad de su población son niños
  • El reino hachemí acoge ya a más de medio millón de refugiados del país vecino
  • El destierro sirio se estrenó el 16 de mayo a las 23.00 h en La 2
  • Mira las mejores imágenes de nuestro viaje en tamaño XXL

Por
En portada - El destierro sirio

FICHA TÉCNICA

GUIÓN: Esther Vázquez

REALIZACIÓN: Miguel Ángel Viñas

IMAGEN: Fernando Brioles

SONIDO: Fernando Romera

MONTAJE: Eulalia Morcillo

A Zaatari ya se le conoce como el campamento de los niños, porque más de la mitad de su población son menores de 18 años. Situado en medio del desierto jordano, Zaatari es uno de los mayores campos de refugiados sirios de la zona. Se construyó hace menos de un año y ya está desbordado. Algunos días más de 2.000 sirios cruzan la frontera desde Siria buscando refugio en la vecina Jordania.

Uno de los lugares más inhóspitos del país, que antes albergaba una base militar y cuyos terrenos ha cedido el reino hachemí para construir este campamento. En Jordania hay más de medio millón de refugiados sirios y Zaatari es ya, por número de habitantes, la cuarta ciudad del reino.

El campamento de los niños

Están ya hartos de visitas, de gente que viene a fotografiarles y luego se va

Situado a unos 80 kilómetros de la capital, en este campamento es muy difícil dar un paso sin que por el camino te encuentres con un montón de niños con sus brazos levantados imitando constantemente los signos de la victoria que tanto han visto por la tele. Críos que cuentan relatos estremecedores, que a pesar de las penas que han sufrido a su corta edad se les escapa una sonrisa y se muestran deseosos de jugar. Niños que te rodean y te miran con familiaridad porque casi todos están ya hartos de visitas, de gente que viene a fotografiarles y luego se va.

Hemos ocultado sus rostros para protegerles, pero sus voces suenan potentes y son la denuncia de una situación que nunca debieron sufrir.

A pesar de que los niños tienen el don de poder olvidar las desgracias más rápidamente que los mayores y la facilidad de adaptarse a cualquier circunstancia por muy difícil que sea, en Zaatari hay demasiadas miradas tristes, mucho miedo acumulado y una gran desconfianza.

El problema de la escolarización

Echan de menos la vida que llevaban antes de la guerra y lo que más quieren en este mundo es volver a casa

Aunque hay dos escuelas, cuyas aulas están repletas, quedan muchos niños sin escolarizar. Ahmad, que con tan solo once años dedica casi todo su tiempo a cuidar a su madre enferma, nos decía que el no va al cole porque le pilla muy lejos de su tienda. Mohamad sin embargo, va por las tardes al colegio y ha empezado a aprender aquí a leer. Su carácter triste y encolerizado, tras la muerte de su padre en combate, ha cambiado mucho desde que llegó, convirtiéndose ahora en ese niño dispuesto a cooperar en todo.

Hamse dejó el colegio hace un año y no ha vuelto a estudiar. Ahora sale a vender tabaco junto a su hermano por el campamento para ayudar a la familia. Dina tiene la suerte de que su madre era directora de un colegio en Siria, así que no ha perdido el hábito del estudio. Nuestros pequeños protagonistas, tienen historias muy diferentes, pero muchos deseos en común: Todos ellos echan de menos la vida que llevaban antes de la guerra y lo que más quieren en este mundo es volver a casa.

Juego y deporte para recuperar la infancia

En el campamento hay también áreas de juego que parecen pequeños oasis dentro de este espacio repleto de polvo y piedras. Lugares para entretenerse pintando, realizando manualidades o jugando. La Fundación Atlético de Madrid ha donado equipamiento y balones para los niños de Zaatari, un regalo que tuvimos la suerte de poder entregar a la organización Save the Children para su reparto. Los niños han puesto sus nombres en sus camisetas y se organizan partidos con los que estos pequeños olvidan por un momento los momentos amargos que les ha tocado vivir.

Juegos y deportes para recuperar, aunque sea por unas horas, esa infancia que han tenido que dejar de lado para llenarse de obligaciones y responsabilidades.

Además de la gran cantidad de niños que siguen llegando desde la frontera, en el campamento se produce una media de ocho a diez nacimientos al día.