Enlaces accesibilidad

¿Son los abejorros los machos de las abejas?

  • Son familiares de las abejas de la miel, que pertenecen a otra especie
  • Con la primavera las reinas salen a coger fuerzas para crear una colonia

Por
Un abejorro obrero toma polen de una flor.
Un abejorro obrero toma polen de una flor.

No hay imagen más primaveral que las flores del campo con abejas revoloteando a su alrededor, libando néctar y cargando polen en la patas.  De vez en cuando entre las amables y peludas abejas vemos ejemplares que destacan por su enorme tamaño. Son abejorros. A diferencia de lo que señala la creencia popular, no son los machos de las abejas de la miel. Son familiares pero pertenecen a una especie distinta.

En Europa existen alrededor de 30 especies de abejorros. La más común en los países mediterráneos es el Bombus terrestris. Tiene el cuerpo negro con bandas amarillas, como las abejas, y la parte inferior del abdomen blanquecina. En Canarias abunda el Bombus canariensis, completamente negro y con el abdomen blanco.

Tanto los machos de las abejas como los de los abejorros reciben el nombre de zánganos. Nacen de huevos sin fecundar. No tienen aguijón porque nunca tendrán que defenderse de las amenazas presentes en el exterior de la colmena.  Su misión es exclusivamente inseminar a la reina.  Tanto es así que tras ello mueren y cuando la reina tiene suficiente esperma almacenado los zánganos, al no ser ya necesarios, son expulsados del nido hasta que mueren de frío.

Los abejorros obreros sí pican, para defenderse, pero a diferencia de las abejas no dejan su glándula de veneno dentro de sus víctimas, por lo que pueden recoger el aguijón y seguir con vida.

Esos abejorros obreros que vemos libando las flores estos primeros días de primavera, acaban de nacer. En invierno mueren todos excepto la reina, que permanece escondida bajo tierra. Por eso, a diferencia de la abejas, no fabrican miel, porque no la necesitan para alimentar durante el invierno a los habitantes de la colmena.

Con el cambio de temperatura y humedad propio de la estación de las flores, la reina emerge de su escondite, se alimenta del néctar de alguna flor para tomar fuerzas para crear una nueva colonia. Para ello busca una madriguera de roedor abandonada o algún agujero similar para establecer su nido, discreto y de poco más de un centenar de individuos en climas templados. Construye algunas celdas para poner los huevos que fecundará echando mano del esperma que tiene guardado en su interior. Los primeros abejorros obreros que nacen se encargan de agrandar el nido y construir más celdas y cuidar de las siguientes crías.

Zumban para recoger polen

Los abejorros obreros zumban con fuerza. Usan esta vibración de sus cuerpos para agitar las anteras cargadas de polen de las flores, que cae en su espalda, cubierta de vello. Cepillan con las patas el polen recogido,  lo arrastran a las canastas de las patas traseras y lo transportan al nido.

Esta manera de recoger polen es tremendamente útil para la agricultura. Hay plantas destinadas al consumo humano, como el tomate o la manzana, que son polinizadas con estos insectos. Los agricultores compran colmenas que sitúan en los invernaderos o en los campos de cultivo.

Su cubierta vellosa además de capturar con eficacia el polen los hace más resistentes al frío,  por eso vuelan a primera hora del día, con lluvia y viento suaves. Viven en zonas templadas de todo el mundo, pero gracias a este pelo, también se encuentra en regiones frías circumpolares.