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Italia vota bajo la sombra del desgobierno con la Unión Europea en vilo

  • Los sondeos no pronostican mayorías amplias a ningún partido
  • El resultado en el Senado y el voto de indecisos y emigrantes serán claves
  • Desde las capitales europeas se siguen con mucha atención estas elecciones

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47 millones de italianos elegirán a diputados y senadores

Abren los colegios electorales italianos bajo la lluvia y la nieve en parte del territorio. La meteorología juega a favor de la abstención, uno de los fantasmas a los que se enfrentan estos candidatos conscientes de que cada voto es una pepita de oro cuando el territorio de las ventajas es estrecho como el ojo de una aguja.

Cincuenta millones de italianos deben renovar el parlamento y también las cámaras regionales de Lombardía, Molise y Lazio. La corrupción ha provocado el final anticipado de la legislatura en esas tres regiones.

Pese a las promesas de recortar el número de diputados y senadores en este tiempo de crisis, el número de sus señorías seguirá siendo el mismo que en anteriores legislaturas: el Parlamento Italiano está formado por 945 representantes; 315 senadores que deben tener más de 40 años y 630 diputados

Los colegios esperan a los electores este domingo hasta las diez de la noche. Mañana lunes abren a las siete de la mañana para cerrar definitivamente a las tres de la tarde, momento del cierre definitivo de las urnas.

En Italia los mayores de 18 años tienen derecho a elegir representantes en la Cámara. Para votar a los candidatos del Senado se debe ser mayor de 25.

Cuando cierren los colegios se empezará el recuento por el Senado. Precisamente en la Cámara Alta del Parlamento es donde se prevé un panorama más incierto. Los recuentos en las regiones de Lombardia y Sicilia se antojan como vitales para la composición de la Cámara Alta.

En la Cámara Baja se estipula un premio de mayoría para el partido o coalición que gane en las elecciones con lo que es más fácil obtener la estabilidad. Pero el italiano es un sistema bicameral perfecto donde una parte del parlamento puede neutralizar lo aprobado en la otra.

Italia acude a las urnas. Pero ya nadie cree en el inicio de un tiempo nuevo como parecía en noviembre de 2011, cuando Monti se hizo cargo del gobierno. Europa palpita mirando a Italia y entre el líder del centro izquierda, Bersani, el encantador de masas, Berlusconi y el agitador social, Grillo, el profesor puede tener la llave de la estabilidad política y las reformas que Bruselas reclama a Roma.