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Madrid acoge la primera gran muestra sobre el falsificador Elmyr de Hory

  • La exposición se puede ver desde este viernes en el Círculo de Bellas Artes
  • Cuenta con óleos, dibujos, acuarelas y documentos sobre su vida

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El Círculo de Bellas Artes de Madrid expone una muestra del falsificador Elmyr de Hory

Lamentablemente, en el mundo del arte no todo es lo que parece. Y si no que se lo digan al que un día fue director de Fogg Museum de Harvard, quien en 1955 compró a un tal Raynal un dibujo de Matisse titulado A Lady with Flowers and Pomegranates. La obra, para su disgusto posterior, no era de Matisse, sino del húngaro Elmyr de Hory, “el mayor falsificador de arte de nuestro tiempo” para algunos.

Fue en aquellos tiempos cuando Hory empezaba a ser descubierto, después de pasar años produciendo obras -llegó a pintar más de mil cuadros- que pasaban por ser auténticos Monet, Signac, Derain, Modigliani o Picasso. La primera vez que vendió un cuadro falso sería en París, durante la visita de una amiga suya a su estudio. Era el año 1946. La multimillonaria Lady Campbell se fijó en uno de sus dibujos y lo atribuyó a Picasso. Y se lo pagó como si lo fuera.

La vida de Elmyr de Hory a través de sus obras está al alcance del público madrileño a partir de este jueves 7 de febrero. El Círculo de Bellas Artes alberga hasta mediados de mayo Proyecto Fake, la primera gran exposición de óleos, acuarelas, dibujos y litografías del artista húngaro.

Una reflexión sobre qué es el arte

“Queríamos mostrar al artista, pero también reflexionar sobre cuál es la esencia del arte, sobre qué es en realidad lo que se valora de él”, ha explicado este miércoles la comisaria de la exposición, Dolores Durán. Para ello, la sala que alberga esta retrospectiva acoge 28 piezas de Elmyr de Hory a la manera de Modigliani, Monet, Léger, Sognac, Vlaminck, Van Dongen, Derain, Dufy, Matisse, Picasso, Renoir y Degas, por un lado, y 6 retratos “a su propia manera”, por otro.

Sin duda, la figura de este artista -que pasó sus últimos años en Ibiza, donde falleció- se vuelve más interesante conforme se conocen más detalles de su vida. La exposición permite ver también Historias como cuerpos, cristales como cielos, un documental dirigido por Ana Useros, que, según sus palabras, “se centra en la identidad”. “Es un relato sobre identidades que constriñen a las personas y sobre cómo logran escapar de ellas recurriendo al disfraz”, ha explicado durante la presentación de la muestra.

La importancia de la autoría, las verdades y las mentiras del mundo del arte, la autenticidad, el negocio y el interés son aspectos por los que navegamos mentalmente mientras contemplamos la maestría de este hombre cortés e histriónico que insistía en que él no falsificaba para después matizar que lo que era una falsificación en toda regla era el mercado del arte.

Se rió de los críticos que no le valoraban

Cumplió su objetivo, ganó dinero y se rió de los críticos de arte que tanto le habían ignorado y que, poco después y frente a un cuadro suyo, no eran capaces de diferenciar entre la verdad y la falsedad de su autor. Pero, sobre todo, plantea una gran pregunta que sigue siendo contemporánea: ¿Qué es lo que se está valorando realmente? ¿La firma, la belleza, lo que el mercado quiere valorar en un determinado momento?

La otra pregunta es, inevitablemente, esta: ¿Cuántos Elmyr de Hory habrá, a día de hoy, colgados en los mejores museos del mundo haciéndose pasar por joyas del arte? Puede que muchos.