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Un robot para analizar la accidentada central nuclear de Fukushima

  • Su aspecto es el de un cuadrúpedo; puede caminar y subir escaleras
  • Cuenta con una segunda unidad más pequeña que puede desplegarse desde el robot principal

Tiene una autonomía de dos horas, cámaras y sensores de radiación

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Una de las preguntas que mucha gente lanzaba al aire durante la crisis nuclear a consecuencia del terremoto de Japón de 2011 era… Pero, ¿dónde están los robots? Y es que acostumbrados a ver todo tipo de ingenios mecánicos realizar pequeñas proezas frente a las cámaras y en los laboratorios, se hacía un poco difícil entender que las labores de salvamento, exploración y desescombro de la peligrosa central nuclear Fukushima Daiichi estuvieran siendo realizados por personas y no por robots. Pero, como ya vimos, no apareció ningún robot salvador como en las películas.

Desde luego, los momentos de crisis no eran los mejores para ponerse a hacer experimentos con robots poco probados: había problemas más urgentes como el propio suministro eléctrico básico, que quedó aislado e inutilizado a las pocas horas de la llegada del tsunami. Problemas tan mundanos como enchufes con conectores incompatibles, cables demasiado cortos o mangueras que no encajaban fueron parte del desastre.

Pasado un tiempo, diversas empresas se pusieron en contacto con las autoridades para ofrecer sus servicios especialmente en todo lo relacionado con la exploración de las zonas más peligrosas y contaminadas de la central nuclear: cámaras especiales, pequeños robots de observación e incluso ingenios voladores para tomar fotografías.

Ahora la empresa Toshiba ha anunciado que ha completado el trabajo en un robot articulado diseñado especialmente para la investigación sobre el terreno en zonas de riesgo como la central de Fukushima.

El robot tiene forma de un gran cubo con cuatro extremidades como las de un perro – un tetrápodo en terminología técnica. Pesa 20 kilos y puede moverse «caminando» lentamente, a una velocidad punta de 1 kilómetro por hora. Gracias a esa peculiar configuración de las articulaciones puede desplazarse por terrenos que no sean llanos, entre escombros y pequeños obstáculos. También es capaz de subir escaleras. 

El robot se dirige de forma remota y cuenta con un medidor de radiación y una cámara para tomar imágenes y asistir al operador. Una de sus capacidades más interesantes es que puede desplegar una segunda unidad robótica más pequeña, que se mueve con ruedas, para llegar a lugares más recónditos. La «unidad hija» depende de un cable con el que se puede recuperar desde el «robot padre» en cualquier momento.

La idea es enviar este robot a las zonas consideradas de riesgo de la central nuclear de Fukushima Daiichi para que tome fotografías, recoja muestras y analice los niveles de radiación y cualquier otro detalle importante para los ingenieros e investigadores. Zonas prohibidas que no serían seguras para un ser humano, pero en los que un robot no tiene ningún problema para pasar un rato.