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Las doctoras de Santa Cristina confirman que 'sor María' tenía el poder en las adopciones

  • Han declarado seis doctoras que trabajaron junto a 'sor María' en Santa Cristina
  • Tres de las testigos dicen que administración debía saber lo que ocurría

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Declaran ante el juez cinco doctoras que trabajaron en la clínica Santa Cristina de Madrid en 1982

Cinco doctoras han confirmado este martes ante el juez que investiga el presunto robo de una niña en la Clínica Santa Cristina, de Madrid, en 1982 que la religiosa María Gómez Valbuena, conocida como 'sor María', era la responsable de las adopciones casi en exclusiva y tenía un poder omnímodo.

Las médicas han apuntado que en la clínica había una zona privada a la que se llevaba a las madres que presuntamente querían dar a sus hijos en adopción, según fuentes jurídicas.

Las doctoras Ana Elisa López Delgado, María Rosa Acero de Pablo, María Teresa del Olmo Mombiedro, Carmen Sánchez Calvo y Olga Fadón Pérez han comparecido este martes como testigos ante el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero.

Han expuesto que 'sor María' era la responsable de la administración de las adopciones casi en exclusiva y tenía libertad y potestad para entrar y salir en la zona de los nidos y de las incubadoras, sin que nadie pudiera enmendarle la plana.

Tres de las cinco testigos han afirmado que la religiosa tenía una enorme autonomía dentro de la clínica, pero los directores y los jefes de departamento y de la administración debían saber lo que ocurría dentro de la cadena jerárquica de mando de una maternidad pública.

Sigue imputada la religiosa

El juez mantiene imputada a la religiosa por los delitos de detención ilegal y falsedad en documento público, tras la denuncia presentada por María Luisa Torres, que la acusa de haberle arrebatado a su hija recién nacida en la Clínica Santa Cristina en 1982.

El abogado de la denunciante, Guillermo Peña, ha indicado que hay "muchísimas contradicciones" entre personas que han sido compañeras de servicio que le llevan a pensar que "el consentimiento de la madre no aparece por ningún sitio y que es más que probable que María Luisa Torres pudiera haber permanecido en la zona privada sin haber sido atendida por nadie".

Durante el interrogatorio, el juez ha sido más incisivo con las neonatólogas que tenían la responsabilidad de saber de dónde venían los niños y a dónde iban, por la identificación que llevaban en la cuna.

Después de prestar declaración ante el juez, Olga Fadón, que fue neonatóloga en la Clínica Santa Cristina durante treinta años, ha asegurado a los medios de comunicación que "nunca" notó nada "extraño", ni vio a ninguna madre llorar, ni vio a ningún matrimonio entrar sin hijos y salir con hijos.

"Sor María", la única que atendía las adopciones

"Sor María" era "poderosa", ha resaltado Olga Fadón, antes de explicar que "lo que hacía ella estaba bien hecho", que "era la que atendía las adopciones única y exclusivamente" y que "lo de las adopciones siempre ha sido algo conflictivo".

La neonatóloga ha reconocido que "era otra España totalmente distinta, y las madres sabían muy poco de sus derechos", pero ha comentado que no cree que ninguna madre haya sido "coaccionada" para dar a su hijo en adopción.

Al ser preguntada por el supuesto robo de niños en la Clínica Santa Cristina, ha manifestado que no cree que fuera posible hacer eso porque "había muy buenos jefes y se funcionaba muy bien".

Mientras tanto, a las puertas de los juzgados de la Plaza de Castilla, se ha vuelto a concentrar un grupo de mujeres y hombres de la Asociación Sos Bebés Robados Madrid con carteles y fotografías para pedir justicia

Tanto el abogado de la denunciante como el de la religiosa había pedido la

comparecencia de los responsables de la clínica

para que aclarasen qué ocurrió desde que María Luisa entró por la puerta de admisión hasta que salió del paritorio.

El pasado mes de abril, María Luisa Torres ratificó ante el juez que la religiosa le dijo que le quitaba a la bebé "por adúltera", ya que el padre no era su marido.

Por su parte, "sor María" se acogió a su derecho a no declarar, aunque, en una carta abierta a los medios de comunicación, rechazó las acusaciones y dijo que le "repugnaba" separar a un recién nacido de su madre.