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Así funciona el rescate precautorio al que podría recurrir España para que el BCE compre deuda

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El Banco Central Europeo (BCE) ha aprobado la compra ilimitada de deuda soberana de los países del euro con problemas, una solución para los países que sufren la presión de los mercados sobre su deuda soberana, como España e Italia, aunque solo podrán acceder a ella si solicitan alguna de las tres formas de rescate "parcial" articuladas a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que se aprobaron en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea celebrada el 21 de julio de 2011.

El programa "precautorio", está dirigido a países que como España e Italia todavía tienen acceso a los mercados para financiarse, pero requieren de una fórmula alternativa al rescate total, que alivie la desconfianza y la presión de los mercados sobre su deuda soberana. Su aplicación implica sin embargo una "condicionalidad macroeconómica total", en palabras del propio presidente del BCE, Mario Draghi.

Ninguna de las tres líneas de crédito puestas a disposición de los países a través de este programa tiene una cuantía específica, aunque se  prevé que pueda variar entre el 2% y el 10% del PIB del país en  cuestión, entre 20.000 y 100.000 millones en el caso de España. La duración inicial en los tres casos es de un año, y se puede ampliar hasta dos años, con dos prórrogas de seis meses.

La concesión del crédito no implica su activación inicial, sino que tiene un carácter preventivo, es decir, el Gobierno podrá utilizarlo en función de sus necesidades de liquidez a lo largo de los dos años de plazo.

En cualquier caso se dirige, según el documento publicado por el BCE, a "terminar con las dudas de los mercados sobre la liquidez con la que cuenta un país" para hacer frente a los vencimientos de deuda que hasta ahora han hecho aumentar las primas de riesgo de los países periféricos del euro.

La opción menos gravosa: un crédito preventivo

El crédito preventivo condicionado (PCCL, por Precautory Conditioned Credit Line) es el que tiene una condicionalidad menos exigente y se dirige a países miembros de la zona euro con una sólida situación económica y financiera pero que tengan que hacer frente a algún tipo de shock sobre su economía.

De hecho, el país que solicite el PCCL debe contar una deuda pública y una posición externa sostenibles en el tiempo -un aspecto en el que España podría encontrar problemas-. También deben haber cumplido con las exigencias económicas fijadas por la Unión Europea para la reducción del déficit público, aunque se ofrece la opción de que aquellos que aún tengan un déficit excesivo puedan solicitarlo si aceptan las exigencias del Consejo Europeo.

El Banco Central Europeo también exige que el país que solicita este tipo de crédito haya accedido a la financiación de los mercados, en términos razonables a lo largo de los últimos años.

Las entidades financieras del país, según este tipo de crédito, no deben tener problemas de solvencia que supongan una amenaza a la estabilidad financiera de la zona euro. Por último, el Gobierno, una vez ha accedido al crédito, debería garantizar que la Comisión Europea puede vigilar su utilización.

Segunda opción: un crédito "con condicionalidad reforzada"

La siguiente línea de crédito que articula este rescate precautorio o preventivo es el ECCL (Enhanced Conditions Credit Line), que se dirige a los países miembros de la zona euro que a pesar de haber adoptado políticas adecuadas, presentan vulnerabilidades en su economía que impiden precisamente el acceso al crédito PCCL.

Este tipo de crédito de "condicionalidad reforzada" es, por lo tanto, para países que adopten medidas para corregir las debilidades de su economía y eviten así cualquier problema futuro en el acceso a la financiación de los mercados. En este caso, el Gobierno de dicho país debe garantizar el respetoa los criterios acordados cuando el crédito es concedido.

Además, el Estado beneficiario deberá consultar y adoptar las medidas económicas recomendadas por la Comisión Europea y el BCE para superar sus debilidades económicas.

Esta modalidad es la que el Banco Central Europeo ha recomendado específicamente es el comunicado que detalla las condiciones para acceder al nuevo programa para quwe la autoridad monetaria adquiera deuda de los países con problemas financieros.

Tercera opción: protección parcial de la deuda soberana

Por último, la línea de crédito con condicionalidad reforzada y protección parcial del riesgo soberano (ECCL+, por Enhanced Conditioned Credit Line with sovereign partial risk protection) es una garantía para el país sobre la deuda soberana emitida en el mercado primario.

El Certificado de Protección Parcial (PPC) implica garantizar a los inversores que acuden a las subastas un porcentaje del monto principal de la deuda soberana emitida, que podría cubrir una quita de entre un 20% y un 30% de dicha deuda. Es decir, el Banco Central Europeo aseguraría a los inversores parte de la deuda que adquirieran.

El bono emitido y el certificado correspondiente se emiten a la vez, pero luego se pueden negociar por separado en los mercados. El Estado beneficiario debe demostrar que tiene deuda pendiente de vencimiento, por al menos por el mismo valor de la cuantía del PPC.

Un memorando específico determinará las  medidas que el Gobierno del país beneficiario debe adoptar durante el  período en que dispone del Certificado de Protección Parcial. Su incumplimiento podría suponer la revisión de dicho memorando que podría incluir nuevos ajustes en la política económica.

Vigilancia de la Comisión Europea

El programa precuatorio establece que la Comisión Europea vigilará la política económica de los Estados mientras se beneficien de cualquiera de las tres líneas de crédito y dicha vigilancia variará dependiendo de los riesgos para la estabilidad financiera o los desequilibrios en las cuentas públicas que se hayan producido hasta entonces.

En el caso del ECCL y el ECCL+, una vez terminado el período de vigencia, si la Comisión Europea percibe que persiste el riesgo para la estabilidad financiera del país en cuestión, los mecanismos de vigilancia se podrían ver reforzados.

Además, el Gobierno deberá brindar toda la información necesaria para conocer los ingresos a través de impuestos y el gasto público y hacer una auditoría de ingresos y gastos sobre sus cuentas y sobre la calidad de las estadísticas sobre las cuentas públicas, bajo la supervisión de Eurostat. También tendrá que remitir a la Comisión y al BCE información semanal sobre el sistema financiera y realizar pruebas de resistencia a la banca, bajo la supervisisón de la Autoridad Bancaria Europea.

Si las condiciones del programa precautorio no se cumplen, la Comisión Europea podrá cancelar la línea de crédito otorgada (el BCE dejaría de comprar deuda soberana del país) y forzarle a pedir un rescate total, con un programa de ajustes macroeconómicos y un procedimiento para aplicarlo.

Activación

El primer paso para la activación del rescate precautorio consiste en la petición formal por parte del Estado al Eurogrupo, que trabajará con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo en la elaboración de un informe sobre los riesgos en el acceso a la financiación de los mercados. Después, tras este análisis, los miembros del Eurogrupo decidirán por unanimidad si se concede la línea de crédito, la clase de crédito que se concede, su cuantía y su duración.

Habrá un Acuerdo de Asistencia Financiera (FFA) para facilitar la rápida activación de los créditos en caso de que sea necesario, especificando todas las modalidades de ayuda disponibles, que deberá ser firmado al mismo tiempo que el memorando.

Y en cualquier caso, como en todas las socilitudes de rescate al EFSF, el país deberá negociar un Memorando de Entendimiento, el contrato en el que se especifican las condiciones de la ayuda financiera.