Enlaces accesibilidad

El encargado de formar gobierno en Grecia se propone anular las condiciones del rescate

  • Syriza considera que los resultados electorales vetan el memorándum
  • Afronta la tarea casi imposible de formar gobierno
  • Si no lo consigue y también fracasa el Pasok habrá elecciones en junio
  • Bruselas y Berlín advierten a Grecia que carece de margen de maniobra

Por
Tsipras, líder del Syriza, con el presidente griego.
Tsipras, líder del Syriza, con el presidente griego.

"El veredicto de las urnas convierte en nulo el Memorandum". Con estas palabras Alexis Tsipras, el líder de Syriza, el segundo partido más votado en Grecia el pasado domingo, ha empezado su tarea de intentar formar un gobierno en Grecia, que buscaría como primera misión anular las condiciones impuestas por la troika para acceder al rescate financiero, algo que pondría patas arriba a toda la Unión Europea.

Tsipras ha recibido el encargo este martes del presidente griego, Carolos Papulias y tiene tres días para lograr la tarea casi imposible de formar un ejecutivo.

El líder del partido más votado en los comicios, Antonis Samarás ya ha contestado a Tspiras     y se ha negado a renegar del acuerdo para el rescate del país.

"Me está pidiendo que ponga mi firma en la destrucción de Grecia. No haré eso", ha declarado en un comunicado emitido por televisión, donde se ha mostrado abierto a tolerar un gobierno de coalición en minoría siempre y cuando quede a salvo la pertenencia de Grecia al euro, algo a lo que Tsipras no se ha comprometido.

El pasado lunes después de que Syriza, Izquierda Democrática, los comunistas y Griegos Independientes  rechazaran participar en un tripartito con los conservadores de  Nueva Democracia y los socialdemócratas del  Pasok, al entender que son responsables del empobrecimiento del país.

Estas formaciones, especialmente Syriza, que se quedó a apenas dos puntos de los conservadores Nueva Democracia, fueron las vencedoras morales de los comicios del pasado domingo, cuando lograron en total un 30% de voto, una cifra solo ligeramente menor a los dos grandes partidos tradicionales.

Sin embargo, el sistema electoral griego, que 'regala' 50 diputados a la formación más votada ha hecho que la pequeña diferencia en votos se traduzca en 52 escaños para Syriza y 108 para Nueva Democracia.

"Podría ser más fácil la formación de un Gobierno de izquierda si la ley electoral no ofreciera un regalo de 50 escaños al primer partido", manifestó Tsipras a su llegada a la reunión con el presidente griego.

Apoyo insuficiente

El problema aritmético del líder de izquierdas es evidente y parece insuperable: aunque las formaciones anti rescate suman 151 de los 300 diputados -la mayoría absoluta- lo cierto es que pactar con los neonazis de Amanecer Dorado está excluido, lo que les coloca en franca minoría frente a los conservadores y el Pasok.

Más aún, aunque las formaciones de izquierda suman 97 diputados, el Partido Comunista (26 diputados), uno de los últimos de carácter estalinista en Europa, ya se ha pronunciado en contra de entrar en el Gobierno.

Sí ha conseguido el apoyo de Izquierda Democrática (Dimar), sexta fuerza parlamentaria con 19 escaños y que es una escisión moderada de Syriza.

El apoyo de Dimar, condicionado a la pertenencia de Grecia a la eurozona y la UE, es claramente insuficiente para formar gobierno, dada la división de los partidos de izquierda contrarios a las políticas de austeridad.

Anulación del rescate

Con todo, Tsipras ha aprovechado la ocasión de reivindicar su programa electoral, que pasa por la "cancelación" de toda medida del memorándum (tal y como se conoce en Grecia al programa de ajustes económicos impuestos por el rescate) y de las leyes "vergonzosas" que reducen los salarios y pensiones y "aniquilan los derechos laborales".

Además, exige que se ponga "bajo control del Estado" el sistema bancario griego, aunque no ha especificado si se trata de eventuales nacionalizaciones o simplemente de reforzar el control sobre el funcionamiento.

También pide que una comisión internacional audite la deuda soberana griega para averiguar qué parte de ella es ilegítima -y por tanto puede no pagarse, según las normativas internacionales- e, igualmente, pedir una moratoria de pago sobre el resto.

El objetivo del joven líder de izquierdas sería para algunos medios, como el liberal Kathimerini, lograr la victoria en unas nuevas elecciones en junio al mando del bloque anti-austeridad.

"El país se dirige a la catástrofe, si no hay un gobierno de de unidad nacional en las próximas horas,  parece inevitable ir a nuevas elecciones (...) en junio, y la victoria  del bloque extremista anti-austeridad de Tsipras es evidente", señalaba el rotativo.

Advertencias desde Berlín y Bruselas

Y es que si Syriza no logra formar Gobierno ni tampoco el líder del Pasok, Evangelos Venizelos, se convocarán nuevas elecciones dentro de un mes.

 

Mientras en Bruselas y en Berlín la tensión es evidente ante la evolución política en Grecia, que los mercados empiezan a ver ya con pie y medio fuera del euro.

El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, no ha dejado a los partidos griegos ningún margen de maniobra para renegociar el memorándum y ha recordado que los países en dificultades de la zona euro deben aplicar una estricta disciplina presupuestaria si no quieren caer en "suspensión de pagos".

Por su parte, el Gobierno alemán ha confesado que sigue "con gran preocupación" la situación surgida tras las elecciones parlamentarias del domingo, según ha indicado el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle.

"Llamamos a todos los implicados en Grecia a buscar una solución rápida para que pueda formarse un gobierno sensato y estable", ha añadido el ministro.