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En Portada. "Serbia, en busca de su identidad"

Por
En Portada - Serbia, en busca de su identidad

FICHA TÉCNICA

GUIÓN Y REALIZACIÓN: PILAR REQUENA 

IMAGEN: MANUEL OVALLE 

SONIDO: MIGUEL ÁNGEL CANO 

MONTAJE: MONTSE LUNA 

PRODUCCION: ANA PASTOR

Fue en el otoño de 2007, debía ser noviembre, cuando le planteé al entonces director de En Portada, Juan Antonio Sacaluga, la conveniencia de realizar un reportaje sobre Serbia y todos los problemas que el país tenía para encontrarse a sí mismo y su identidad, después de las guerras balcánicas. Mostró su total acuerdo y me puse a preparar el viaje para finales de enero y primera quincena de febrero.

No podíamos imaginar que iban convocar justamente para las fechas previstas de nuestro viaje elecciones presidenciales y, además, se empezó a hablar de la posible declaración de independencia de Kosovo para mediados de febrero. Así que, al final, me encontré haciendo información también para el Telediario sobre el resultado de las elecciones presidenciales y después en Kosovo otro tanto de lo mismo sobre su independencia, proclamada el 17 de febrero de 2008.

Los mismos candidatos, diferentes circunstancias

Lo paradójico es que algo más de cuatro años después los candidatos principales y rivales son los mismos, pero Serbia y sus circunstancias no. El presidente saliente y firme europeísta Boris Tadic (más que probable ganador en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el próximo 20 de mayo) y el nacionalista populista Tomislav Nikolic.

Saben que para entrar en la UE ha de desaparecer cualquier veleidad nacionalista

Su actual discurso pro europeo choca con el ultranacionalismo y radicalismo del que hacía gala no hace mucho. Pero, como dice el refrán, rectificar es de sabios y parece que los serbios han aprendido la lección. Saben que para entrar en la Unión Europea ha de desaparecer cualquier veleidad nacionalista. Y saben también que a ellos se les escruta con lupa, bastante más que a otros países, para expurgar sus pecados mortales.

Elecciones 2008: el lastre de las guerras balcánicas

Recuerdo que en 2008 todo giraba en torno a las consecuencias de las guerras balcánicas y al precio que los serbios estaban pagando. Milosevic por aquel entonces ya había muerto en La Haya donde se encontraba detenido después de su entrega al Tribunal Penal Internacional en 2001. Pero el nacionalismo serbio seguía ahí y todavía contaban con bastante fuerza, un nacionalismo que en aquellos momentos se había acrecentado ante el hecho de que Kosovo iba a declarar su independencia.

Todavía estaban en busca y captura Karadzic (fue detenido apenas unos meses después, en junio 2008) y Mladic (apresado en mayo 2011). Y entonces se hablaba también mucho del sueño europeo, cuya puerta no se abriría en tanto en cuanto estos dos criminales de guerra siguiesen en libertad. Hoy, los dos están en manos del Tribunal Penal Internacional. Y el pasado mes de marzo, Serbia obtenía el estatuto de candidato a la adhesión a la Unión Europea.

Elecciones 2012: la UE en el horizonte

No resulta extraño que Boris Tadic haya centrado parte de su campaña en la necesidad de concluir el proceso hacia la UE; no en vano ha sido él quien ha conducido a su país desde el aislamiento de los años 90 hasta el umbral del club europeo. Pero resulta bastante más extraño ver al antiguo ultranacionalista Tomislav tornado en partidario de la Unión y en populista moderado. Por primera vez desde la caída de Milosevic, los grandes partidos están a favor del ingreso de su país en la UE.

Todo ello es el reflejo de lo acontecido en Serbia en estos últimos años; poco a poco han ido avanzando para convertirse en un país normal, aunque todavía está abierta la herida de la pérdida de Kosovo (y las tensas relaciones entre los serbios del norte de Kosovo y los albanokosovares tienen difícil solución).

La campaña electoral ha estado centrada en los mismos temas que preocupan hoy a todos los europeos: la crisis económica, el paro (casi un 24%), la depresión, etc…. Para los serbios el horizonte es Europa, la crisis, su preocupación y el empobrecimiento de la población, su desesperanza. Todo ello ha conseguido, al menos de momento, eclipsar el conflicto territorial de Kosovo y lo que ello representa en el imaginario nacionalista serbio.