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El satélite sin control de la NASA caerá este sábado sobre la Tierra, pero no en Europa

  • El satélite chocó contra restos de basura espacial y perdió el control
  • Hasta 500 kilógramos del satélite pueden sobrevivir a la reentrada
  • La NASA afina sus cálculos y asegura que el riesgo para la población es remoto

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Un satélite en fragmentos caerá este viernes sobre la Tierra

El satélite UARS de la NASA, que está sin control desde 2005, debería caer sobre la Tierra a primera hora de este sábado, según las últimas informaciones de la NASA, que descarta que vaya hacerlo en Europa.

La agencia espacial estadounidense ha retrasado la hora de reentrada del satélite, ya que en las últimas horas la velocidad de la sonda ha ido descendiendo y porque "su orientación o su configuración aparentemente ha cambiado".

Una comunicación hecha pública por la NASA esta madrugada precisaba que el satélite caería entre las 05.45 y las 06.45 hora penínsular española, y que a podría hacerlo sobre Canadá o África (o entre medias en el Atlántico).

Unos minutos después de esa hora límite, la NASA todavía no había confirmado la caída del satélite.

Los científicos afirman que hasta 500 kilos de este satélite, del tamaño de un autobús y unas seis toneladas de peso, pueden sobrevivir a la reentrada en la atmósfera terrestre y alcanzar la superficie.

"En este caso juega a nuestro favor que la mayor parte del planeta sean océanos", explica a RTVE.es Javier Armentia, director del planetario de Pamplona.

Según la NASA, la probabilidad de que una persona resulte herida por un fragmento de este satélite es de una entre 3.200, algo que los expertos consideran "una posibilidad muy remota".

Un choque con basura espacial

La NASA no puede ponerse en contacto con el satélite o tomar su control, por lo que lo único que pueden hacer es seguir su órbita e informar de sus predicciones a través de internet.

El UARS fue lanzado en 1991 gracias al transbordador espacial Discovery, y durante casi 15 años realizó observaciones de las capas más altas de la atmósfera.

El satélite no puede moverse, no tiene suficiente maniobrabilidad

"El satélite chocó con basura espacial y perdió el control", explica Jaime izquierdo, investigador del Departamento de Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid, en declaraciones a RTVE.es.

El satélite ha ido descendiendo en su trayectoria desde ese momento, y hasta llegar a este punto de reentrada. En las últimas semanas, la fuerte radiación solar ha provocado un aumento en la caída de la sonda.

"Desde entonces no hay datos del satélite. La única forma de seguir su órbita es a través de la detección visual y el radar", comenta Izquierdo.

Por lo general, cuando un satélite quiere ser retirado de la órbita,  los responsables dirigen la nave hacia los océanos para que los posibles  restos no caigan sobre zonas habitables.

"El problema es que este satélite no se puede mover, no tiene suficiente maniobrabilidad", comenta Armentia.

La órbita del satélite UARS puede seguirse a través de Heavens-Above, una web especializada en monitorizar las órbitas de los satélites artificiales que orbitan la Tierra.

El director de la Unidad de Ingeniería Espacial de GMV, Miguel Ángel Molina, ya adelantaba este viernes que era "muy improbable" que el satélilte cayera sobre España.

La basura espacial, un problema preocupante.

La basura espacial se ha convertido en un problema que preocupa a los científicos. Según algunas estimaciones de expertos existen está alcanzando límites críticos.

"Por encima de 10 centímetros de diametro hay alrededor de 22.000 objetos, entre 1 y 10 centímetros puede haber 500.000, y más pequeños que un centímetro alrededor de un millón", explica Miquel Serra, del Instituto Astrofísico de Canaras y responsable del Proyecto de Basura Espacial en el Observatorio del Teide.

Cabe la posibilidad de que alguno de estos restos pueda colisionar con otro satélite y provocar una situación parecida a esta. "Son fenómenos raros, pero ocurren", comenta Armentia.

En 2009, por ejemplo, se produjo una colisión entre dos satélites, uno de ellos activo y el otro fuera de servicio, demostrando el peligro que entraña tener tal cantidad de basura orbitando la Tierra.

"Hay que tomar medidas cuanto antes para evitar problemas en el futuro", sentencia Serra.