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Obama insta a aprobar una reforma migratoria para legalizar a 11 millones de indocumentados

  • El presidente busca una reforma que acabe con la economía subyacente
  • Defiende que hay que seguir luchando por la Dream Act
  • La oposición republicana pide más seguridad y menos amnistías

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Obama apremia al Congreso en favor de la reforma migratoria

El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha lanzado este martes un órdago en favor de la reforma migratoria, al instar al Congreso y a la oposición republicana a sacar adelante una medida que, a su juicio, es "un imperativo económico".

En mangas de camisa y a pleno sol, Obama ha comparecido ante una audiencia de mayoría hispana en la localidad fronteriza de El Paso para pronunciar el segundo gran discurso de su mandato sobre inmigración y aumentar la presión en favor de una promesa de campaña que no ha conseguido aún hacer realidad.

La regularización de los indocumentados, de los que se calcula que existen casi 12 millones en EE.UU. , ha asegurado, beneficiará a la economía del país, pues aumentará los ingresos tributarios de manera que se reduzca el déficit presupuestario y dejará de ser posible la explotación de una mano de obra barata que deprima los sueldos de los demás.

Igualmente se podría sacar partido a las capacidades de los inmigrantes ilegales que no pueden aprovechar mientras se encuentran en las sombras.

Pide a los estadounidenses que se movilicen en favor de la medida

El presidente estadounidense ha instado a los ciudadanos a movilizarse en favor de la medida y "hacer que Washington sepa que hay un movimiento en favor de la reforma que crece con fuerza de costa a costa".

Hasta ahora el Congreso de EE.UU., responsable de aprobar ese tipo de medida, ha mostrado un escaso apetito por la introducción de cambios en el sistema migratorio, un asunto que divide profundamente a la población del país.

La mayoría de la oposición republicana -que domina la Cámara de Representantes- aboga por reforzar la seguridad en la frontera y no por conceder lo que considera una "amnistía" a quienes se encuentran en el país de modo ilegal.

Para los republicanos "nunca nada será suficiente"

Obama ha arremetido contra esa posición, al explicar que su Gobierno ha adoptado medidas de sobra para mejorar la seguridad en la frontera pero para los republicanos "nunca nada será suficiente".

Tras recordar que el muro que se comenzó en la frontera con México por iniciativa republicana ya está construido, "quizás quieran ahora que se cave un foso. Quizás quieran que el foso tenga cocodrilos", ha bromeado, entre las risas del público.

Al recordar que ya durante el mandato de su predecesor, George W Bush, se intentó una reforma que fracasó por el rechazo republicano, ha indicado que "la cuestión es si aquellos en el Congreso que previamente reclamaron el que se hiciera cumplir la ley están ahora dispuestos a volver a la mesa de negociaciones y acabar el trabajo que empezamos".

"Vamos a seguir luchando por la Dream Act"

En su primera visita como presidente a la línea entre EE.UU. y México, donde visitó uno de los centros de control fronterizos, Obama ha defendido que hay pasos de la reforma que se pueden tomar ya.

En este sentido ha aludido a la aprobación del proyecto de ley conocido como DREAM Act, que establecería un camino para la legalización de los inmigrantes ilegales jóvenes que se matriculen en la Universidad o que se enrolen en las Fuerzas Armadas.

Esa iniciativa quedó aprobada el pasado diciembre en la Cámara de Representantes pero no recibió el apoyo necesario en el Senado.

"Vamos a seguir luchando por la Dream Act, vamos a mantener la lucha en favor de la reforma", destacó el presidente estadounidense, en el segundo gran discurso de su mandato sobre inmigración.

Una promesa electoral sin cumplir

Su alocución no ha contenido grandes novedades, sino que se ha centrado en reiterar sus posiciones en torno a la reforma migratoria, que durante la campaña electoral de 2008 prometió que lograría en el primer año de su mandato.

De cara a los comicios del año próximo, Obama necesita reconectar con los votantes hispanos, la comunidad de mayor crecimiento en EEUU, que hace tres años le respaldaron en un 67% pero que ahora está desencantada por el aumento de las deportaciones y la falta de perspectivas en favor de una regularización de los ilegales.

El discurso culmina una serie de reuniones que Obama ha mantenido en las últimas semanas con congresistas, activistas pro inmigrante e incluso estrellas de Hollywood para abordar la mejor manera de conseguir la reforma.

El presidente tiene previsto, a su regreso a Washington, participar el próximo jueves en el desayuno hispano de oración.