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El erizo de mar, un ojo de cuerpo entero

  • Usan toda la superficie de su cuerpo como si fuera un ojo
  • Tienen receptores dispersos en su piel que actúan como las retinas
  • Al percibir la luz son capaces de 'ver' lo que tienen delante

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El cuerpo del erizo púrpura de California actúa como un enorme ojo desde la 'cabeza' hasta la base
El cuerpo del erizo púrpura de California actúa como un enorme ojo desde la 'cabeza' hasta la base

Los erizos de mar no tienen ojos pero sí son capaces de 'ver' lo que está delante de ellos. Tienen células fotorreceptoras que les permiten usar toda la superficie de su puntiagudo cuerpo -desde la base hasta la punta de sus espinas- como si fuera un enorme ojo.

Un análisis genético previo había revelado que los erizos púrpura de California (Strongylocentrotus purpuratus) poseen un gran número de genes vinculados al desarrollo de la retina, el tejido sensible a la luz que recubre el interior del globo ocular en las personas y otros vertebrados.

Las investigaciones sugieren que la 'vista' del erizo de mar se basa en las células receptoras de luz que estos invertebrados tienen repartidos por toda su piel, que en conjunto funcionan como las retinas, según recoge National Geographic.

Los científicos consideran que las espinas de estos animales simulan las células que bloquean el exceso de luz que se encuentran en la mayoría de animales.

Usan sus 'patas' como si fuera la retina y el resto del cuerpo para bloquear el exceso de luz

Los fotoreceptores de la retina absorben la luz que proviene desde cualquier dirección, pero al bloquear la que llega por detrás y por los lados, permite a los erizos 'ver' lo que está delante de ellos.

Ahora, un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences desvela que esas células receptoras están concentradas en la base y en las puntas de los 'pies' de los erizos (alrededor de 1.400) y son las que les permiten moverse.

Una de las investigadores, Maria Arnone, de la Estación Zoológica de Anton Dohrn (Nápoles, Italia), señala que los erizos usan sus 'patas' como si fuera la retina y el resto del cuerpo para protegerse del exceso de luz.