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Los pozos de petróleo se convierten en objetivos en la guerra por el control de Libia

  • El régimen acusa a la coalición de bombardear una refinería bajo su control
  • Los rebeldes dicen que las tropas de Gadafi han atacado los suyos

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Una columna de humo sale tras un impacto en la refinería de petróleo de Ras Lanuf (Libia)
Una columna de humo sale tras un impacto en la refinería de petróleo de Ras Lanuf (Libia)

El régimen libio ha comunicado que un ataque aéreo británico ha bombardeado el campo petrolífero de Sarir, el mayor del país, y ha dañado una tubería que conecta con el puerto de Hariga en el Mediterráneo. También los rebeldes han informado de que los bombardeos del régimen a sus pozos han detenido su producción.

“Han muerto tres guardias del campo y otros empleados han resultado heridos”, ha dicho el viceministro de Exteriores del régimen, Jaled Kaim. "No hay duda de que esta agresión va contra el derecho internacional y no está cubierto por la resolución de la ONU", ha añadido. El Ministerio de Defensa británico no ha hecho hasta el momento comentarios.

Por otra parte, un portavoz rebelde ha comunicado previamente que la producción en yacimientos controlados por los rebeldes en el este de Libia se ha detenido después de que hayan sido atacadod por las fuerzas del régimen, informa Reuters.

Libia es el principal exportador de crudo ligero del norte de África, el 85% con destino a Europa y un 13% a Asia. La mayor parte de sus yacimientos petroleros se encuentran en la cuenca de Sirte, que contiene cerca del 80% de las reservas probadas del país.

Bombardeos en los enclaves petrolíferos

El campo de Sarir es una de las seis terminales importantes del país, de las cuales cinco se encuentran en la región oriental. Las otras cuatro son las refinerías son las de Azzawiya Oil Refining, Sirte Oil, Tobruk Refining, Ras Lanuf Oil & Gas Processing. Según datos de antes del inicio de la guerra tenían capacidad para producir de 378.000 barriles por día.

Desde el avance rebelde, algunos de esos campos, como el Tobruk, se encuentran bajo control de los insurrectos, que ya han pedido a la ONU que les ayude a reanudar las exportaciones de petróleo y gas desde los puertos bajo su control para  ayudar a financiar su lucha, informa Reuters.

Hasta este miércoles, cuando fuerzas de leales a Gadafi bombardearon algunos de los enclaves petroleros en poder rebelde, producían unos 100.000 barriles por día. Los daños causados por estos ataques, especialmente en el enclave de Waha, aún están siendo evaluados.

El petróleo de los rebeldes

Precisamente este miércoles, un petrolero ha partido del puerto Marsa el Hairga, cerca de Tobruk, con la primera carga de crudo desde que se suspendieron las exportaciones a principios de marzo, sin que por el momento se conozca quién es el potencial comprador.

Catar ha acordado vender el petróleo libio en nombre del consejo nacional rebelde, según informó a finales de marzo un líder rebelde citado por el diario británico Financial Times.

Por su parte, la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW) ha instado a los rebeldes a respetar los estándares internacionales de transparencia y les ha instado a que den a conocer la documentación sobre el comercio del crudo y se comprometan a realizar auditorías independientes. La ONG ha recordado que, de no hacerlo, incurrirían en las mismas "prácticas opacas" del régimen de Gadafi

Dramática situación en Misrata

Mientras, la lucha más dura continúa estando en la ciudad de Misrata, donde la situación es dramática, según fuentes de la ONU. La OTAN ha comunicado que hará todo lo posible por defendera los civiles de la ciudad.

La subsecretaria general de la organización para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos,  ha alertado este miércoles sobre la maltrecha situación humanitaria en la ciudad y ha pedido el cese temporal de las hostilidades, informa Efe.

Para Amos, la situación sobre el terreno es "crítica para un gran número de personas que necesitan inmediatamente comida, agua potable y ayuda médica de emergencia".

En Misrata, una ciudad con una población de 300.000 habitantes situada a 210 kilómetros al este de Trípoli, los enfrentamientos entre ambos bandos se duran ya más de 40 días. Miles de personas se encuentran atrapadas entre el fuego cruzado, incluidos algunos extranjeros, según la misma agencia.