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Sanidad vigila la creación de clubes de fumadores para que no esquiven la Ley Antitabaco

  • En estos locales no se puede vender ni distribuir comida o bebida
  • Sólo pueden acceder a ellos socios mayores de 18 años
  • Un bar tendría que anular su licencia para poder convertirse en Club
  • Así lo contempla la Disposición Adicional Novena de la Ley Antitabaco

Ver también: Especial de la Ley Antitabaco

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Clubes de fumadores, malos humos bajo techo
En ellos no se venderá comida ni bebida y sólo podrán entrar los socios mayores de 18 años.

Clubes de fumadores

Un club de fumadores es un local sin ánimo de lucro, constituido legalmente como tal, y en el que no se puede distribuir comida ni bebida.

En España fuma el 32% de la población

El tabaquismo es la primera causa de enfermedad evitable.

La nueva ley del tabaco, que prohíbe fumar en espacios públicos,  elimina el humo de bares y restaurantes sin excepciones. Sin embargo, esta nueva normativa sí contempla un lugar en el que no se aplicará lo dispuesto en esta Ley. Se trata de los clubes privados de fumadores.

Desde la aprobación de la Ley Antitabaco, que entró en vigor el pasado 2 de enero y que prohíbe fumar en los bares y restaurantes de todo el país, han aumentado las consultas para transformar los bares en clubes de fumadores y así burlar la normativa y las sanciones.

La nueva ley antitabaco, que prohíbe fumar en todos los establecimientos públicos cerrados y en algunos espacios abiertos, se estrenó este domingo sin grandes contratiempos y con la resignación de los fumadores, muchos de los cuales han cambiado la barra del bar por las terrazas. Aún así, no todo el mundo hizo caso.

Sin embargo, los redactores de la norma ya contaban con esta posibilidad y el Ministerio de Sanidad incluyó diversas restricciones para impedir a los empresarios convertir sus locales en coladeros de fumadores.

"Los clubes de fumadores son la nueva alternativa para los que quieran fumar bajo techo"

Se trata de clubes privados sin ánimo de lucro que no podrán generar beneficios. Es decir, en ellos no se puede vender comida ni bebida. Por lo tanto tampoco podrá haber personal contratado, como camareros. Sólo pueden entrar en ellos los socios y por supuesto está prohibido el acceso a menores.

"No se puede distribuir comida en el centro, si alguien quiere comer o beber algo tiene que traérselo él mismo del exterior", afirma Rodrigo Córdoba, del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo. Si se cumplen estos requisitos estos clubes son legales, afirma Córdoba.

Malos humos bajo techo

Para que el dueño de un bar convirtiera su negocio en un club de fumadores tendría que suspender su licencia de actividad, un hecho que no compensa económicamente.

Desde Sanidad advierten que ya se están haciendo inspecciones a este tipo de locales para comprobar que cumplen las normas.

Las condiciones están claras y no son fáciles de esquivar, aseguran desde el ministerio. Si cumple la normativa no habrá problemas. Por ahora sólo tenemos denuncias de bares y restaurantes, no de clubes.

Facua recibe más de 300 quejas por incumplimiento de la ley antitabaco

Por su parte, Javier Blanco, portavoz del Club de fumadores por la Tolerancia advierte: "Vamos a intentar revertir la ley pero siempre desde la legalidad".

Según Javier Blanco, el “único perjudicado con la nueva ley es el fumador, que sigue pagando impuestos al comprar tabaco, mientras que Sanidad le recorta más derechos bajo su paraguas de doble moral”.

Fumando espero

Ahora fumar bajo techo, fuera de casa, se ha convertido en una pesadilla para los fumadores y una misión casi imposible si se quiere combinar el cigarrillo con una comida o unas copas.

En el club de fumadores de Madrid, 'Fumando espero' han encontrado una solución intermedia.

El club tiene en el exterior, a tan sólo 10 metros de distancia, la barra de bar de un hotel,  cuyo dueño, por cierto, pertenece al club de fumadores. Ahí cada socio puede comprar comida y bebida y consumirla en el interior del club.

Tanto el presidente del club, Saturnino García, como el dueño del Hotel Antonio Mayoradas no son fumadores desde hace más de 20 años. “En el local hacemos catas de tabaco, vemos cine e incluso hacemos terapias de grupo para dejar de fumar”, confirma García.

España ha pasado de ser uno de los países europeos más permisivos con el consumo del tabaco, a aplicar una de las leyes más restrictivas del continente. La nueva ley es el resultado de 15 años de debates. Supone un endurecimiento de la legislación vigente desde 2006 e implica que ya no se puede fumar en ningún espacio público cerrado: ni en bares, ni en discotecas, ni en convites de boda... El responsable de que se cumpla la ley es el dueño del local. Y no sólo se aplican las multas por inspecciones, sino que los propios clientes pueden denunciar a través de la policia municipal, las hojas de reclamaciones e incluso por Internet: a través de la página web nofumadores.org. La multa para fumador y propietario es según la reincidencia de 30 a 100.000 euros. Los medios de comunicación también están sujetos a esta Ley, que les exige a partir de este momento no emitir programas o imágenes en las que los presentadores o colaboradores fumen o publiciten tabaco.

Según el ministerio de Sanidad ha aumentado la demanda de información sobre la creación de clubes de fumadores aunque esperan que con esta nueva ley se reduzca el número de fumadores en nuestro país.

Un 32% de la población fuma. La nueva normativa liberará a la hostelería de un aire contaminado con 4.500 sustancias tóxicas, que cada año mata en España a 5.000 fumadores pasivos.

El tabaquismo es la primera causa de enfermedad evitable y se estima que cada año más de 50.000 personas fallecen prematuramente por este motivo.

La proliferación o no de estos clubes de fumadores supone, para muchos, un termómetro de rechazo social a la nueva normativa antitabaco y a las pérdidas que pueda suponer para el sector hostelero.