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El día que el presidente volvió a ser Barack Obama

  • Su discurso en Arizona le permite recuperar el mensaje de unidad de 2008
  • Lo hace un momento crítico y con la ayuda involuntaria de los 'libelos' de Palin
  • La emotividad de su recuerdo a las víctimas rompe su imagen de frío intelectual

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Obama pide un tono político más civilizado

"Quiero que nuestra democracia sea tan buena como Christina la imaginó. Todos nosotros deberíamos hacer todo lo que podamos para asegurarnos de que nuestro país esté a las altura de las expectativas de nuestros niños".

Estas palabras de Barack Obama en recuerdo de Christina Taylor Green, la niña de nueve años que murió en la matanza de Tucson, acompañadas de la contención ahogada de sus lágrimas demostraron a los americanos dos cosas: que tras toda la fria intelectualidad, su presidente es un ser humano y que, entre el ruido de la batalla política, su voz es la que más se parece a la del sentido común.

La niña de Obama

Su discurso fue escuchado no solo por las 20.000 personas que  estaban en el homenaje a las víctimas de la matanza de Tucson en la  Universidad de Arizona, sino por todo un país que se emocionó con él detallar cómo la congresista Giffords acababa de abrir los ojos y, sobre todo, la historia de Christina, esa niña de nueve años que nació el 11-S y murió un ocho de enero en Arizona.

"Cuando habló en su discurso por primera vez, por segunda vez y  finalmente por tercera vez de la niña de nueve años Cristina-Taylor  Green era imposible no pensar en el presidente como un padre -una de sus  hijas tiene la misma edad- absorto por las dudas de lo que haría si  tuviese que responder a una tragedia similar", señala en su análisis Sam  Stein, cronista político de The Huffington Post.

Los juegos de palabras de los medios americanos no se han hecho esperar: Obama ha pasado ser el comandante en jefe al padre en jefe, el compasivo en jefe y el empático en jefe gracias al lado emotivo de su discurso.

Vuelta a la unidad

En el otro, el del contenido político, el presidente de Estados Unidos recordó a los americanos que en buena parte le eligieron por ser capaz de invocar a la unidad y la concordia en un momento de crispación política que en los dos años que lleva en la Casa Blanca no solo no se ha superado, sino que se ha incrementado.

"No podemos usar esta tragedia como una ocasión más para enfretarnos unos con otros. No podemos hacer eso. Mientras discutimos de estos temas debemos mostrar una gran dosis de humildad", recordaba con un tono que a veces se parecía más al de un predicador que a la de un político.

En este sentido, Don Baer, responsable máximo de la escritura de  discursos cuando Clinton habló en 1995 tras la matanza de Oklahoma, asegura en The New York Times  que Obama y sus asesores acertaron al darse cuenta de que, en esta  ocasión, "el país estaba más necesitado en una voz unida que dijese 'Ya  es suficiente'".

"El mejor mensaje para el presidente Obama es el que hizo que captse  la atención a nivel nacional desde el comienzo: que no hay una América  roja (republicana) o azul (demócrata) sino los Estados Unidos de  América", añade.

Como recuerda el analista de Politico Jonathan Martin, lo que atrajo a los votantes  centristas de Obama en 2008 -y que le alejaron de él en 2010- es su  compromiso de cambiar el tono de la política de Washington.

"Más que dedos señaladores o asignar culpa, usemos esta ocasión para  expandir nuestros criterios morales, para escucharnos mutuamente más  atentamente, adecuar nuestros instintos con empatía y recordanos a  nosotros mismos todas las formas en las que nuestras esperanzas y  nuestros sueños están ligados", declaraba Obama ante los asistentes al  acto de Arizona.

Para Jonathan Martin estas palabras son "un recordatorio de por qué, incluso después de tantos pasos en falso, sigue siendo una figura formidable".

Contraste con Palin

Sea casualidad o no, las palabras de Obama brillan más gracias al contraste con el vídeo de ocho minutos emitidos en la web de Sarah Palin en el que la líder del tea Party habla de los "libelos de sangre" de la prensa contra ella, en una alocución más destinada a defenderse de los que la atacan que a honrar a los muertos.

"Es difícil imaginar un contraste más marcado", señala Martin.

"Muchos republicanos creen que son mayoritariamente los medios lo que están obsesionados con Palin y que hay pocas posibilidades de que ella pueda conseguir una nominación. Si ella es capaz de conseguirlo, este miércoles ilustra por qué muchos en el Partido Republicano creen que eso sería desastroso", añade.

Más aún, el discurso de Obama ha conseguido que incluso esos portavoces mediáticos que sus compañeros demócratas señalaron como culpables de crear esa "atmósfera tóxica" a la que achacaron los sucesos de Tucson elogien la postura del presidente.

"Anoche el presidente dijo lo que debería haber dicho el sábado. Un líder dice lo que tiene que decir el día uno pero es mejor tarde que nunca. Es probablemente el mejor discurso que ha dado nunca y, con toda sinceridad, gracias señor presidente por convertise en el presidente de los Estados Unidos de América anoche", ha reconocido el periodista de la Fox, Glenn Beck.

"Creo que fue espléndido", ha dicho el ex escritor de discursos para los republicanos, Pat Buchanan. "Fue inesperado. Valiente. Auténtico. Y el presidente merece crédito por ello", añadía Marc Thiessen, escritor de discursos para George Bush.

El resultado lo resume Jonathan Freeland en The  Guardian:"Aunque resulte crude decirlo esto ha impulsado la posición del  presidente enormemente. Tras la disputa partidaria que siguió a los  asesinatos del sábado, Obama dió un paso a frente para ser lo que Nate  Silver llama 'el adulto en la sala'".