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El FBI pide a los funcionarios que estén alerta y los congresistas revisan su seguridad

  • Analizarán en profundidad las medidas de seguridad tras el atentado
  • Se ha conocido el nombre del salvador de la congresista, Daniel Hernández

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El ángel de la guarda de Giffords

El director del FBI, Robert Mueller, ha sido muy claro y ha pedido a los funcionarios públicos que "estén alerta" tras el tiroteo de Tucson (Arizona).

Así lo ha determinado Mueller durante una rueda de prensa en la que, además, ha asegurado que las amenazas vertidas previamente por el autor de la matanza, Jared Lee Loughner, no suponen una amenaza específica contra los funcionarios, pero que "el discurso de odio y otros discursos de incitación" presentan un desafío a los funcionarios del orden, especialmente cuando llevan a ataques cometidos por "lobos solitarios".

Mientras, la Cámara de Representantes de EEUU ha ordenado la revisión completa de las medidas de seguridad que envuelven a los legisladores, tras el grave atentado perpetrado el pasado sábado en Arizona, en el que ha resultado herida la congresista Gabrielle Giffords.

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha anunciado este lunes la cancelación de los actos previstos la próxima semana para poder realizar una revisión a conciencia de las medidas de seguridad.

Momento para el análisis

"El funcionamiento normal de la Cámara para la próxima semana se ha pospuesto, de manera que podamos tomar las medidas necesarias a la vista de lo ocurrido" el sábado, cuando un atacante mató a seis personas e hirió a catorce en un acto político convocado por Giffords.

Entre los actos cancelados se encuentra la votación sobre la revocación de la reforma sanitaria, uno de los temas polémicos que más ha encendido el debate político en los últimos meses, y que estaba prevista el próximo miércoles.

El jefe de la Mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, ha indicado este lunes que el Congreso solo se reunirá formalmente el martes, si bien no se celebrará ninguna votación.

El miércoles, sin embargo, se tomará en consideración una resolución para honrar a Giffords y al resto de víctimas en el tiroteo.

Boehner ha solicitado al oficial del Congreso, a la policía del Capitolio, y al FBI que "lleven cabo una profunda revisión de la seguridad de los miembros de la Cámara", que será presentada en una reunión de legisladores convocada para el próximo miércoles.

El presidente de la Cámara Baja ha anunciado estas medidas en una conferencia telefónica celebrada el domingo para analizar las preocupaciones sobre seguridad que han aparecido tras el ataque del sábado.

El congresista John Larson ha declarado este lunes a la prensa que cerca de 800 legisladores, personal del Congreso y familiares de congresistas han aparticipado en la teleconferencia.

Viva gracias a Daniel Hernández

Mientras Estados Unidos analiza y afronta lo que ha ocurrido, la congresista Giffords se debate entre la vida y la muerte. Y, aunque esta situación sea grave, se la debe a Daniel Hernández, un joven hispano de 20 años que solo llevaba trabajando con ella siete días, según recoge el diario local Arizona Republic.

Hernández estaba ayudando a Giffords en la actividad 'Congress in your corner' (El Congreso en tu esquina). Se encontraba nueve metros de ella cuando cayó al suelo por el disparo. Entonces, él, sin saber si habían parado o no los disparos, corrió hacia ella puso la cabeza de Giffords en su regazo y aplicó presión en la herida para evitar que la sangre siguiera saliendo.

"Cuando escuché los disparos mi primer instinto fue correr hacia la congresista para saber que estaba bien", ha declarado Hernández a la cadena ABC, "una vez que la vi herida, y no era la única, comencé a darle toda la ayuda que pude".

Él fue también el primero en comprobar quiénes habían logrado sobrevivir y quiénes no tomándoles el pulso: "Primero el cuello, luego la muñeca". Un hombre ya estaba muerto, cuando encontró a Giffords.

"Aprieta mi mano si estás bien", y según le contó a la prensa la congresista le apretó suavemente la mano, sin decirle nada. Entonces el joven hispano llevó a Giffords hasta una ambulancia y viajó con ella hasta el hospital.

Y eso parece ser lo que le ha podido salvar la vida.