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Minecraft: un juego retro basado en píxeles que se ha convertido un fenómeno de culto

  • Es un mundo virtual en el que crear construcciones
  • Funciona en la web y también en Windows, Mac y Linux
  • Su creador está desbordado por el inusitado éxito

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Minecraft no es un juego de marcianitos: no hay princesas que rescatar, ni enemigos a los que disparar, ni carreras en las que competir. Es un mundo de píxeles, con un aspecto retro
Minecraft no es un juego de marcianitos: no hay princesas que rescatar, ni enemigos a los que disparar, ni carreras en las que competir. Es un mundo de píxeles, con un aspecto retro

¿Puede un programador de juegos indie crear un mundo pixelado que revolucione el panorama de los videojuegos sin siquiera haber terminado la versión final? ¿Y haber conseguido casi un millón de euros en ventas antes del lanzamiento?

Aparentemente, sí. Este es el caso de Markus Persson, apodado Notch,  un programador de 31 años que creó y lanzó a la Red Minecraft a mediados del año pasado: un peculiar juego que no es un juego, pero que lleva tiempo levantando pasiones y convirtiéndose en un fenómeno de culto.

Minecraft no es un juego de marcianitos: no hay princesas que rescatar, ni enemigos a los que disparar, ni carreras en las que competir.

Es un mundo de píxeles, con un aspecto retro al estilo de los viejos juegos del Spectrum, en el que solo hay un nebuloso escenario 3-D a modo de paisaje en el que el jugador debe desplegar su imaginación.

Minecraft es un entretenimiento de construcciones en el que los castillos se erigen con píxeles

Al igual que en otros mundos virtuales como los de Second Life o Little Big Planet, Minecraft es lo que se conoce como un sandbox,  un entretenimiento de construcciones en el que los castillos de arena se erigen con píxeles.

A diferencia de la elaborada programación y los excelentes gráficos que suelen ser habituales en este tipo de juegos,  Minecraft es tosco y casi se podría decir que primitivo.  Piedras. Arena. Hierba. Un árbol o un lago de vez en cuando. Tal vez en eso radica su atractivo.

Las herramientas que se ponen a disposición del jugador son muy básicas: bloques de colores que se manejan con el ratón. Con un botón se apilan, con el otro se rompen.

Se pueden seleccionar en diversos colores y a veces las combinaciones producen efectos interesantes. La gente los utiliza para crear castillos y edificios, o para hacer gigantescos dibujos pixelados que luego se pueden ver desde el aire.

Objetos de todo tipo

Se puede jugar a Minecraft en varios modos: el modo unipersonal "creativo e ilimitado" permite hacer cualquier cosa, sin limitaciones de bloques o escenarios, es como tener un LEGO infinito.

Un tipo construyó una nave de Star Trek a tamaño real, toda una proeza casi equivalente a haber recreado el Monasterio del Escorial; otros han creado versiones básicas de ordenadores primitivos que funcionan con antorchas.

Y no son los objetos más raros que pueden encontrar allí: hay de todo. Pero el objetivo, en realidad, no es ninguno: simplemente, enseñar esas construcciones a los amigos.

Cuando se juega a Minecraft en el modo multijugador varias personas pueden participar en el mismo escenario creando la construcción de sus sueños: pueden chatear mientras edifican e intercambiar ideas.

También hay una versión de "supervivencia" donde los recursos son limitados, y otra de "aventura" donde en vez de construir y destruir hay que usar los diversos objetos que se van encontrando por los escenarios.

Los más hábiles pueden montar su propio servidor y utilizarlo como quien usa un alojamiento web para crear una comunidad virtual, solo que aquí se construyen terrenos y edificios.

Entre seis amigos hemos montado un servidor y estamos construyendo una megaestructura

Un usuario de Santiago de Compostela apodado Yass explicó así su experiencia: "Entre seis amigos hemos montado un servidor y estamos construyendo una megaestructura: una catedral giganormous. Hemos invertido en ella ya más de 15.000 bloques de piedra, minándolos uno por uno".

En el Museo Minecraft se puede ver una enorme galería de creaciones jugadores de todo el mundo, entras las que los pósteres gigantescos de muñecos de manga y de personajes de videojuego son habituales.

Otro recurso interesante es la Minepedia, una especie de Wikipedia de Minecraft con toda la información para jugar, "recetas" para construir formas complejas y algo de documentación técnica.

Porque, curiosamente, el soporte técnico oficial es inexistente.  Y es que una de las cosas que más llaman la atención de Minecraft es que es un juego todavía inacabado.

Su creador, desbordado por el éxito

Está todavía en versión "alfa" preliminar, y aun así es todo un éxito. Su creador no tiene apenas tiempo para atender todas las peticiones que le hace la creciente comunidad y va desarrollándolo a medida que buenamente puede. Hay quien, ansioso por ver más mejoras, le acusa hasta de "vago".

Pero, en su blog personal, Persson explica que todo en Minecraft está creciendo tan deprisa que resulta complicado mantener los servidores, atender a la gente, lanzar las nuevas versiones, corregir los bugs y añadir nuevas características tan rápido como le gustaría.

Su creador lanzó una oferta para que pudiera comprarse antes de estar terminado

A pesar de que el juego es todavía preliminar una de las ideas clave de Persson fue lanzar una oferta para que la gente pudiera comprarlo más barato de forma anticipada. Hoy en día se puede adquirir por diez euros en vez de los veinte que costará cuando esté terminado.

Esto también da acceso a algunas características que no están disponibles en la versión gratuita. Actualmente Minecraft existe en versiones que se pueden jugar online y también como aplicación descargable para Windows, Mac OS X y Linux.

El creador de este fantástico mundo virtual anunció hace poco que dejaba su trabajo para dedicarse a tiempo completo a Minecraft: algunos días los pedidos eran tantos que el sistema de compras que había montado con PayPal apenas tenía capacidad para procesarlos todos.

Incluso congelaron su cuenta con 600.000 euros porque sospechaban de algún tipo de fraude a nivel internacional.

Ahora, apoyado por esta financiación, Persson ha comenzado a buscar ayuda: un artista digital, alguien para que mejore la web oficial y un experto que se encargue de la parte comercial del negocio.

Porque a veces algunas cosas tan virtuales como los mundos de píxeles se pueden convertir en grandes y tangibles negocios.