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El Supremo expulsa a Falange de la causa contra Garzón por no corregir su escrito de acusación

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Falange ya no es acusación popular en la causa contra Garzón por investigar el franquismo

El magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela, instructor de la causa abierta contra Baltasar Garzón por investigar las desapariciones durante el franquismo, ha expulsado del proceso a la acusación popular ejercida por Falange Española de las Jons, por no haber presentado a tiempo un nuevo escrito de acusación contra el magistrado de la Audiencia Nacional.

Falange asegura, sin embargo, que sí ha presentado en tiempo la correción y que recurrirá la decisión del juez instructor el próximo lunes. La expulsión de Falange del proceso ocurre un día después de que la  Fiscalía volviera  a pedir al Supremo que archivara la causa por entender que la  acusación popular no es suficiente para sentar a Garzón en el banquillo.

El pasado miércoles, Varela afirmó que el escrito presentado por Falange el lunes era muy valorativo y pidió que lo corrigiera. En el texto este partido de extrema derecha pedía 20 años de inhabilitación para Garzón, al que calificaba de "redentor del bando vencido". El juez instructor aseguró que se se trataba "más una exposición para el debate ideológico sobre acontecimientos históricos (...) que el presupuesto para la estricta determinación del objeto del proceso".

Varela dio un día a Falange para que presentara el nuevo escrito y advirtió de que, en caso de no corregirlo, no podría formular acusación contra Garzón. El plazo terminaba el jueves pero el partido de extrema derecha entendió que el plazo no vencía hasta este viernes.

Falange asegura que han presentado una nueva acusación esta misma mañana, porque creían que tenían tiempo hasta el mediodía.

La acusación de Falange contenía "múltiples  valoraciones"

En el escrito de acusación, Falange se refiere al magistrado como "juzgador  de la historia y redentor del bando vencido". Cita también las  "ideas izquierdistas" del juez.

El auto del instructor del Supremo subrayaba que la acusación de  Falange "lejos de limitarse a la mera descripción de hechos, se extiende  en múltiples valoraciones de tal suerte que resulta arduo diferenciar  cuáles sean los hechos cuya verdad o falsedad ha de ocupar la defensa  del acusado y a cuya  acreditación ha de orientarse la actividad  probatoria".

Varela también criticaba que se incluyeran  en el texto constantes referencias  a circunstancias personales de Garzón "que, cuanto menos, son  totalmente ajenas a los elementos que han de configurar e hecho punible  objeto del proceso".

También pedía que se eliminaran del texto las pretensiones de Falange  sobre responsabilidad civil del magistrado de la Audiencia  Nacional  sin haber expuesto "el hecho en virtud del cual hubiere  contraído esa  responsabilidad la persona a la que se reclama su  indemnización".

Manos limpias sí corrige su escrito en plazo

El juez también pidió a Manos Limpias, acusación en esta causa como Falange, que corrigiera su texto, en el que también pedía 20 años de inhabilitación. Este sindicato ultraderechista sí subsanó a tiempo los errores de su escrito, por lo que podrá sentar a Garzón en el banquillo junto a Libertad e Identidad, que también sigue.

El magistrado Varela tiene ahora las manos libres para dictar auto de apertura de juicio oral y sentar a Garzón en el banquillo de los acusados para que responda por un presunto delito de prevaricación supuestamente cometido en su investigación del franquismo. El instructor también tiene pendiente de resolver el recurso presentado por Garzón contra el último auto dictado en su contra.

Rechazada la recusación de magistrados que investigan a Garzón

Por otro lado, el Supremo ha rechazado las recusaciones de algunos magistrados en la causa abierta contra Baltasar Garzón por investigar las desapariciones del franquismo planteadas por varias asociaciones de Memoria Histórica y por Carmen Negrín, nieta del presidente del Gobierno de la II República.

La sala del 61 del Supremo ha rechazado así las recusaciones que afectaban al propio presidente de este tribunal, Carlos Dívar, así como a los magistrados Juan Saavedra, Adolfo Prego, Joaquín Giménez, Francisco Monterde y Juan Ramón Berdugo Gómez que admitieron la querella por prevaricación del sindicato ultraderechista Manos Limpias.

El pasado 4 de febrero, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo trasladó a la Sala del artículo 61 de este órgano la recusación de su presidente, Juan Saavedra, planteada por ella misma ante "el temor fundado de falta de imparcialidad de los magistrados que juraron ante Dios lealtad al Caudillo y/o a los principios fundamentales del Movimiento".

Tras la recusación de Saavedra, Carmen Negrín adoptó la misma medida con Carlos Dívar, al considerar que concurre en su caso "la misma causa legal del juramento" y, por ello, le pidió que se abstuviera.