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Gérard Mortier quiere convencer al público del Teatro Real de que "lo moderno no es 'shockante'"

  • El nuevo director artístico del Teatro madrileño apuesta por nuevas creaciones
  • Reconoce estar a la búsqueda del carácter hispano, para que el Real lo refleje

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El belga Gerard Mortier es el nuevo director del Teatro Real de Madrid

Gérard Mortier

  • Nacido el 25 de noviembre de 1943 en Gante.
  • Debutó como asistente de Christoph von Dohnányi.
  • 1981-1991: Director general de La Monnaie (Bruselas)
  • 1990-2001: Director general del Festival de Salzburgo
  • Fundador del Festival de Artes del Ruhr
  • 2004-2009: Director general de la Ópera de París
  • En 2008 fue fichado por la Ópera de Nueva York, pero la reducción del presupuesto le hizo rechazar el puesto.

Tiene cara de chico aplicado y comienza la rueda de prensa buscando el favor del público. Sabe que frente a él, entre los periodistas, entre el público, tiene muchos enemigos. "Este es un teatro magnífico", "la gente cree que quiero provocar y lo único que quiero es emocionar", "me gusta trabajar en Madrid".

Con un castellano esforzado aunque aún insuficiente tras diez meses de clases intensivas, Gérard Mortier, el que será el director artístico del Teatro Real a partir de la temporada 2010/11 y hasta 2015, presenta las líneas maestras de su proyecto.

Sabe, y las preguntas de los periodistas especializados pronto lo confirman, que hay muchos esperando su fracaso para hacer leña del árbol caído. Y eso, a pesar de que asegure no entender "por qué se dice que Madrid es conservadora".

Por eso, al polémico Mortier se le acaba escapando la ironía, el sarcasmo, ante algunas afirmaciones. Al chico aplicado le gusta la discusión, como él mismo reconoce. No puede evitar ir contracorriente. "Esa ha sido una pregunta poco inteligente", le dice a uno. "Si piensa que el nivel de los directores de orquesta es medio será porque no conoce a algunos", responde a otro.

Una temporada de transición con mucho nuevo

En lo factual, la temporada 2010/11 será "de transición", y así ha sido diseñada entre el actual director -Antonio Moral- y el entrante en septiembre. Y, sin embargo, "habrá muchas cosas nuevas", ha afirmado Mortier en la mañana del miércoles en la presentación en Madrid de la temporada.

Mucha ópera del siglo XX, pocos autores italianos (Tosca, de Puccini) y un puñado de estrenos: siete nuevas producciones en el Real, de las cuales dos son estrenos en España (una en su versión escénica), tres en este escenario, uno en Madrid y uno mundial (la obra de Pilar Jurado La página en blanco, encargada específicamente por Mortier).

El encargo a Jurado (un thriller ambientado en un presente lleno de nuevas tecnologías, ha explicado la compositora y cantante) refleja la apuesta por la creación de Mortier en su proyecto.

"Los creadores son lo más importante, los demás somos catalizadores

"Los creadores son lo más importante", ha recalcado, "los demás somos catalizadores, estamos al servicio de la obra". "Se habla mucho de los directores de escena porque no se tocan nuevas óperas", ha remachado.

La búsqueda de la idiosincracia española

Entre las líneas maestras del director artístico nacido en Gante en 1943 está, además, buscar un carácter español que se refleje en la programación. "No quiero crear una ópera nacionalista, ni nacional, sino que muestren la enorme importancia de la cultura española", ha subrayado. "A veces ustedes son demasiado tímidos con su cultura, que es más importante para Europa de lo que ustedes piensan".

Además del encargo a Jurado, el Real ha encargado a Elena Mendoza un libreto sobre textos de Juan Carlos Onetti y a Mauricio Sotelo otro sobre textos de García Lorca.

Además, Mortier asegura estar en contacto con creadores españoles, tanto escritores como compositores: Posadas, Sánchez Verdú, Luis de Pablo y Cristobal Halffter (de estos dos últimos espera sacar adelante un proyecto)...

Plácido Domingo celebrará su 70 cumpleaños en el Real

Y Plácido Domingo celebrará su 70 cumpleaños en enero de 2011 en el Real, rodeado de "cantantes de todo el mundo".

Más deseos en el proyecto del director del Real es que las obras que se produzcan en Madrid vayan a Europa y que los críticos y artistas europeos "vengan a Madrid"; el deseo de rebajar la media de edad del público del Real de 51 a 40 años; la transformación del coro (se harán audiciones en mayo y quedará en 52 voces); aumentar la aportación del capital privado o la búsqueda de "la democracia cultural", en palabras de Mortier.

Este intento "democrático" incluirá un club joven, abonos especiales para familias y estudiantes, representaciones para niños con la colaboración de Teatros del Canal... Y el San Francisco de Asís, estreno en España en la versión escénica de la obra de Messiaen, en la Caja Mágica, lo que triplicará el aforo.

Un proyecto contemporáneo que exige paciencia

A quienes le exigen cambios les pide "paciencia". A quienes critican que no tenga un director de orquesta fijo les responde que no hay "grandes directores que quieran estar más de seis meses en Madrid" y que en La Bastilla el modelo le fue bien ("cuando salí de París la orquesta era mejor que cuando llegué").

A quienes le acusan de transgresor, les dice que "es un error pensar que la música contemporánea no da emociones" y que quiere "convencer al público de que lo moderno no es shockante".

A Mortier le gusta el riesgo. Dejó París para ir a Nueva York y renunció al Metropolitan antes de ocupar el cargo porque el presupuesto le fue reducido en dos tercios. Antes había estado en La Monnaie de Bruselas y en el Festival de Salzburgo.

Ahora llega a Madrid con la intención de hacer una pequeña revolución. Tiene un lustro años para llevarla a cabo. Dado el carácter y el currículo de Mortier y el lugar al que llega, del intento sólo cabe esperar un éxito sonoro o un estrepitoso fracaso.