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La compañía teatral 'Els Joglars' se va al geriátrico para celebrar su medio siglo

  • La compañía teatral catalana celebra su aniversario con 2036.Omena-G
  • Boadella define su nueva obra como "sátira de los progres"

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Els joglars llevan medio siglo encima de un escenario

Un "antihomenaje" donde Els Joglars se receta a sí mismo la medicina de sarcasmo y humor negro que durante medio siglo ha estado aplicando a todos los demás. Así define el director de la compañía teatral catalana, Albert Boadella, el nuevo montaje de la compañía, 2036. Omena-G que este jueves se estrena en Madrid, donde permanecerá hasta el 4 de abril.

En la obra, que ya se se pudo disfrutar como preestreno en Sevilla, Els Joglars se retrata como un grupo de ancianos que viven en el año 2036 en una residencia. En esa época, la compañía cumple 75 años y otro grupo de jóvenes actores quiere rendirle homenaje.

Esta trama sirve a Els Joglars para enfrentar los dos mundos, el de los jóvenes y el de los ancianos, al tiempo que reflexiona sobre la vejez en un momento en el que, destaca Boadella, las personas son cada vez más longevas.

En 2036.Omena-G, Els Joglars mantiene su tónica de comicidad, pero con medida porque, según su director, "la comicidad es algo fantástico pero muy voraz, arrasa con todo, y por eso he regulado mucho ese volumen".

Además de hacia ellos mismos, la sátira del grupo catalán elige como objetivo a los ancianos que pretenden ser jóvenes, a "esa generación progre", como la define Boadella. Un ejercicio, asegura, que no está exento de "alto riesgo" porque significa "arremeter contra nuestra propia clientela".

Medio siglo en la picota

Els Joglars cumple en 2010 el medio siglo de vida, con lo que se convierte en la compañía teatral más antigua de Europa. Para Boadella las claves que explican su larga vida que "ha sabido encontrar siempre el talón de Aquiles de lo políticamente incorrecto", la "impecable factura" de sus montajes, la incesante investigación teatral y, en especial, "la fuerza del equipo".  

Y, sobre todo, destaca el fundador de la compañía, ha disfrutado de libertad, "su signo de identidad más relevante", gracias a su autosuficiencia económica y los bajos porcentajes de financiación pública recibidos.

Para Boadella, su teatro era más fácil de hacer durante la dictadura de Franco cuando "esos ejercicios de libertad han sido cruciales y nos han granjeado grandes enemigos de una potencia casi insuperable, de lo que estamos muy orgullosos".

Por contra, considera que ahora "los artistas tenemos que tener un alto sentido de la diplomacia, porque los nuevos mecenas son las administraciones públicas y es complicado encontrar un equilibrio, no puedes morder constantemente la mano que te da de comer".