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Europa, preocupada por la decisión de Suiza de prohibir los minaretes

  • Suecia, que preside la UE, considera "sorprendente" el referéndum
  • El ministro de Exteriores francés ha declarado sentirse "un poco escandalizado"
  • Alemania ha pedido que la cuestión sea tenida "en cuenta seriamente"
  • Los suizos dan el visto bueno a la exportación de armas

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A pedestrian walks past a display advertising the initiative against the construction of new minarets in Switzerland, in Geneva
Un peatón pasea junto a un cartel contra la construcción de referéndums en Suiza.

Los países de la Unión Europea han lamentado el voto suizo que prohibe los minaretes y han expresado su preocupación frente a las consecuencias de una decisión que podía ser percibida en el mundo musulmán como una estigmatización del Islam.

"Es la expresión de un prejuicio y posiblemente hasta de un miedo pero es claro que se trata de un signo negativo, no hay ninguno duda", declaró el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, cuyo país preside la UE.

Suiza considera "sorprendente" el referéndum

La presidencia sueca ha considerado "sorprendente" someter esta cuestión a referéndum.

"En Suecia, esta es una cuestión de planificación y capacitación de los funcionarios locales", dijo el ministro del Interior, Tobias Billström.

"Los suizos tienen un excelente sistema de consulta popular, pero a veces puede ser utilizado de mala manera, como en este caso" ha declarado el ministro sueco para la Integración, Nyamko Sabum.

"No hay problemas entre los musulmanes y europeos en la Unión Europea. Los musulmanes son europeos", dijo el ministro de origen africano.

La ministra de Justicia suiza, Evelyne Widmer-Schlumpf, a su llegada a Bruselas, donde llegó a asistir a una reunión del comité conjunto con la UE, declaró:

"Voy a explicar a nuestros socios que este no es un voto contra la religión de los musulmanes, sino sólo contra los minaretes", dijo.

"En Suiza, respetamos la libertad de la fe. Es un derecho muy importante para nosotros", dijo.

Francia y Alemania, escandalizados con el resultado

Por su parte el ministro francés de Inmigración, Eric Besson,  se negó a juzgar a la "soberana" la decisión de los suizos.

"Pero en lo que respecta a Francia, me gustaría evitar este tipo de debate que no me parece importante", advirtió.

"Debemos fomentar la aparición en Francia de un Islam francés, que integra los valores de la República, así evitaremos un falso debate", dijo.

"En Francia, la cuestión de los minaretes es la planificación y sentido común. Esto no es una cuestión política y no quiero que esto se convierta en una cuestión política", dijo.

El ministro de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, ha declarado sentirse "un poco escandalizado" por un voto que según él, "es una expresión de intolerancia".

"Espero que los suizos recapaciten sobre esta decisión", ha añadido. "Es una expresión de intolerancia y yo detesto la intolerancia". Y considera que la construcción de minaretes en las mezquitas "no es una gran cosa. ¿Es una ofensa que en un país de montañas haya una construcción un poco más elevada?", se pregunta Kouchner.

Mientras, un portavoz de la Cancillería de Angela Merkel, ha pedido que la cuestión sea tenida "en cuenta seriamente". Wolfgang Bosbach ha declarado que la decisión es el resulado del miedo de los europeos a una islamización de la sociedad.

Sí a la exportación de armas

Los suizos también se opusieron en referéndum una iniciativa para prohibir la exportación de armamento, que había sido lanzada por grupos pacifistas y de izquierda.

Con un 68% de los votos a nivel federal, y de manera unánime por todos los cantones, el texto fue rechazado con amplitud, y las reacciones de satisfacción se han reflejado los medios económicos contrarios a la propuesta.

Esta planteaba que quedaran prohibidas las exportaciones de armas y municiones, así como de bienes militares especiales y de tecnologías esenciales para el desarrollo o la fabricación de armamento.

Quedarían excluidas las armas con fines de deportes y de caza, además del material necesario para el desminado humanitario.

El Gobierno federal y los partidos conservadores se opusieron a esta iniciativa, por su impacto sobre la innovación industrial, las finanzas de Suiza y el empleo.