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Un presidente para Europa: es ahora o nunca

  • Las nuevas figuras son la de presidente estable y Alto Representante
  • Tony Blair y el belga Herman van Rompuy, entre los candidatos a presidente
  • Massimo D'Alema y David Miliband suenan para Alto Representante
  • Análisis del corresponsal de TVE en Bruselas

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Foto de familia de los principales líderes europeos durante la cumbre del pasado mes en Bruselas,
Foto de familia de los principales líderes europeos durante la cumbre del pasado mes en Bruselas.

FUNCIONES DE LOS NUEVOS CARGOS

-Presidente de la UE: dar más continuidad y estabilidad a las tareas de la institución. No tendrá función legislativa.

- Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad: reforzar la coherencia en la acción exterior y aumentar la visibilidad de la UE en el mundo.

Bruselas se ha convertido estos días en un gran bazar árabe.  Las candidaturas se negocian y se regatean. Los diputados corren de un lado para otro, entre intrigas de pasillo, para postular a su candidato entre los favoritos para ocupar los nuevos cargos que implanta el Tratado de Lisboa.

Los nombres se conocerán este jueves, una vez sean elegidos por los jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre Extraordinaria de la UE. Pero, ¿por qué son tan importantes estas figuras?

Presidente Permanente de la Unión Europea

A partir del 1 de diciembre, fecha en la que con toda probabilidad entrará en vigor el Tratado de Lisboa, la Unión Europea tendrá un presidente estable para un mandato de dos años y medio,  renovable una sola vez.

Su función será esencialmente administrativa, y tendrá que coordinar la labor del Consejo y la organizar las reuniones.

Será quien presida e impulse los trabajos del Consejo Europeo y presentará un informe al Parlamento Europeo después de cada reunión.

El Consejo Europeo es una nueva institución que  implanta el Lisboa y que no hay que confundir con el Consejo de la UE, prinicipal instancia decisoria de la Unión, con capacidad legislativa y cuya presidencia es rotaria.

Su misión principal será favorecer el consenso y la cohesión entre los 27.   El cargo de Presidente del Consejo Europeo no es compatible con otros cargos nacionales.

Una de las preocupaciones que rodean a esta figura es si tendrá suficiente personal y recursos para cumplir sus funciones con eficacia.

El trabajo que desarrolle el Presidente dependerá en buena parte de la personalidad de la quien ocupe por primera vez el puesto.

Los diputados europeos han manifestado que las características indispensable que debe tener el Presidente son una "fuerte convicción europeísta" y que sepa actuar como una "autoridad moral".

Muchos nombres han sonado en las últimas semanas, pero el elegido no se hará oficial hasta este jueves. Candidatos de países pequeños, mujeres, progresistas o conservadores, e incluso políticos mediáticos como el ex primer ministro, Tony Blair. Todos están dentro de la ruleta y cada uno hace sus apuestas.

Aunque no está en el orden del día, los líderes europeos hablarán este jueves en Bruselas de los candidatos a ejercer la presidencia estable de la Unión Europea y para sustituir a Javier Solana como representate de la Política Exterior comunitaria.

Alto Representante para  Política Exterior y Seguridad Común

Quien ocupe este cargo será el sustituto natural de Javier Solana, el actual Mr.Pesc, imagen de la diplomacia de la Unión Europea.

Con Lisboa el puesto resulta fortalecido. La principal novedad es que ostentará el cargo de vicepresidente de la Comisión Europea, además de representar a la Unión en las relaciones exteriores, y presidir el Consejo de Asuntos Exteriores.

El objetivo de este cargo es aumentar la coherencia de la acción exterior de la Unión.

La nueva responsabilidad del Alto Representante de ser vicepresidente de la Comisión es un avance que permitirá coordinar la acción común de los países miembros con las instituciones comunitarias.

El Alto Representante estará al frente del nuevo servicio exterior, que unificará los equipos del Consejo y la Comisión.

El ex ministro de Asuntos exteriores italiano, Máximo D'Alema, el jefe del Foreign Office, David Miliband y el Ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos son algunos de los nombres que en los últimos días han sonado como sustito de Javier Solana.

De su capacidad para avanzar en las relaciones con Washington y Moscú,  dependerá que la UE pueda intervenir de forma efectiva en la solución de graves crisis como la de Afganistán, Irán, Corea del Norte o el conflicto palestino-israelí.

¿Qué pasará con las presidencias rotatorias?

El nuevo cargo de Presidente de la UE es compatible con las presidencias semestrales de turno del Consejo.

El Consejo de la UE seguirá siendo el principal órgano decisorio de la Unión, compartiendo con el Parlamento Europeo la responsabilidad de aprobar la legislación.

El Presidente de turno, por tanto, mantendrá su función de organizar el trabajo de la institución e impulsar el proceso de decisión legislativo y político. Se encargará de organizar y presidir el conjunto de las reuniones, incluyendo los numerosos grupos de trabajos, así como de negociar los compromisos.

La novedad principal se refiere al proceso de decisión.  A partir de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el voto por mayoría cualificada se ampliará a numerosos ámbitos, como inmigración o cultura.

Tras la presidencia sueca de la UE, que finaliza en diciembre de 2009, el turno recae en España,  quien junto a Bélgica y Hungría desarrollará una presidencia en equipo en el marco del nuevo sistema de trío de presidencias rotatorias, que abarcará 18 meses, desde el 1 de enero de 2010 hasta el 30 de junio de 2011.

El presidente de turno de la UE, el primer ministro sueco Frederick Reinfeldt, necesita más tiempo para consensuar los nuevos cargos de la Unión Europea. Ha confesado que se han propuesto "muchos nombres para tan pocos puestos".

Pero en los seis primeros meses de 2010 será el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, el que se haga cargo de la agenda de la institución y presidirá todas las reuniones durante un semestre, promoviendo las decisiones legislativas y políticas y mediando para lograr acuerdos entre los Estados miembros.

Entre sus principales retos: la aplicación efectiva del Tratado de Lisboa una vez que entre en vigor; garantizar la seguridad energética de la Unión Europea y continuar la lucha contra el cambio climático; y cohesión en la escena internacional para que Europa hable con una única voz.