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Cheney reniega de la actitud "blanda" y "débil" de Bush en su segundo mandato

  • La prensa estadounidense publica un adelanto de sus memorias, que saldrán en 2011
  • El ex vicepresidente desvela que se alejó progresivamente de Bush
  • Le acusa de dejarse influenciar por las críticas y de ser conciliador
  • También expresa su malestar por que no indultase a su jefe de gabinete

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El vicepresidente Cheney escuchando al presidente Bush dirigirse a un grupo de periodistas.
El vicepresidente Cheney escuchando al presidente Bush dirigirse a un grupo de periodistas.

El ex vicepresidente de EEUU Dick Cheney, se alejó progresivamente del presidente Bush en sus últimos años de mandato por creer que tenía una actitud demasiado blanda y "conciliadora" en la llamada guerra contra el terrorismo, según un adelanto de sus memorias que desvelan varios medios americanos.

Cheney, de 68 años, fue la mano derecha de Bush durante los ocho años que pasó el ex presidente en la Casa Blanca, un tiempo en el que EEUU endureció su política exterior con las consiguientes invasiones de Irak y Afganistán, impulsadas por Cheney.

"En el segundo mandato, (Cheney) sintió que Bush se estaba alejando de él. Dijo que se había constreñido por la reacción pública y la crítica que recibía", según The Washington Post.

"Acabó convirtiéndose en un político común y en una persona moralmente débil", ha admitido en privado el político republicano según revelaciones de algunos asesores.

Todo esto y más es el anticipo de las memorias del que muchos consideran el vicepresidente más influyente en la historia de EE UU y que serán publicadas en la primavera de 2011. Alejamiento de Bush

El libro de memorias cubrirá la larga carrera de Cheney, desde su entrada en la alta política como jefe del Gabinete bajo el presidente Gerald Ford hasta sus ocho años como el segundo hombre más poderoso del Gobierno en la era Bush, que es donde se concentran los contenidos más jugosos.

"Siente que Bush se alejó de él", dice una de las voces más cercanas al entorno del ex vicepresidente, quien asegura que el ex inquilino de la Casa Blanca dejó de escuchar sus consejos y se convirtió en una persona "que se dejaba llevar con facilidad", que no podía liberarse de los grilletes de quienes le criticaban públicamente, sobre todo durante su segunda legislatura.

"Cuando el presidente tomó decisiones con las que yo no estaba de acuerdo, le apoyé de todas formas y no traté de minarlo", ha declarado Cheney, de acuerdo con Stephen Hayes, su biógrafo autorizado.

"Ahora estamos hablando después de mi salida del Gobierno. Tengo fuertes opiniones sobre lo que sucedió. Y no encuentro ninguna razón para no expresarlas honestamente", ha subrayado.

Agenda 'a la izquierda'

Según otro colaborador, Cheney, que controlaba todos los asuntos que salían de la Administración, carga contra la "agenda más a la izquierda" que fue tomando la Casa Blanca bajo el segundo mandato de Bush, cuando el presidente empezó a ampliar el abanico de personas a las que pedir consejos, dejó de ser un "hombre resolutivo" y se convirtió en un "político común".

Además, la prensa de EE.UU. detalla que, a pesar de los ocho años en el poder, Bush y Cheney nunca fueron grandes amigos y el presidente terminó por decepcionar a su segundo.

 

Según los mismos medios, el ex vicepresidente tampoco entendió qué Bush no concediese el perdón presidencial a su ayudante, Scooter Libby, quien fue condenado por perjurio y obstrucción a la justicia a causa de la filtración a la prensa de la identidad de la agente de la CIA Valerie Plame.

La identidad de Plame se conoció en julio de 2003, poco después de que su marido, el ex embajador Joseph Wilson, publicase un artículo en el que acusaba a la Casa Blanca de utilizar falsos argumentos para justificar la invasión de Irak, llevada a cabo ese mismo año.