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Obama acepta el retraso en su reforma sanitaria

  • El presidente afirma que lo necesario es que continúe el trabajo
  • El líder demócrata en el Senado Harry Reid rechazó la fecha de Obama
  • Hay  tres borradores distintos de proyectos de ley para acometer la reforma
  • El retraso llega para conseguir un proyecto de ley definitivo

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admite que el Senado no cumplirá el plazo que él había planteado para sacar adelante la reforma sanitaria, pero ha expresado su conformidad al afirmar que lo necesario es que continúe el trabajo.

"No importa. Lo que quiero es que la gente siga trabajando" para sacar adelante la reforma, que debe producirse "en cuanto sea posible", ha indicado Obama en una reunión con votantes en la ciudad de Cleveland, en Ohio.

Como ha venido haciendo en una serie de intervenciones públicas en los últimos diez días, Obama ha subrayado que la medida está pendiente desde hace mucho tiempo y ha asegurado que se acabará sacando adelante "este año".

El presidente estadounidense ha reaccionado así al anuncio del líder demócrata en el Senado, Harry Reid, que ha descartado que se vaya a votar la reforma para agosto, como había pedido Obama.

En la actualidad circulan en el Congreso tres borradores distintos de proyectos de ley para acometer la reforma, de modo que se pueda dar una cobertura médica asequible y de calidad a los cerca de cincuenta millones de estadounidenses que en la actualidad carecen de asistencia sanitaria. Esos borradores deben votarse y armonizarse antes de llegar a un único proyecto de ley que el Congreso pueda aprobar y remitir a Obama para su firma.

En sus declaraciones, Reid ha indicado que el Comité de Finanzas del Senado, que presentó uno de los tres borradores, votará su propuesta antes del receso de agosto.

Entonces Reid armonizará esa propuesta con la que ya aprobó el Comité de Salud del Senado, y el voto no se produciría hasta el regreso de las vacaciones.

El líder demócrata explicó que decidió retrasar la votación la pasada noche para tratar de conseguir un proyecto de ley definitivo que pueda contar con el apoyo tanto de su partido como de la oposición republicana.

El anuncio de Reid se produce en momentos en que Obama se encuentra inmerso en una campaña de promoción de la reforma sanitaria, que parece haber perdido respaldo entre los legisladores y el público. Obama participa este jueves en una reunión con votantes en Cleveland para explicar la necesidad de la medida.

La pasada noche ofreció una rueda de prensa en horario de máxima audiencia también para insistir que la reforma debe llevarse a cabo. En esa rueda de prensa, Obama aseguró que la reforma del sistema de salud público en EEUU es "central" para que la economía del país pueda recuperarse.

Uno de los principales argumentos empleados contra la medida es el coste, que algunos analistas han valorado en cerca de un billón de dólares. Sus críticos consideran que puede disparar el déficit fiscal.

Obama quiso atajar esos miedos al asegurar que "la reforma del sistema sanitario no engordará nuestro déficit en los próximos diez años, y lo digo en serio".

Al contrario, "si no se acomete la reforma y se controla el gasto sanitario", la principal partida en el déficit federal, según apuntó, "no seremos capaces de controlar nuestro déficit".