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Bolivia, una crisis política marcada por las reservas de gas y los latifundios

  • La crisis estalló con el recorte de ingresos por impuestos en gas y petróleo
  • Las regiones ricas orientales han aprobado estatutos de autonomía
  • El gobierno de Morales los considera ilegales
  • El líder indígena quiere 'refundar Bolivia' con una nueva Constitución
  • Entre las medidas pretende realizar un reforma agraria que acabe con los latifundios 

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Las cinco regiones que concentran las ricas reservas de gas de Bolivia han levantado el hacha de guerra contra el ejecutivo de Evo Morales y han sumido al país andino en una crisis política y una espiral de violencia que, por el momento, ha costado la vida a alrededor de 30 personas en el departamento de Pando en el que se ha decretado el estado de sitio.

Desde que el líder aimara llegó al poder en enero de 2006, las tensiones entre las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca y el gobierno central han subido enteros progresivamente.

La crisis política se ha construído sobre la base de las reivindicaciones de mayor autonomía de estas cinco regiones orientales ricas, terratenientes y criollas contra la Bolivia pobre, índigena y campesina de La Paz, Oruro y Potosí que representa Morales. 

El origen de las disputas se remonta a octubre de 2003 cuando una serie de protestas condujeron a la salida del poder del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada ya entonces, se vislumbraba que las reservas de gas de Bolivia, las segundas más importantes de latinoamerica, generarían no pocos conflictos.

El gas, detonante de la crisis

 

El detonante de la crisis se produjo en enero de este año cuando Morales recortó el impuesto que cada departamento obtenía de la financiación por petróleo y gas. El ejecutivo de La Paz quería financiar con ese dinero un fondo para la tercera edad, la idea era que cada anciano boliviano recibiera 377 dólares.

Las reivindicaciones autonomistas vieron en este acto la gota que había colmado el vaso y entre mayo y junio comienzaron un rosario de aprobaciones de estatutos de autonomía que el gobierno de Morales considera ilegales.

La refundación de Bolivia

Al desafío secesionista del oriente de Bolivia se han sumado las tensiones a raíz del proyecto de Morales para reformar la Carta Magna y "refundar Bolivia".  La nueva Constitución, al incluir la tradición indígena, choca con los derechos de corte occidental que predominan en las regiones opositoras a Morales. Además, la nuevaCarta Magna contempla la reelección presidencial por un periodo adicional que podría mantener a Morales en el poder hasta 2018 y pretende continuar por la senda de la nacionalización de la economía.

Tampoco ayuda a aliviar tensiones la forma en la que se aprobó la Constitución el pasado 24 de noviembre. Los partidarios del presidente aprobaron las reformas en ausencia de la oposición y en un recinto militar. Este proceder reforzó las creencias de los comités cívicos del oriente de que son los únicos defensores de la democracia.

Uno de los escollos de la nueva Constitucion es una nueva reforma agraria, 53 años después del primer intento, que contempla mayor control sobre los hidrocarburos -el 80 % se concentra en las regiones secesionistas- así como la expropiación de latifundios que se consideren improductivos y la redistribución de tierras, todo un varapalo para el rico oriente Bolivariano.

La lucha por la capitalidad

Más tensiones vinieron a cuenta del artículo seis que no contempla la propuesta de Sucre -capital de Chuquisaca- para volver a albergar los poderes Ejecutivo y Legislativo, que están en La Paz desde la guerra civil de 1899. La polémica sobre cuál debe ser la capital efectiva del país, si Sucre o La Paz, mantuvo paralizada la Asamblea durante más de tres meses.

El 7 de diciembre los bolivianos acudirán de nuevo a las urnas para decidir si ratifican o no la nueva Constitución mediante dos consultas: una sobre el texto en su conjunto y otra sobre el artículo que regula la extensión de los latifundios expropiables y que quedó sin acuerdo en la Asamblea Constituyente.

Referéndum revocatorio

La ingobernabilidad que vive Bolivia se ha intentado resolver a golpe de referéndum. El 10 de agosto se celebró un histórico referendo revocatorio  que preguntaba a los bolivianos sobre la continuidad de altos cargos del gobierno, incluído el propio Morales. La votación culminó con la ratificción de todos cargos consultados excepto los preceptos de La Paz y Cochabamba. El presidente recibió el 67,4 % de los votos aunque la consulta popular se vio ensombrecida por la tensiones y violencia.

En las últimas semanas el conflicto se ha internacionalizado con la expulsión del embajador estadounidense en Bolivia, Philip Goldberg, el 10 de septiembre,  Evo Morales declaró "persona non grata" al embajador y le acusó de "encabezar la división" del país.

Sólo un día después Estados Unidos hizo lo propio con el embajador boliviano y a su vez, el presidente venezolano, Hugo Chávez expulsó al embajador de Washington en solidaridad con Bolivia y pronunció una alocución en la que invita a 'los yankis de mierda a irse al carajo 100 veces'.