Quince años del doblete que llevó al Atlético de Madrid al cielo
- El 25 de mayo del 96 el Atlético ganó la Liga, tras 19 años sin conseguirla
- Antes se había proclamado campeón de la Copa del Rey al vencer al Barça
- Se convertía así en el cuarto equipo español en conseguir este doblete
- Ahora, los atléticos sufren la posible marcha de sus estrellas
- A la salida de Agüero se une el traspaso de De Gea o la salida de Forlán
Los atléticos lo recuerdan como si fuera ayer pero han pasado 15 años desde que una cabalgata, encabezada por 'Imperioso', el caballo de Jesús Gil, recorrió las calles madrileñas paseando la Liga y la Copa del Rey conseguida por el Atlético de Madrid.
Gritos de "Campeones, campeones" o "Madrid entero se siente colchonero" acompañaban a la expedición rojiblanca que celebraba por todo lo alto el primer doblete de la historia del Atlético de Madrid.
Molina, Geli, Santi, Solozábal, Toni, Vizcaíno, Caminero, Pantic, Simeone, Kiko y Penev conformaban el once titular de ese "Atlético del doblete" que entrenaba Radomir Antic.
Quince años después, los atléticos están pendientes de la más que posible salida del 'Kun' Agüero del club, así como el traspaso anunciado aunque aún no confirmado del joven portero de la cantera David de Gea al Manchester United, y de la marcha también muy probable del goleador Diego Forlán, nombrado mejor jugador del último Mundial de fútbol, pero caído en desgracia en su año más aciago en el Manzanares.
Razón de más para que, pese a los éxitos recientes, el doblete renovado en 2010 con el triunfo en la Europa League y en la Supercopa de Europa, los ídolos de los noventa, que llevaron al Atlético a lo más alto, permanecen en la memoria de cualquier aficionado rojiblanco, capaces de recitar la alineación de carrerilla y Antic es considerado casi uno héroe que devolvió al "glorioso" a la senda ganadora.
La novena Copa del Rey
La alegría de los colchoneros comenzó el 10 de abril de 1996. Ese día, el Atlético de Madrid se impuso 1-0 al FC Barcelona en la final de la Copa del Rey disputada en el estadio de La Romareda.
Fue necesario llegar a la prórroga para que un solitario gol de Pantic, que marcó de cabeza tras un gran servicio de Geli, diera al equipo su novena Copa del Rey, un trofeo que habían ganado por última vez cuatro años antes.
La Liga, en la última jornada
El título copero, lejos de aplacar los ánimos entre la parroquia rojiblanca, sirvió para avivar el deseo de ganar una liga que se resistía desde hacía 19 años. Y en la última jornada, no podía ser de otra manera, llegó la esperada victoria que quedó grabada en la mente de la afición del Manzanares.
Los de Radomir Antic, líderes desde la jornada 14, necesitaban ganar al Albacete y acabar con una serie de tropiezos en casa que les habían impedido cantar antes el alirón.
Con un fútbol marcado más por la tensión y la necesidad, que por las ideas refinadas, el Atlético de Madrid fue entrando en el partido casi a empujones.
El Albacete, con el susto en el cuerpo, terminó metiéndose en su área y pudo salvar las cinco faltas que en Pantic lanzó en los primeros 15 minutos pero justo después la locura se desató en el Calderón.
Simeone primero y Kiko después anotaron los dos goles que servían para que el Atlético de Madrid se centrara en su celebración y dejara de mirar de reojo al Valencia, que acabó a 4 puntos de los rojiblancos.
Fiesta rojiblanca
El Atlético de Madrid ganó su novena liga y el "pupas" se olvidó de sus penas celebrándolo por todo lo alto. Miles de atléticos se concentraron en la plaza de Neptuno pero esta fiesta no era nada comparada con la que vendría al día siguiente.
El entonces presidente, Jesús Gil, organizó una cabalga que, durante cinco horas recorrió Madrid ofreciendo ambos trofeos a las autoridades y a la virgen de la Almudena, patrona de la ciudad.
Después, como colofón a la fiesta rojiblanca, se celebró un concierto en el Calderón con reconocidos artistas colchoneros como Joaquín Sabina o Ketama, que prolongaron la fiesta hasta altas horas.
Antic, un jefe equilibrado
Esa temporada Molina se alzó con el trofeo Zamora y además de él, Santi, Caminero, Pantic y Simeone formaron parte del once ideal de la Liga de ese año. Pero si hay alguien que siempre quedará ligado a la historia de aquel doblete ese es Radomir Antic.
El entrenador serbio fue el artífice principal para que el Atlético hiciera la campaña más importante de su historia. Se hizo cargo de un equipo que venía coqueteando, las temporadas anteriores, con los últimos puestos y lo llevó hasta lo más alto.
Metódico, observador, con dotes de psicólogo y sobre todo trabajador, impuso orden y liderazgo en el equipo y supo sacar lo mejor de sus jugadores. En los momentos más críticos, ejerció de escudo protector de su plantilla y consiguió algo que parecía impensable: mantener a Jesús Gil alejado del vestuario.
Años de sufrimiento
Eran otros tiempos y la inmensa alegría que el Atlético de Madrid dio a su afición pronto se tornaría en tristeza. Tan sólo cuatro años después descendió a la Segunda División y lo que iba a ser "un añito en el infierno" se convirtió en dos.
En la temporada 2002/03, el histórico "pupas", dirigido por Aragonés, regresó a Primera pero ni siquiera su adorado "niño Torres" consiguió celebrar un título con el equipo de su corazón.
Acostumbrados como estaban a mantenerse en la mitad de la tabla, el Atlético de Madrid ha tardado 14 años en volver a ganar una competición y dar una alegría a su parroquia, además, de de la forma menos esperada.
Tras no pasar la fase de grupo de la Champions League, los rojiblancos recalaron en la Europa League. Lo que para muchos era una competición menor, terminó convirtiéndose en un gran torneo cuando Forlán devolvió la gloria al Atlético y se convirtieron en los primeros campeones de la Europa League en la final de Hamburgo, el 12 de mayo del año pasado.
Los rojiblancos habían pasado 48 años sin ganar un título europeo y tan solo tres meses vuelven a ganar otro, proclamándose supercampeones de Europa frente al Inter de Milán.
Y es que, como bien saben los seguidores rojiblancos, el Atlético de Madrid es así. Te da todo o nada, te hace pasar de la alegría a la tristeza, de la celebración de un gol a los pitos en la grada, consigue poner taquicárdico hasta al corazón más sano... ya lo decía Sabina en el himno del centenario: "que manera de palmar, que manera de vencer, que manera de vivir, que manera de subir y bajar de las nubes ¡que viva mi Atleti de Madrid!.
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