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Las confesiones de dopaje de Kohl conmocionan al deporte austríaco

  • El ciclista austríaco fue tercero en el último Tour de Francia
  • Kohl ha confesado que se dopó de 2005 a 2008

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Las más recientes confesiones del ciclista austríaco Bernhard Kohl,  tercero del último Tour de Francia, quien reconoció haberse dopado sistemáticamente entre 2005 y 2008, han conmocionado el deporte del país alpino e internacional.

Kohl, de 27 años, acusó a su ex representante Stefan Matschiner, detenido  por la Policía austríaca, de haberle proporcionado durante tres años numerosas sustancias prohibidas.

El ciclista suspendido reconoció haber recibido sustancias como EPO, dopaje de sangre, hormonas de crecimiento, testosterona e insulina, y de haber frecuentado el polémico laboratorio vienés Humanplasma, acusado de haber practicado el dopaje con sangre.

Matschiner, un ex atleta de 34 años, no es el único detenido relacionado con esta trama de dopaje estos días.

También el ex entrenador austríaco de esquí nórdico Walter Mayer fue detenido, y luego decretada la prisión preventiva por la sospecha de que distribuía sustancias de dopaje a deportistas.

Además, fue detenido y luego puesto en libertad un ciclista profesional en activo, sin identificar, acusado de repartir entre otros colegas sustancias prohibidas.

El diario austríaco "Kurier", que ha liderado con una exhaustiva investigación periodista esta trama de dopaje, señala que las revelaciones de los últimos días "son la caja de Pandora".

  • La 'caja de Pandora' del deporte austríaco

"Con la detención de Matschiner, nos hemos hecho con la caja de Pandora. No importa si éste confiesa o no, la caja será abierta de todas formas, y va a traer más desgracias", asegura el diario.

Kohl aseguró ayer haber pagado en total unos 50.000 euros para las ayudas prohibidas, que lo impulsaron finalmente hasta el podio del Tour en 2008.

El ciclista aseguró que en la casa de Matschinger en el estado federado de Alta Austria se encontraban las centrifugadoras de sangre y allí también se realizaron las transfusiones.

Kohl dijo haber pagado 20.000 euros para la construcción y el mantenimiento de esa instalaciones, que fueron usadas también por otros tres deportistas, cuyos nombres no mencionó ante la prensa pero sí a la policía.

El diario "Österreich" asegura en su edición de que Kohl se refería al ex ciclista Georg Totschnig, séptimo del Tour de Francia en 2004 y ganador de una etapa en la vuelta gala en 2005.

Según el rotativo vienés, Totschnig habría recibido justo antes de su victoria en la decimocuarta etapa del Tour (entre Agde y Ax-3 Domaines) una transfusión de sangre prohibida.

Kohl habría denunciado también al todavía activo esquiador de fondo austríaco,  Christian Hoffmann, campeón olímpico sobre 30 kilómetros en Salt Lake City (EEUU)) en 2002.

Entre los deportistas representados por Matschiner, que ya han sido denunciados, destaca el ciclista danés Michael Rasmussen, líder del Tour 2007 hasta la decimosexta etapa cuando fue expulsado por haberse saltado dos controles antidopaje.

Más tarde se supo que el corredor escandinavo había tomado Dynepo, un EPO producido a partir de células humanas.

También el atleta holandés Simon Vroemen, sexto en los Juegos de Atenas 2004 en 3000 metros obstáculos, fue suspendido por dopaje, al igual que la triatleta austríaca Lisa Hütthaler, quien desencadenó con sus confesiones de la semana pasada la detención de Matschinger.

  • Los atletas pagaban sumas muy altas de dinero

La austríaca asegura haber pagado 15.000 euros a su representante por seis raciones de EPO y de haber aprendido de éste cómo usarlo mejor para garantizar que su efecto se prolongue lo máximo posible.

Las detenciones de las últimas semanas se deben a que Austria ha endurecido considerablemente la legislación contra el dopaje, que declara como delito penal el comercio con estas sustancias.

"A numerosos deportistas austríacos e internacionales les quedan sólo pocas horas para confesar. Es que la policía ha descubierto una huella de sangre de tres años que lleva directamente al Instituto Humanplasma de Viena", concluye Kurier.