Enlaces accesibilidad

La RFEF quiere limpiar su nombre

  • El presidente y el capitán del Levante mencionaron a Villar, presidente de la Federación
  • La RFEF quiere que todo se aclare por "la limpieza del deporte"
  • Parte de los implicados también se desmarcan

Por
Hablan los implicados del Athletic-Levante

La Federación Española de Fútbol (RFEF) expresó su deseo de que se aclaren los posibles casos de amaño en partidos de temporadas pasadas "en favor de la limpieza del deporte", tras la publicación de una grabación sobre la presunta compra del Athletic de Bilbao-Levante de la campaña 2006-2007.

Fuentes de la RFEF confirmaron a Efe que este organismo no recibió ni entonces ni ahora ningún tipo de denuncia sobre un posible amaño en el citado encuentro, por lo que está a la espera de la decisión que pueda adoptar el Comité de Competición en su próxima reunión.

La victoria del Athletic contra el Levante hace dos temporadas salvó al club bilbaíno del descenso en aquel choque, en el que el Levante no se jugaba nada puesto que había asegurado ya su permanencia en la categoría.

El resultado sí afectó al Celta de Vigo, que dependía del desenlace del partido jugado en San Mamés y que fue el equipo que descendió, a pesar de ganar su último partido de Liga contra el Getafe.

El Comité de Competición de la RFEF acordó el pasado martes remitir a la Fiscalía la información relativa a la presunta compra del partido de la última temporada de Segunda división entre Málaga y Tenerife.

La decisión se produjo tras la publicación en prensa de una conversación grabada entre el presidente de la Real Sociedad, Iñaki Badiola, y el ex jugador del equipo insular Jesuli, en la que éste admitía estar primado por dejarse ganar.

El jugador desmintió posteriormente sus palabras y el Tenerife le envió un requerimiento notarial. La victoria del Málaga sobre el Tenerife en ese encuentro facilitó el ascenso del equipo andaluz a Primera y perjudicó a la Real Sociedad, que también optaba al ascenso.

Anoche otro medio de comunicación hizo pública la grabación de una conversación sobre la supuesta compra del Levante entre el presidente del club levantino, Julio Romero, y el jugador Iñaki Descarga, en la que el primero apunta además que el hecho se había llegar al presidente de la RFEF, Angel María Villar, para hacerle ver que no estaban "en contra de los suyos" (en referencia al Athletic).

Todos se desmarcan

El presidente del Levante, Julio Romero, ha hecho público un comunicado a través de sus servicios jurídicos en el que niega que haya existido un acuerdo con el Athletic de Bilbao o una conversación con el presidente de la Real federación Española de Fútbol, Ángel Villar.

En la nota remitida por sus servicios jurídicos, Julio Romero afirma que "ante las informaciones aparecidas en las últimas horas en distintos medios de comunicación relativas a mi persona, quiero manifestar lo siguiente: no ha existido acuerdo alguno con el Athletic Club de Bilbao y no ha existido conversación alguna con el Presidente de la Real Federación Española de Fútbol, don Ángel María Villar".

"Como consecuencia de ello, informo que he puesto en manos de mis abogados este asunto al objeto de que se ejerzan las oportunas acciones legales", concluye el comunicado.

El entrenador del Castellón, Abel Resino, que dirigía por aquel entonces al Levante, ha preferido mantenerse al margen de la polémica que ha surgido en referencia a la posible compra del partido entre el Athletic Club de Bilbao y el Levante de la temporada 2006/07.

Al finalizar el entrenamiento y, ante las preguntas de los periodistas presentes en la Ciudad Deportiva del Castellón, Abel Resino ha indicado que "no he hecho ninguna declaración", a lo que ha continuado: "Preguntadle a quien la haya hecho".

Por su parte, otro miembro que en la actualidad se encuentra en el Castellón y, que también estuvo en aquel Levante, el delantero hispano-argentino Gustavo Reggi ha afirmado que "me acabo de enterar de lo que ha salido y no sé nada".

Por su parte, El jugador del Athletic Club Javi Martínez ha dicho que ni él ni sus compañeros tienen "nada que decir".