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La Unión Europea y el Reino Unido seguirán negociando la relación entre ambos a partir del 1 de enero. Así lo ha confirmado la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, que ha señalado que ambos equipos tienen que seguir intentándolo hasta el último momento por "responsabilidad". A pesar de ello, las diferencias continúan en pesca y en condiciones para las empresas. En Bruselas muchos dan por hecho que las negociaciones podrían seguir durante el próximo año. Informa María Carou, corresponsal.

La transición post-Brexit llega a su fin. Reino Unido y Bruselas están aún negociando pero el primer ministro británico, Boris Johnson, se inclina por el 'no acuerdo', lo que implicaría que a partir del 1 de enero se regirían por las normas que fija la Organización Mundial del Comercio (OMC). Desde Reino Unido señalan que el objetivo del Brexit es recuperar su soberanía y que no se van a plegar, por lo tanto, a las normas comunitarias. Eso implica recuperan el control de sus aguas pesqueras, uno de los puntos conflictivos, y ya han previsto la movilización de barcos de la Royal Navy para protegerlas. Informa Sara Alonso, corresponsal.

A menos de tres semanas para su salida, Reino Unido y Bruselas siguen negociando un acuerdo que evite un Brexit duro. Hoy está previsto que el primer ministro británico, Boris Johnson, se reúna con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen.

Las diferencias son aún importantes, señalan desde Bruselas, que se inclina más por el 'no'. Afirman que si Reino Unido quiere acceder a un mercado de 450 millones de ciudadanos europeos, debería a cambio permitir que los pescadores europeos accedan a caladeros británicos. También han diferencias sobre cómo resolver posibles conflictos futuros entre ambas partes. Ambas partes han presentado sus planes de contingencia por si ese acuerdo no llega. Aunque señalan que es mejor un 'no acuerdo' que un mal acuerdo, y abren la puerta a que se puedan alargar las negociaciones como pasa con otros países terceros.

Informa María Carou, corresponsal.

El Brexit sigue pendiente de la negociación entre Reino Unido y la Unión Europea y mañana es el último día para obtener resultados, pero las expectativas son pesimistas. En el Diario 20 horas Fin de semanaDiario 20 horas Fin de semana hemos hablado con Ignacio Molina investigador principal del Real Instituto Elcano que en ese caso dice "El Reino Unido pasará a ser un socio, un estado tercero el 1 de enero, cuyas relaciones con la Unión Europea estaría reguladas por la Organización Mundial del Comercio, que es algo bastante insólito porque la UE con todos aquellos países que no son miembros tiene acuerdos- asociación comercial", va a estar peor relacionado el Reino Unido que por ejemplo Marruecos. Después de tantos años de interrelación comercial, interpersonal, de inversión, todo eso es tan intenso que dejar de tener un campo de juego común acordada por las partes, pues hace que haya una situación de cierto vértigo y de inseguridad jurídica "muchas empresas instaladas en ambs territorios ahora se van a encontrar con aranceles, obstáculos administrativos, en definitiva trabas a esa relación que quien más lo va a sufrir es la parte más débil que es la británica", pero todos los europeos también van a salir perdiendo. Pero la negociación no avanza porque el Reino Unido no quiere ningún tipo de regulación de relaciones, quiere ir por libre en el mercado, y la UE en esas condiciones no les permite el acceso al mercado libremente, dice Ignacio Molina.

El cambio climático otro reto para la Unión que tiene socios como Polonia dependiente de fuentes energéticas contaminantes o Suecia que la mayor parte de la energía la obtiene de fuentes limpias. "El desafío común es el reto de la descorbonización. Hay países que lo tienen más fácil porque dependen más de las renovables, por condiciones geográficas o tecnológicas y otros más dependientes del carbón y el petróleo, caso de Polonia y otros países del Este. Otros casos intermedios, España es dependiente de la energía externa y la descarbonización le viene bien, porque las renovables no necesitan ser importadas". Bruselas tiene que regular y armonizar, tiene que contemporizar, crear calendarios e incentivos " y en gran parte el dinero que se aprueba en el programa de reconstrucción, vinculado a la lucha de los efectos de la pandemia, pues gran parte de ese dinero va a ir destinado a crear esos incentivos económicos que permitan ir más rápido en esta lucha contra el cambio climático"

Con una onomatopeya ha querido titular Banksy su última obra: Aachoo!! El misterioso artista británico vuelve a la carga para intentar que no bajemos la guardia frente a la COVID-19. En Bristol, la ciudad del artista, están acostumbrados a despertarse con uno de sus grafitis en sus calles.

Desde hace meses, en este 24 horas les hemos ido relatando cómo la carrera sanitaria por contener y revertir los números va pareja a otro pulso, el que intenta que las economías europeas sufran lo menos posible. Los organismos financieros están haciendo sus esfuerzos para conseguirlo, pero los jefes de Estado y Gobierno de la Unión tienen sobre la mesa la aprobación de dos instrumentos fundamentales: el presupuesto comunitario y el fondo de recuperación. A esta situación, se une la desestabilización que supondrá la ruptura definitiva de lazos con el Reino Unido el próximo 1 de enero, especialmente si no se consigue un acuerdo para certificar la salida de los británicos de la Unión. Analizamos estas cuestiones junto a nuestros corresponsales: María Carou, corresponsal comunitaria; Gabriel Herrero, corresponsal en Alemania; y Sara Alonso, corresponsal en Reino Unido.

La Comisión Europea ha presentado un plan para evitar el caos en las fronteras en el caso de que la salida del Reino Unido el próximo 1 de enero no sea pactada con la Unión Europea. Bruselas propone un acuerdo de seis meses para manterner las conexiones aéreas y el transporte por carretera. La Unión Europea quiere mantener, asimismo, durante un año los pactos pesqueros. Todas estas propuestas tienen una condición: que las islas se comprometan a la reciprocidad.

Informa María Carou, corresponsal de RNE en Bruselas