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Después de varios días de negociaciones, el Eurogrupo, formado por los ministros de economía y finanzas europeos, logró acordar el jueves un paquete de medidas para luchar contra las consecuencias económicas de la COVID-19 en la UE. Analizamos las medidas acordadas con Ruth Ferrero Turrión, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid

"Espero que sea un resultado positivo, sería muy buena señal porque creo que un acuerdo está cerca", ha dicho la cancillera alemana, que se ha mostrado optimista tras hablar con su homólogo neerlandés Mark Rutte y el presidente francés Emmanuel Macron. Merkel asegura que Alemania está dispuesta a asumir la "solidaridad obligada", el acuerdo que pondría en circulación más de medio billón de euros para ayudar a empresas, trabajadores y estados de forma inmediata y, sobre todo, sin necesidad de cambios políticos nacionales, el principal motivo de la mandataria germana para rechazar la mutualización de la deuda o los eurobonos.

Estejueves por la tarde se reúne el Eurogrupo tras el fracaso de la última reunión y la división entre los países mediterráneos y los del norte. Han sido varios los intentos fallidos y la Unión no parece encontrar una respuesta conjunta a la crisis del coronavirus. Muchas miradas se dirigen a Holanda, uno de los más firmes opositores a la mutualización de la deuda.

Tras 16 horas de reunión y la noche sin dormir, el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, ha anunciado que suspende la reunión en la que no se ha alcanzado un acuerdo. Mañana los ministos de finanzas de la Unión Europea volverán a reunirse por videoconferencia. En Las mañanas de RNE analizamos la situación actual conFederico Steinberg, investigador principal de Economía y Comercio Internacional del Real Instituto Elcano.

¿Por qué cuesta tanto alcanzar un acuerdo sobre una materia tan importante y urgente como la crisis de laCOVID-19? "Estamos negociando una de las cuestiones, desde el punto de vista de la solidaridad y de compartir riesgos, que hemos negociado en la historia de la Unión Europea. Eso no es sencillo" cuenta Steinberg. "Los países del norte tienen una visión menos solidaria y los países del sur, ante este shock inédito del que no son culpables, exigen que la UE de respuestas y exige que los países más ricos y los que se financian más barato, compartan con los demás su potencial económico" explica. ¿La tensión que se vivió en 2008 con la gran recesión aún no se han superado?. "Esa tensión nunca se va a resolver hasta que no creemos los Estados Unidos de Europa [...] Se trata de que entendamos que todos juntos podemos avanzar mejor y enfrentarnos a los riesgos". Steinberg cree que se está hablando en términos en los que no se hablaron durante la crisis anterior: de préstamos sin condicionalidad y eliminar la Troika, o incluso lo que plantean Francia, Italia o España, de crear mecanismos de financiación conjunta. Durante la otra crisis, ante la negativa de los países del norte no se habló de estos elementos. ¿Se ve viable la posición del Plan Marshall para la reconstrucción una vez se haya frenado la crisis sanitaria? "Llamarlo Plan Marshall no es lo más adecuado. Vamos a tener que darnos un gran plan de estímulo a nosotros mismos. Yo lo llamaría el Plan Monet o el Plan de Renacimiento Europeo. Esa es una reflexión que tenemos que hacer cuando salgamos de los gastos inmediatos". ¿Nuestros socios europeos son conscientes de las consecuencias sociales y económicas que va a tener una crisis como esta? "Muchos países del norte todavía, porque la pandemia no ha llegado todavía con la dureza con la que va a llegar, están en una fase de negación. El riesgo principal es que, si no hay una respuesta coordinada, muchos ciudadanos de la UE no ha servido para nada, cosa que no es cierta. Esto podría poner en peligro el propio mercado interior, que es una fuente de riqueza para países como Holanda o Alemania, que no deberían jugar con fuego"

Iratxe García, presidenta de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas de Europa, ha expresado en 24 horas de Radio Nacional que "es el momento de una respuesta europea contundente y solidaria" ya que "nos jugamos el futuro" del proyecto comunitario: "Tarde o temprano, saldremos de esta crisis y tendremos que pensar cómo reconstruir nuestras ciudades, regiones y países. Si queremos salir con un proyecto europeo fuerte, necesitaremos medidas, sino la ciudadanía dejará de confiar en la Unión". "Tenemos que salir todos de esto o Europa no sale de esta", añade.

La presidenta de la APSD descarta meter a todos los países en el mismo saco y dice que las muestras de insolidaridad, referidas a las negativas de los países del norte de Europa a emitir bonos de deuda comunitaria, son de "ciertos dirigentes políticos, no de la ciudadanía ni de todos los partidos": "Dentro del grupo socialista europeo (holandeses, austríacos, alemanes, etc.) tenemos una posición unánime y todos muestran su apoyo a no dejar atrás a los países que más lo necesitan".

Por último, García asegura que todos los políticos "hemos cometido errores" porque "nadie estaba preparado": "Nadie hubiera pensado hace dos o tres meses que Europa, que el mundo iba a estar en esta situación". "España ha sido de los primeros países europeos en dictar el confinamiento de la población o la paralización de la actividad económica", sentencia.

La oferta del Eurogrupo consiste en habilitar el fondo de rescate europeo para conceder créditos, algo que la vicepresidenta económica Nadia Calviño no ve con malos ojos. Sin embargo, advierte que es una "solución a corto plazo", por importante que sea inyectar liquidez en la economía nacional, y pide que haya dos condiciones: que los fondos sean utilizados exclusivamente para luchar contra los efectos de la pandemia del coronavirus y para garantizar la vuelta a la estabilidad económica. Con todo, confirma que seguirán exigiendo que se emita deuda comunitaria, los tan debatidos eurobonos o coronabonos que países como Alemania o Países Bajos rechazan, y asegura que España no se plantea pedir un rescate económico. Informa la corresponsal en Bruselas María Carou.

Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro vuelven a reunirse hoy para intentar encontrar un consenso sobre la respuesta económica al coronavirus. Las posturas siguen alejadas. Alemania y Países Bajos insisten en que los países afectados utilicen préstamos del Fondo de Rescate con la única condición de que ese dinero vaya destinado a la lucha contra el coronavirus. Una fórmula que rechazan España e Italia, que temen que pedir un rescate, por suave que sea, estigmatice sus economías, y que apuestan por la emisión de deuda conjunta, los llamados coronabonos. Informa María Carou.

Miguel Sebastián, exministro de Industria entre 2008 y 2011, ha expresado en el 24 horas de Radio Nacional que la necesidad de estos grandes pactos se deben a que España necesita "reformas estructurales desde que estamos en el euro: educación, laboral, pensiones..." y señaló que ha sido un pensamiento que "siempre he tenido, al margen de quien estuviera en el gobierno, y ahora con más razón porque hay que solucionar esto de manera nacional". También criticó la postura de la oposición, explicando que "debería mostrarse un poco más leal": "La portuguesa se ha puesto a disposición del gobierno y le desean suerte porque su éxito será el de todos. A mí eso me emocionó.  Aquí no tenemos ese ambiente".

El extitular de Industria, una de las primeras personalidades de perfil político españolas en advertir del peligro del coronavirus, explica que estaba al tanto de la situación porque "amigos que vivían en China me alertaban de lo que pasaba": "Era imposible que no llegara aquí: solo en enero tuvimos 53.000 turistas chinos en España, aunque al final el virus acabara entrando por Italia". Asimismo, se refirió a los que acusan al Ejecutivo de Sánchez de falta de previsión de que el debate que están generando es el mismo que cuando estalló la burbuja inmobiliaria en 2008: "¿Había que pinchar la burbuja o no? Las burbujas solo se confirman cuando se pinchan, antes de eso son solo una hipótesis.  Desgraciadamente, por ese mismo motivo no se suelen pinchar, porque suele haber resistencias sociales a hacerlo. Si cuando teníamos 400 casos y era algo que teníamos lejos decidimos confinar al país y parar la economía... ¡si ha habido resistencias sociales con más de 6.000 casos!".

Respecto a los efectos que la pandemia tendrá en la economía española, Sebastián afirma que son "medidas dañinas", pero porque "la prioridad es acabar con la pandemia" y admite que es una crisis que no se puede comparar a otras anteriores: "He mirado ejemplos de grandes parálisis económicas, como en mayo del 68 en Francia, donde incluso estuvo parada la agricultura... pero una cosa es un conflicto político y otra, una epidemia. Este es un caso inédito. Debemos ir sobre la marcha". El exministro durante el segundo mandato de José Luis Rodríguez Zapatero cree que "el PIB mensual, aunque no tengamos medidas, debe haber caído un 50%" y señala que el anual podría reducirse "un 10% o más", pero se muestra optimita: "No es algo que no podamos recuperar. Al contrario, veremos un fuerte crecimiento en el año 2021 porque habrá un rebote estadístico y conómico". "Cuando la economía vuelva a su nivel, a principios de 2021, mostrará un fuerte repunte respecto a este año", añadió.

Por otra parte, respecto al conflicto europeo que se ha generado en torno a los llamados "coronabonos", Sebastián ha lamentado que se trata de "una batalla perdida": "Alemanes y holandeses tienen una deuda pública mucho más baja que nosotros". Por ello, el extitular de Industria propone que el Banco Central Europeo compre la deuda que emitan países "que, como el nuestro, generarán para hacer frente a la epidemia" y explica que es una medida que se va a hacer en Estados Unidos. "Es una enorme cantidad de deuda en la que nos vamos a meter porque es una ayuda pública necesaria. Si la compra el BCE, saldremos de esta. Si no lo hace, tendremos un escenario muy complicado", sentenció.

Wopke Hoesktra declaró hace una semana que Italia o España debían preguntarse por qué tras siete años de crecimiento económico no tenían dinero suficiente para hacer frente a la pandemia del coronavirus. Hoy, el ministro de Finanzas neerlandés reconoce en una entrevista que le faltó "empatía", pero no hizo mención alguna a la petición de los países del sur de Europa de emitir deuda común y su disculpa llega después de que varios miembros de peso en la Unión le hayan recordado los numerosos beneficios que Países Bajos saca por formar parte del Mercado Común Europeo.

​La cumbre extraordinaria de los 27 jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea sobre la pandemia de COVID-19 puso de nuevo de relieve las fracturas que existen en el club comunitario entre los países del sur y los del norte. Analizamos las causas y las consecuencias de esta división con Gustavo PalomaresCatedrático Europeo "Jean Monnet", en políticas y cooperación de la UE y profesor de Relaciones Internacionales en la UNED. Hablamos además de la situación de la pandemia en el mundo, especialmente en Francia, en Estados Unidos y en el Reino Unido, y ponemos el foco en Uganda, para escuchar las recomendaciones -en música- del rapero y diputado de la oposición Bobi Wine. Entrevistamos además a Alfonso Armada, el presidente de Reporteros sin Fronteras en España, sobre la importancia de la libertad de prensa en tiempos de epidemia.

Tras seis horas de reunión, los 27 jefes de gobierno y de estado de la Unión Europea han acordado que no están de acuerdo en cómo afrontar la crisis del coronavirus. Los países comunitarios se citan dentro de 15 días para dar respuesta a los interrogantes que se han planteado durante la reunión, con dos bloques enfrentados: los países del sur y los del norte. Durante la cumbre, ha habido un bloqueo promovido por Italia y apoyado por España, según asegura el primer ministro italiano Giuseppe Conte, porque las primeras conclusiones eran "tímidas y poco ambiciosas"; los sureños piden eurobonos (o "coronabonos") para avalarse con más garantía en los mercados, mientras que los del norte rechazan la deuda común.

En el plazo de dos semanas que se han dado los estados europeos, los 27 han explicado en un comunicado que los ministros de finanzas buscarán respuestas a cómo afrontar la crisis y explorar el papel que debe jugar el Banco Europeo de Inversiones en ella. Además, han pedido a los presidentes del Consejo y la Comisión Europea que sondeen al resto de instituciones para tener un esbozo de un plan de acción o 'plan Marshall'.

Las ferias y congresos internacionales están en el punto de mira por la crisis del coronavirus. Reciben participantes de todo el mundo, muchos de ellos chinos y de países limítrofes. Algunas se han suspendido o aplazado, otras se mantienen aunque con más medidas de prevención. En Jerusalén, la OurCrowd Global Investor Summit sigue sus preparativos para abrir sus puertas este jueves. Es una de las mayores ferias de startups o empresas emergentes de todo el mundo y, aunque ha recibido algunas cancelaciones de empresas chinas, sí asistirán otras de Hong Kong, Singapur o Corea del Sur. Habrá mascarillas y geles para quienes quieran usarlos y el gobierno israelí mantiene las restricciones de llegadas de vuelos procedentes de China. En Ámsterdam se celebra la mayor feria del sector audiovisual con 52.000 asistentes y 1.300 expositores. Un 20% son empresas chinas y algunas compañías españolas que están allí explican que todo transcurre con normalidad.

En San Francisco, Samsung acaba de presentar sus últimas novedades extremando las medidas de higiene. Mientras en Singapur, se ha inaugurado la feria de aviación más importante de Asia con controles sanitarios excepcionales y la ausencia de grandes firmas, entre ellas 10 compañías chinas.

El Salón Internacional de Ginebra, feria de referencia del automóvil prevista para marzo, no ha recibido de momento ninguna cancelación y pasarelas como la de Nueva York están recibiendo menos compradores chinos. Sí se ha suspendido la feria internacional de Arte Basel de Hong Kong, que suele atraer casi 90.000 visitantes de todo el mundo.

La regulación para ayudar a morir que este martes comienza su tramitación en el Congreso es también objeto de debate en los países de nuestro entorno. Bélgica, Luxemburgo y Paises Bajos han sido pioneros en la despenalización de la eutanasia y otros están pendientes de regularla. En Italia existe el testamento vital y los cuidados paliativos que a veces están detrás de una aceleración del final de una vida, pero, legalmente, la eutanasia y la asistencia al suicidio siguen estando prohibidas y están castigadas en el código penal con hasta 12 años de cárcel.

La decisión de los duques de Sussex de no depender económicamente de la corona británica no tiene precedentes en Europa. Pero sí hay príncipes y princesas que tienen un empleo. Aurora Mínguez repasa otros casos parecidos.